El asesinato de una migrante salvadoreña por parte de la policía mexicana ha revivido las heridas que dejó George Floyd en Estados Unidos, cuando murió de una forma similar. El estado mexicano ha reaccionado y este lunes procesó a cuatro policías (una mujer y tres hombres) por el delito de feminicidio tras el uso excesivo de la fuerza en contra de la mujer, quien perdió la vida en el balneario turístico de Tulum, informó la Fiscalía General del suroriental estado de Quintana Roo.
La fiscalía indicó que de acuerdo con los resultados de la necropsia, la víctima presentaba “una fractura en la parte superior de la columna vertebral producida por la ruptura de la primera y segunda vértebra, lo que provocó la pérdida de la vida el sábado en la tarde”.
Las lesiones, señala el dictamen basado en criminalística, medicina forense y al material videográfico recabado, “son compatibles y coinciden con las maniobras de sometimiento que se le aplicaron a la víctima durante el proceso de su detención y antes de fallecer”.
“La técnica policial de control corporal aplicada y el nivel de fuerza utilizado se realizó de manera desproporcionada, inmoderada y con un alto riesgo para la vida, ya que no fue acorde con la resistencia de la víctima lo que ocasionó una desaceleración con rotación del cuello, violándose con ello lo establecido en la Ley Nacional sobre el uso de la fuerza”, señala la Fiscalía en un comunicado de prensa.
Activistas han comparado lo sucedido con el asesinato del afroestadounidense George Floyd, quien murió asfixiado por la policía de Mineápolis, Minesota, en mayo de 2020, lo que desató las históricas protestas por la justicia racial en Estados Unidos.
El suceso en Tulum ocurrió la tarde del sábado cuando los vecinos llamaron a la policía debido a que la mujer se encontraba supuestamente
mostrando un comportamiento escandaloso en la vía pública. En la foto arriba se observa cómo uno de los cuatro agentes coloca su rodilla en el cuello de la víctima, que solo alcanza a gemir.
Los policías que atendieron el llamado ya la tenían sometida en el piso y estaba esposada cuando una mujer policía se colocó encima de ella y le puso la rodilla a la altura de la nuca, al percatarse de que ya no presentaba movimiento la subieron a la parte trasera de una patrulla, sin hacer ningún intento de reanimar a la mujer.
Aunque oficialmente no ha sido reconocida ante la Fiscalía, grupos de inmigrantes y feministas la identificaron como Victoria Esperanza Salazar, de 36 años de edad, originaria de El Salvador y residente de Tulum, donde vivía con sus tres hijas menores de edad,
El Presidente de México Andres Manuel Lopez Obrador aseguró al de El Salvador, Nayib Bukele que se adoptarán todas las medidas máximas para castigar a los autores de este crimen.
López Obrador dijo este lunes sentir “vergüenza” por el actuar de la policía y aseguró que se hará justicia. Grupos feministas anunciaron para este lunes una serie de protestas en varios puntos del Caribe mexicano.
Afirmó además el Presidente que la mujer “fue sometida por cuatro elementos, fue brutalmente tratada y asesinada. Es un hecho que nos llena de pena, de dolor y de vergüenza”.
El mandatario mexicano se refirió a este hecho durante la inauguración de un foro sobre el derecho de las mujeres donde participaron con telemensajes el presidente francés Emmanuel Macron y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. “Decir a sus familiares, a las mujeres salvadoreñas, mexicanas, las mujeres del mundo (…) que se va a castigar a todos los responsables, ya están en proceso de ser enjuiciados y no habrá impunidad”, dijo el presidente.
El fiscal general del Estado, Óscar Montes de Oca, reaccionó también horrorizado .
En un mensaje virtual, Montes de Oca dijo que peritos del Servicio Médico Forense de la Fiscalía General del Estado concluyeron que después de cumplir con el protocolo médico legal y la práctica de la necropsia a la víctima, se identificó una fractura en la parte superior de la columna vertebral producida por la ruptura de la primera y segunda vértebra, lo que provocó la pérdida de la vida.
Montes de Oca explicó que las lesiones referidas, de acuerdo a los dictámenes en materia de criminalística, medicina forense y al material videográfico, que forman parte de la carpeta de investigación, son compatibles y coinciden con las maniobras de sometimiento que se le aplicaron a la víctima durante el proceso de su detención y antes de fallecer.
«La técnica policial de control corporal aplicada y el nivel de fuerza utilizado, se realizó de manera desproporcionada, inmoderada y con un alto riesgo para la vida, ya que no fue acorde con la resistencia de la víctima, lo que ocasionó una desaceleración con rotación del cuello, violándose con ello lo establecido en la Ley Nacional sobre el uso de la fuerza», indicó.