Por Walter Krohne
Hoy estamos entrampados en un sistema noliberal con políticos egoístas que piensan en sus dietas y en el poder, pero que les importa muy poco los momentos difíciles que está viviendo la señora María de la Pintana o el compadre Manuel del cerro Cordillera de Valparaíso. No hay ningún tipo de solidaridad o de negociación inteligente entre el oficialismo y la oposición. Ahí está ya el eterno proyecto de reforma de las pensiones en Chile con diez años de atraso que podría aprobarse en pocas horas siempre y cuando ambos sectores aflojaran un poco en sus posiciones. Este no debe ser uno de los típicos jueguitos de poder y mediciones entre la izquierda y la derecha porque hay gente en la miseria por las bajas pensiones que reciben cada mes.
Señores políticos, señores parlamentarios: Piensen alguna vez en la gente que vive la pobreza y que ha trabajado toda su vida y hoy como viejos se mueren de hambre y de pena en muchos puntos del país. El mismo pedido va también para el equipo gobernante de La Moneda.
Todo esto es una gran vergüenza nacional.
Hoy partí a vacunarme y todo resultó perfecto, ya tengo mis dos dosis contra el coronavirusa lo que no significa, en ningún caso, que haya recuperado mi libertad y pueda hacer ahora lo que se me antoje. No, no, esto sigue igual como hasta ahora y desde hace un año, hay que seguir cuidándose. Pero en este tema quiero destacar la excelente atención que nos ha brindado el Ministerio de Salud. Me vacuné en la comuna de Providencia donde fui atendido por gente simpática, bien educada y preparada para resolver cualquier problema que podría haberse presentado.
Esto de la vacunación ha funcionado con mucha eficiencia estatal y funcionaria en Chile…¿por qué entonces esta misma eficiencia no la encontramos en otros servicios del Estado? Por ejemplo, el Registro Civil, también de Providencia, que es un verdadero desastre. Hace un año que estoy pidiendo el padrón de mi vehículo y ni siquiera me han contestado. Otro semidesastre es el servicio social de la Municipalidad de Povidencia. Conozco a un amigo necesitado que en medio de la pandemia y con cuarentena le cortaron el suministro de un medicamento fundamental para su «existencia sanitaria» que como pensionado es difícil adquirirlo por su cuenta mes a mes. Y simplemente se lo cortaron explicándole simplemente que a la Municipalidad de Evelyn Matthei se le había acabado el presupuesto social.
¿Es posible que en el Chile del siglo 21 ocurran cosas como estas o haya este tipo de explicaciones («se nos acabó la plata»). El afectado tiene 80 años de edad y recibe de pensión $230.000 mensuales.
Es por eso que digo, que si la salud, que también tiene muchos problemas y los conocemos todos, ha funcionado impecablemente bien en el tema vacunación y de la pandemia en general, porque no se mejoran también otros servicios como la atención online del Registro Civil, por dar solamente un ejemplo. Fíjese que acabamos de pasar a Israel en cuanto a la rapidez de como Chile puede vacunar a su población. Un orgullo nacional. Y esto se lo debemos a la eficiencia de un gobierno que se ha tomado las cosas en serio con un Piñera que, en general, poco lo quieren y que tiene poca muñeca política, pero hace bien las cosas que quiere hacer bien. ¿Cómo hubiese sido pasar una pandemia bajo el mando de Michelle Bachelet? Acuérdense lo que pasó el 27-F en la madrugada cuando la Presidente asumió un mando que no le correspondía en ese momento, y se hizo cargo de la Oficina Nacional de Emergencia. Bastó con una alerta de tsunami mal dada (se dice que fue error del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada -SHOA-) y el mar casi se comió a Juan Fernández, causando además múltiples estragos en la costa chilena.
Muchos problemas y muchos candidatos
Chile es un país con múltiples problemas de todo tipo (sociales, económicos y políticos) pero lo que sobran son candidatos presidenciales. Ninguno de ellos, de la larga actual lista, tiene ideas nuevas ni fórmulas reales y efectivas para resolver los más graves problemas de l país. Falta mucho liderazgo. Además quien sea elegido finalmente se echará sobre sus hombros una tremenda carga y desafío sin siquiera contar con la gente ni colaboradores adecuados ni tampoco con la claridad mental, porque los buenos, buenos, ya se han ido de Chile. Imáginense como va a quedar el país después de la actual pandemia.
La última encuesta Cadem de esta semana dio a Daniel Jadue (6%) y Joaquín Lavín (5%, +1pts) liderando las preferencias espontáneas. Les siguen Evelyn Matthei (4%), Sebastián Sichel (3%, +2pts), José Antonio Kast (3%), Pamela Jiles (2%) y Michelle Bachelet (2%, +1pts). A ellos les siguen con un 1% de las menciones, Ignacio Briones, Mario Desbordes, Franco Parisi, Paula Narváez y Heraldo Muñoz. En tanto, un mayoritario 66%(+1pts) aún no tiene una opinión formada.
