El presidente Joe Biden se autocorrigió admitiendo que permitiría la entrada de hasta 62.500 refugiados a Estados Unidos en los próximos seis meses, eliminando los fuertes límites que el expresidente Donald J. Trump había impuesto a quienes buscan refugio de la guerra, la violencia o los desastres naturales.
«Esto borra el número históricamente bajo establecido por la administración anterior de 15.000, que no reflejaba los valores de Estados Unidos como nación que acoge y apoya a los refugiados», dijo Biden en un comunicado emitido por la Casa Blanca.
La acción se produjo unas dos semanas después de que Biden dijera que mantendría la cifra de Trump, anuncio que provocó una condena generalizada entre los legisladores demócratas en el Capitolio y de los defensores de los refugiados que acusaron al presidente de renegar de una promesa de campaña para dar la bienvenida a los necesitados.
Funcionarios de la Casa Blanca habían insistido en que las intenciones de Biden a mediados de abril fueron malinterpretadas. Pero su decisión de aumentar el límite de refugiados a 62.500 indica que sintió presión para actuar.