El Presidente Alberto Fernández anunció esta noche el toque de queda nocturno y limitaciones a las reuniones sociales en Buenos Aires y todo el país, lo que aparece como un misil disparado en contra de la bohemia porteña y argentina en general, ya que bares y restaurantes deberán cerrar a las 23 horas, quedando suspendidos los locales bailables y salones de fiestas al igual que viajes de egresados y otros contingentes.
Hace 400 días Argentina confirmó el primer casos de coronavirus en el país. Sin embargo en todo este tiempo transcurrido, y como ocurre en todo el mundo, otra vez registra cifras récord de pacientes nuevos con Covid-19: 22.039 en las últimas 24 horas. Además se reportaron 199 decesos, según cifras del Ministerio de Salud transandino. De ellos, 100 corresponden a hombres y 85 mujeres, además cuatro personas fueron registradas como “sin datos de sexo”. En total, Argentina suma 2.450.068 de casos confirmados de coronavirus y las víctimas fatales ascienden a 56.832.
Desde su aislamiento en el que se encuentra en la residencia de Olivos tras también dar positivo de coronavirus, el Presidente Fernández comunicó la decisión con las nuevas medidas en un video grabado.
Así el mandatario comunicó la suspensión de viajes de egresados y de otros grupos turísticos, y en las zonas de mayor riesgo sanitario anticipó el fin de las reuniones sociales en domicilios privados y de grupos de más de 20 personas al aire libre. La decisión incluye las actividades de locales bailables, casinos, bingos y salones de fiestas que deberán permanecer cerrados. Lo mismo regirá para actividades deportivas en lugares cerrados.
El presidente precisó que los bares y restaurantes tendrán que cerrar a las 23, horas y desde la medianoche hasta las 6 de la mañana se prohibirá la circulación de gente con un rígido toque de queda. Cada gobernador podrá ampliar esos horarios, pero no restringirlos.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), solo podrán usar transporte público de pasajeros trabajadores esenciales, la comunidad educativa (alumnos, padres y docentes) y otros expresamente autorizados hasta el momento.
El jefe de Estado pidió «un control riguroso en cada jurisdicción», así como «el compromiso de cada argentino y argentina», poniendo la responsabilidad en cabeza de los gobernadores y el jefe de gobierno porteño.
Fernández también puntualizó que «más medidas restrictivas deberemos tomar» en caso que suban los contagios en los niveles de estas semanas.
«Queremos cuidar la salud, cuidar la recuperación económica y todo lo que sea posible la presencialidad en las escuelas», dijo el presidente, dando a entender el carácter dinámico de las medidas, que podrían acentuarse en las próximas semanas.
«La pandemia continúa y está volviendo con más rigor. Solo en siete días, los casos aumentaron 26% en todo el territorio y 56% en el Área Metropolitana de Buenos Aires», recordó Fernández.
Sin mencionarlo explícitamente, el presidente dejó entrever nuevas restricciones para el ingreso y egreso del país, con la inminente reducción de vuelos y el mantenimiento del cierre de fronteras.
«Semejante catástrofe no puede someterse a la miseria política», declaró Fernández, aludiendo a la actitud de ciertos sectores opositores, y particularmente el rechazo de Juntos por el Cambio a la introducción de nuevas restricciones.