Respecto a las expectativas, independiente de las preferencias, 14% (+3pts) cree que Joaquín Lavín será el próximo presidente de Chile. Le siguen Daniel Jadue (5%, -1pts), Pamela Jiles (3%), Evelyn Matthei (3%), José Antonio Kast (2%) y Paula Narváez (2%). Con el 1% de menciones, en tanto, se encuentran Sebastián Sichel, Ximena Rincón, Michelle Bachelet, Mario Desbordes, Franco Parisi y Heraldo Muñoz. Por su parte, un 62% (-4pts) aún no tiene una opinión formada.
Es decir tenemos 12 candidatos para llegar a La Moneda… ¿no será un poco mucho? ¿Cuántos líderes hay en la lista? ¿Ninguno? No hay que cofundir el gobierno de una comuna (alcaldes) con el gobierno de un estado nacional (presidente de la república).
El nuevo Chile
Hay grupos de vándalos, seguramente alentados por otros sectores, varios de ellos delincuenciales o narcotraficantes, que creen que los problemas del Chile de hoy se resuelven saliendo a las calles a romperlo todo lo que encuentren, robar y no trabajar, cambiándole el nombre a la Plaza Baquedano por la de Dignidad, y redactando una nueva Constitución, la que terminará siendo muy similar a la que ya existe, salvo que se cambiara el sistema político-económico de capitalista a uno socialista, lo que al menos en Chile no podría ni debería ocurrir. Esto porque un plan adecuado y equilibrado de vida en Chile no se regula sólo con una Carta Fundamental, sino también están las buenas leyes políticas, pero para esto último se necesitarían buenos políticos, que es precisamente donde está nuestro gran déficit nacional.
Chile debería seguir siendo un país democrático con un sistema económico de libre mercado, pero que tenga un fuerte contenido y sentido social. Este debe ser el esquema de partida en cualquiera discusión de este tipo porque hay que luchar por la creación de un estado muy fuerte que sea capaz de financiar todos los servicios fundamentales: salud, educación, vivienda, transporte, derecho de propiedad, cultura y dotado de un gran sistema de seguridad y una justicia verdadera, no la de hoy que es como una broma.
Esta debería ser la dirección que debería tomar el nuevo Chile y aunque sabemos que no es tan fácil lograrlo porque las diveregencias ideológicas internas son tan profundas (producto de nuestra historia) que hacen imposible avanzar ya que presionan todo el tiempo con consecuencias más destructivas que constructivas. Esto significa, por dar ejemplos, que el habitante legal en este país disponga de todos los servicios que requiera para su existencia y la de su familia. A esto va anexado una muy buena reforma tributaria y una observación permanente de las actividad de la empresa privada, incluyendo la minería grande y chica, adeemás del apoyo permanente al emprendimiento en todos los sectores de la actividad chilena. Los servicios esenciales (agua, gas y electricidad) deberían estar en manos de un Estado eficiente que es el que buscamos, por razones principalmente estratégicas y de manejo y control de las tarifas.
Otro punto esencial debe ser el tratamiento de la agricultura, la pesca y su producción; y paralelamente a todo esto debe mejorarse y abaratarse el transporte público (aire, mar y tierra) porque no es necesario ni ecológico ni tampooco ayuda a la regulación de la actividad vial que todas las familias tengan vehículos propios y algunas hasta tres o cuatro.
Claro que cuando los candidatos a constitucionalistas, muchos de ellos hablan sin saber bien hacia «adóde va la micro», estamos dando expectativas a la gente que son falsas o equivocadas, que llevan a pensar que la nueva Constitución va a resolver todos los problemas tan diversos como los que se dan vueltas y vueltas en la mente de mucha gente, como son el feminismo, el costo de los productos esenciales o básicos, el terrorismo, la violencia en la Araucanía, los sueldos, las vacaciones, la universidad gratuíta, el aborto, la eutanasia etc., etc. y etc.
Para todo estos cambios que vienen Chile tendría que tener líderes de gran altura y madurez; abiertos de mente y no impulsando proyectos que no correspondan ni a la capacidad del Estado ni tampoco puden ser «discordantes» con el monto de los impuestos que se llegarán a pagar en el «Nuevo Chile» que queremos todos, porque todos tienen que pagar los impuestos que correspondan, también un comerciante que vende frutas en las calles o el gasfiter que hace «pololitos» en casas particulares. Esta es la forma de crear un país económicamnente activo y justo para todos.
La situción hoy, en este sentido, deja bastante que desear porque en Chile falta además justicia social económica..¿cómo es posible que un trabajador que jubiló y que mientras trabajaba pudo comprarse una casa modesta y hoy, porque el barrió se valorizó mucho o demasiado, tenga obligadamente que pagar una contribución de $300.000 cada cuatro meses o por falta de transporte adecuado tenga que pagar altísimos derechos de circulación por su automóvil. Ese chileno es una víctima del sistema, porque además de recibir una pensión baja ($200.000) debe pensar ahora en vender su casa y encontrar un cuarto para pasar el resto de sus días.
Hace diez años disponíamos de un Cuerpo de Carabineros ejemplar, apreciado en el mundo entero, teníamos la posibilidad de tener una vivienda aunque fuera modesta, podíamos viajar a precios mucho más convenientes y no teníamos la amenaza constante del «estallido social».
¿En qué quedó este mundo de paz y fantasía y con muchos emprendedores? ¿Qué o quién lo mató o hirió gravemente a Chile? Sería el pasado pinochetista y sus repercusiones o el levantamiento social del 18 octubre de 2019?