El expolicía Derek Chauvin fue declarado este martes culpable de los tres cargos de homicidio y asesinato por la muerte de George Floyd. El afroestadounidense, de 46 años, falleció mientras el agente le presionó el cuello -durante varios minutos- con la rodilla el 25 de mayo de 2020.
Chauvin —quien llevaba 19 años como policía y fue expulsado tras este suceso— afrontaba cargos de asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.
La sentencia será dada a conocer por el juez Peter Cahill en ocho semanas.
El incidente donde murió Floyd ocurrió en mayo del año pasado en Minnesota pero su repercusión se extendió durante meses a todo Estados Unidos, con manifestaciones en contra del racismo y la brutalidad policial.

Chauvin escuchando el veredicto
El jurado alcanzó su veredicto por unanimidad en su segundo día de deliberaciones -unas 11 horas después- y tras haber escuchado por dos semanas los testimonios de expertos médicos y policiales, así como los de transeúntes que vieron los últimos momentos de vida de Floyd, mientras Chauvin le presionaba el cuello con la rodilla durante más de nueve minutos aunque él le suplicaba que le dejara respirar.
La decisión la tomó un jurado formado por seis personas blancas, cuatro de ellas negras y dos más que se identificaron en su momento como mestizas o de más de una raza. La decisión se conoció mientras fuera del centro judicial de Minneapolis decenas de personas aguardaban el veredicto. Aunque la tensión no ha escalado, el gobernador Tim Walz pidió a los estados vecinos refuerzos para los cerca de 3,000 miembros de la Guardia Nacional apostados allí.
El año pasado, la muerte de Floyd generó intensas manifestaciones que se expandieron a decenas de ciudades en Estados Unidos, algunas de las cuales se tornaron violentas en algunos momentos.
La recta final de este juicio llega en un contexto de creciente tensión en el país tras la muerte de otro afroestadounidense, Daunte Wright, a manos de una policía en Minesota y la del hispano Adam Toledo, de 13 años, en Chicago, ocurridas ambas en las últimas semanas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había dicho este martes que esperaba que el veredicto del juicio fuera el «correcto».
En sus palabras a la prensa en el Despacho Oval, Joe Biden hizo sus declaraciones más claras hasta ahora sobre el proceso contra Chauvin y aseguró que había esperado a pronunciarse hasta que el jurado estuviera «aislado» y deliberando sobre el caso.
«Estoy rezando para que el veredicto sea el correcto. En mi opinión, es abrumador», dijo el presidente, sin aclarar si se refería a las pruebas contra Chauvin o al caso en sí.
Las pasadas dos semanas fueron de testimonios emotivos y por momentos perturbadores.
Un paramédico que atendió a Floyd ese 25 de mayo recordó cómo al llegar pensó que Floyd «estaba muerto» pues no sintió el pulso «que una persona viva debería tener».
Charles McMillian, uno de los testigos de la Fiscalía, relató también que se sintió «de manos atadas» mientras veía el mortal arresto. McMillian escuchó cuando Floyd gritaba que era «claustrofófico» y que no era «un mal chico», por lo que le recomendó que no se resistiera: «Obedéceles, móntate en el carro porque no puedes ganarles».
Y, en los argumentos de cierre este lunes, la Fiscalía mostró nuevamente los últimos momentos de Floyd. Steve Schleicher, abogado de la Fiscalía, insistió en que Floyd «era un humano» siendo «agredido» por un policía a pesar de que obedeció las órdenes que se le dieron.
«Lo que George Floyd necesitaba era oxígeno, respirar, porque eso es lo que necesita cualquier persona, cualquier humano», dijo el fiscal. «George Floyd rogó hasta que ya no pudo hablar más, pero el acusado continuó con su agresión. Y cuando Floyd no pudo hablar más y no tenía pulso, el acusado siguió con su agresión».
La defensa del expolicía Chauvin, por su parte, centró parte de sus alegatos en tratar de sustentar lo que considera son discrepancias en la manera en la que la Fiscalía abordó el caso, como por ejemplo si Chauvin ocasionó la muerte de Floyd y lo relacionado a las políticas permitidas por el Departamento de Policía de Minneapolis.
Eric Nelson puso sobre la mesa la información inicial que recibió Chauvin y que le sirvió para tomar decisiones sobre cómo responder al caso. Dijo que el exagente debió escoger cómo responder a la situación, sabiendo que el sospechoso era corpulento, que según él lucía ebrio o drogado, y sabía que otros dos agentes tenían dificultad para neutralizar físicamente a Floyd.
«El análisis correcto es tomar los 9 minutos y 29 segundos y colocarlos en contexto», dijo Nelson, que también se apoyó en numerosos fragmentos de video para presentar atenuantes a favor de su cliente.