Isabel Díaz Ayuso, una absoluta desconocida sin gran recorrido hace solo dos años, se consolida como un auténtico fenómeno político. La presidenta madrileña y candidata del Partido Popular (PP)  es la gran vencedora de las elecciones en Madrid, donde ha arrasado hasta el punto de lograr más escaños que los tres partidos de izquierda juntos, lo que le permitirá gobernar con comodidad y sin necesitar a Vox para cada ley.

La nueva gran líder de la derecha en España.

El bloque de la derecha se refuerza con claridad y saca 78 escaños (65 del PP y 13 de Vox) frente a los 58 de la izquierda (24 de Más Madrid, 24 del PSOE y 10 de Podemos). Hace solo dos años, la diferencia entre ambos bloques era de cuatro escaños. Ahora pasa a 20. Madrid gira así claramente aún más a la derecha, pero gracias al espectacular aumento del PP, porque Vox (extrema derecha)  se queda con un resultado muy similar al de hace dos años.

El golpe durísimo para la izquierda tiene una consecuencia inmediata: Pablo Iglesias deja todos sus cargos en Podemos y no se quedará en la Asamblea: “No voy a ser un tapón para un nuevo liderazgo,  señaló tras apuntar a Yolanda Díaz como su sucesora.

Una participación histórica, 11 puntos más alta que la de 2019, no solo no ha encumbrado a la izquierda, sino que la ha hundido mucho más sobre todo por el desplome del PSOE, que viene de ganar las elecciones en Cataluña, pero se ha pegado un batacazo en Madrid con una caída de más de 10 puntos que le llevan a tener el peor resultado de su historia, y a empatar en escaños con una formación sin apenas medios como Más Madrid, que en el último momento del recuento lograba un histórico primer puesto en la izquierda por algo más de 4.000 votos.

Díaz Ayuso no ha logrado la mayoría absoluta –se queda a cuatro escaños– pero le bastaría con la abstención de Vox (extrema derecha) para ser investida. Ahora queda por saber si este grupo querrá o no entrar en el Ejecutivo madrileño, pero los resultados alejan esa posibilidad.

La  clave de este fiasco es el pinchazo del PSOE, que se deja en menos de dos años buena parte de sus apoyos pese a tener el mismo candidato que en 2019 ganó ampliamente las elecciones en Madrid, Ángel Gabilondo, aunque no pudo gobernar porque el bloque de derechas tuvo más escaños que el de la izquierda.

Grave desgaste del PSOE

Pablo Iglesias derrotado.

El resultado implica un grave desgaste del partido del Gobierno que contrasta con el reciente éxito en Cataluña. Más Madrid sube, pero menos de lo esperado (dos puntos), aunque eso le vale para alcanzar al PSOE, mientras Podemos, con su líder al frente, sube poco menos de dos puntos. Entre los dos no compensan ni de lejos la caída del PSOE, por lo que el bloque de la derecha avanza en Madrid a pesar del desplome de Ciudadanos, que como estaba previsto se queda lejos del 5% –3,51%– y pierde sus 26 parlamentarios, que van en su totalidad al PP. Ayuso, que dobla ampliamente sus escaños, ha logrado arrebatar diputados también al PSOE, algo totalmente imprevisto.

Pablo Iglesias se va. El candidato de Unidas Podemos anunció la última noche que abandona todos los cargos institucionales en política. El secretario general de la formación, que con su entrada en la batalla electoral por Madrid se echaba sobre los hombros toda la responsabilidad del resultado, no ha logrado ser el revulsivo que pretendía cuando decidió dejar la vicepresidencia del Gobierno. Tras una campaña tensa, marcada por las amenazas de muerte en su contra, los datos de UP en la región, 10 escaños y 7,21% de apoyo, han precipitado una salida que Iglesias llevaba un tiempo preparando.

“Dejo todos mis cargos. Dejo la política entendida como política de partido e institucional”, ha señalado el candidato en su comparecencia. “Seguiré comprometido con mi país, pero no voy a ser un tapón para la renovación de liderazgos que se tiene que producir en nuestra fuerza política”, ha manifestado rodeado de la plana mayor del partido, incluidas las ministras Irene Montero y Ione Belarra. Iglesias ha asegurado que se ha convertido en un “chivo expiatorio” que moviliza “los afectos más oscuros y contrarios a la democracia” y ha decidido dar un paso atrás consciente de que no contribuye a “sumar” para que el proyecto de Unidas Podemos pueda “consolidar su peso institucional”.

“El éxito electoral impresionante de la derecha trumpista que representa Ayuso es una tragedia para la sanidad, la educación y los servicios públicos”, comentó Iglesias en medio de su derrota. “Auguro que estos resultados van a agudizar los problemas territoriales en España. Nunca Madrid había sido tan diferente”, ha señalado el todavía líder de UP, quien ha alertado de que la “deslealtad institucional de la Comunidad de Madrid hacia el Gobierno de España y otras instituciones se va a intensificar”.

“Hemos fracasado”, ha señalado Iglesias para referirse a los resultados de la izquierda en estas elecciones. “Hemos estado muy lejos de sumar una mayoría suficiente para armar un Gobierno decente”, ha dicho, aunque ha felicitado a la candidata de Más Madrid, Mónica García, que ha superado al PSOE en número de votos.

Después de los retrocesos en Galicia y País Vasco y de salvar los muebles en Cataluña al obtener el mismo resultado que cuatro años antes, en marzo, Iglesias decidió dejar el Ejecutivo de coalición con el objetivo de salvar a la formación en Madrid, “parar al fascismo” y evitar que la ultraderecha “entrara por primera vez” en democracia a formar parte de un Gobierno en España. Las encuestas previas al anuncio de su candidatura situaban a Unidas Podemos por debajo del 5% de voto necesario para obtener representación en el parlamento regional y con él en la lista ese peligro se esfumaba.