La entrevista de los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle ha complicado las cosas en las relaciones entre Australia y el Reino Unido donde los republicanos australianas han buscado y lo siguen haciendo que el país oceánico deje definitivamente de ser súbdito de la Reina Isabel II de Gran Bretaña. Ya hubo un intento fallido en 1999 cuando los republicanos perdieron un referéndum en este sentido.

La corona fue acusada de racista por los duques y Australia se pregunta ahora  de ¿por qué deben seguir siendo subditos de la Reina Isabel II?

Australia, una excolonia británica que opera bajo una monarquía federada, tiene como jefa de Estado a la reina Isabel II, que es actualmente representada en el país oceánico por el gobernador general, David Hurley, quien se encarga de jurar los cargos del Gobierno y dar el visto bueno a las leyes para que sean promulgadas. Y lo mismo ocurre en todas las ex colonias británicas, como en el Caribe americano.

«Es un debate que está ahí de manera regular. Nuestro jefe de Estado debe ser un ciudadano australiano, uno de nosotros, no la reina ni el rey de Reino Unido», dijo este martes el exprimer ministro australiano, Malcolm Turnbull, a la cadena local ABC al ser preguntado por la polémica entrevista de Harry y Meghan y sus consecuencias en la percepción de la monarquía en Australia.

El liberal Turnbull lideró el Movimiento Republicano en el referendo de 1999 en el que un 45,13% votó a favor de que Australia se convierta en república, mientras un 54,87% lo hizo a favor de la monarquía.

Turnbull, que dijo que es evidente que los Windsor «no son una familia feliz», reconoció que en estos momentos Australia no está dispuesta aún a cambiar de sistema hasta que la reina Isabel II termine su reinado, ya sea por abdicación o fallecimiento.

«No creo que hoy el país tenga el ánimo para este cambio (…) Ella ha sido una extraordinaria jefa de Estado y creo, francamente, que en Australia hay más Isabelistas que monárquicos», precisó el exjefe de gobierno, en momentos en que algunos republicanos tomaron las redes sociales para defender el cambio de sistema.

Una encuesta de Ipsos publicada en enero de este año señala que un 40% de los australianos se opone a la república, un 34% la apoya, mientras que un 26% se encuentra entre los indecisos.

La historiadora Jenny Hocking, -quien ganó una larga batalla judicial en 2020 para acceder a las cartas que la reina Isabel II envió a su representante australiano durante la destitución en 1975 del primer ministro Gough Whitlam tras una profunda crisis política-, criticó a la monarquía.

«La entrevista de Harry y Meghan muestra que la monarquía está fuera de contacto y es irrelevante para la Australia moderna. ¿Por qué nuestro jefe de Estado es uno de ellos y no uno de nosotros? No hay razón para que Australia no se convierta en república ahora», señaló Hocking en un tuit.

Por su parte, Sandy Blair, el director del movimiento republicano de Australia, reconoció que espera que el apoyo a su causa aumente después de que la entrevista de Oprah Winfrey haya puesto de manifiesto la necesidad de un cambio.

«Se trata de una familia en muchos aspectos que no está en contacto con los australianos comunes. (…) Vimos una monarquía británica que no estaba en sintonía con la Australia moderna», apuntó el republicano en una entrevista en el diario The Guardian.

En la conversación con la periodista y animadora de TV estadounidense Oprah Winfrey, Meghan Markle, de madre afroamericana, reveló que algún miembro de la familia real expresó preocupación por el color de piel que tendría su primer hijo con el príncipe Harry; que durante ese embarazo pensó en suicidarse y que la monarquía, que precisamente patrocina entidades de salud mental, rechazó ayudarla.

La cadena de televisión CBS pagó más de 5,8 millones de euros -7 millones de dólares- por la entrevista exclusiva de Oprah Winfrey (67 años) a los duques de Sussex, Meghan Markle (39) y el príncipe Harry (36), según una información publicada por The Wall Street Journal.