Israel lanzó al mundo la alarma sobre la existencia de una nueva cepa del coronavirus originada en Chile. El desmentido lo hizo de inmediato el Instituto de Salud Pública (ISP) en Santiago.
La versión se originó en el Ministerio de Sanidad israelí que afirmó que se había detectado un primer caso de un paciente infectado con lo que describió como una «variante chilena» del covid-19.
El portador de la cepa identificada por el gobierno israelí como originaria de Chile está vacunado y regresó a Israel tras un viaje al extranjero, informaron las autoridades de Jerusalén.
«Revisamos en la base de datos internacional de Gisaid, donde denominan a las variantes según el país de origen. En este caso, no aparece ninguna variante denominada chilena, por lo tanto, descartamos que exista una en estos momentos en el mundo», afirmó el director (s) del ISP, Heriberto García, en un comunicado en Santiago de Chile.
García señaló que “lo que puede haber ocurrido es que en Israel hicieron una revisión de un viajero que pasó por Chile y que tiene una variante distinta a las variantes ya detectadas en el país y que tampoco son de las variantes de preocupación o de interés, que son alrededor de 10, más o menos, en todo el mundo».
Enfatizó además en que para que una cepa del SARS-CoV-2 sea denominada como chilena, esta debe -además de ser una variante que se dé en Chile- debería haberse detectado ya en otros países y que se vea en varios de ellos. «Si no se da eso, es muy difícil que Gisaid denomine variante chilena a una variante que circunstancialmente apareció en un país.