Un proyecto minero esta y ha estado en el centro de las elecciones en Groenlandia, territorio autónimo (desde 1979) de Dinamarca, celebradas esta semana cuyo triunfo de un partido ecologista de izquierda sería preocupante para los intereses internacionales en el Ártico.
Pero no se trata de un proyecto minero cualquiera, sino de Kvanefjeld, uno de los mayores depósitos de minerales raros del mundo donde existe una explotación incipiente de una empresa australiana en la cual el apoyo financiero sería chino.
El principal partido de oposición, el izquierdista Inuit Ataqatigiit (IA), ganó las elecciones parlamentarias con el 37% de los votos. El partido indígena, con un fuerte enfoque ambiental, buscará ahora formar gobierno. El partido socialdemócrata Siumut quedó en segundo lugar. Desde 1979, solo hubo cuatro años en los que Siumut no estuvo en el poder.
El principal caballo de batalla de la campaña de IA ha sido su rechazo frontal al proyecto minero de Kuannersuit (Kvanefjeld en danés), tema estrella de estas elecciones y causa principal de la convocatoria anticipada. Así, la victoria de la formación de izquierdas deja en el aire el futuro de esta enorme y controvertida mina del sur de la isla, que tiene el potencial de convertirse en el mayor productor occidental de tierras raras. China controla más del 80% del suministro global de estos minerales claves para el desarrollo de productos electrónicos, energías verdes y armamento militar, por lo que Kuannersuit podría restar influencia al gigante asiático.
Este yacimiento, ubicado a pocos kilómetros de Narsaq, es el segundo más grande del mundo de tierras raras, y también alberga enormes cantidades de uranio. Esto es lo que ha dividido a la población groenlandesa, entre quienes priorizan el desarrollo económico y los que alertan de que la extracción de uranio conllevaría riesgos demasiado elevados para la isla y sus 56.000 habitantes, la gran mayoría indígenas inuit.
El grupo australiano Greenland Minerals –cuyo principal accionista es la empresa china Shenghe– consiguió la licencia de exploración del yacimiento en 2007, y está pendiente de la luz verde de las autoridades locales para empezar a explotar la mina, lo que deberá decidir el próximo Ejecutivo. Inuit Ataqatigiit ha asegurado durante la campaña electoral que, si gobierna, parará el proyecto.
Ahora deberán empezar las negociaciones para formar el gobierno autónomo, ya que IA ha conseguido 12 escaños y necesita sumar 16 para tener mayoría en el Parlamento, formado por 31 diputados. El líder de IA, Múte B.Egede, ha afirmado a la cadena groenlandesa KNR que estudiarán “varias opciones de cooperación” y ha señalado que los acuerdos no serán inmediatos.