Ocho personas procedentes de Cuba, incluidas dos embarazadas, fueron rescatadas frente a la costa de Florida luego de que la embarcación improvisada en la que navegaban  zozobró después de 16 días en el mar, informaron las autoridades, un evento que se suma a una serie de rescates por parte de Estados Unidos de cubanos que buscan un cambio de vida.

El naufragio y el rescate fueron captados en video el domingo por las autoridades. Los salvamentos realizados en las últimas semanas parecen ser parte de un aumento del número de refugiados cubanos que intentan llegar a Estados Unidos.

La Guardia Costera informó que 114 migrantes cubanos fueron interceptados entre octubre de 2019 y septiembre de 2020 por la agencia y otras fuerzas de seguridad de Estados Unidos. Desde octubre de 2020, más de 90 cubanos han sido rescatados, de acuerdo con la agencia.

De momento no está claro si el repunte se debe a un deterioro en las condiciones económicas de Cuba o a otra razón, como que los migrantes esperan cambios en la política de inmigración en el recientemente asumido  gobierno del presidente demócrata Joe Biden.

El Departamento de Policía del condado Martin dijo que recibió reportes de una embarcación en dificultades que navegaba cerca de la costa en Waveland Beach, en el norte de West Palm Beach, el domingo después del atardecer.

Un helicóptero encontró la embarcación y se coordinó con el departamento policial del condado vecino para enviar socorristas. Imágenes compartidas en Facebook por la policía de Martin mostraban el bote, hecho de poliestileno y barras de metal, mientras era impactado por una gran ola y se volcaba. También se pudo ver a los pasajeros saliendo del agua para sostenerse de la embarcación.

Testigos comentaron a medios de comunicación que el bote estaba propulsado por el motor de un automóvil que quedó al descubierto en el fondo de la embarcación.

Las ocho personas que iban a bordo fueron rescatadas y trasladadas a hospitales locales. Se encontraban en condición estable, reportaron las autoridades. Oficiales de la policía señalaron que los ocho cubanos se encuentran bajo custodia de las autoridades federales, las cuales determinarán su estatus migratorio.

Tan sólo en la última semana, la Guardia Costera de Estados Unidos ha anunciado que dos grupos de cubanos fueron interceptados en el mar mientras viajaban en una balsa y en un pequeño bote.

El domingo, la Guardia Costera rescató a cinco cubanos que viajaban en una balsa improvisada. Estaban a tres kilómetros (dos millas) de distancia del sureste de la entrada de Lake Worth, cerca del puerto de Palm Beach.

Y el miércoles de la semana pasada, la Guardia Costera dijo que siete cubanos que pasaron seis días en el océano fueron detenidos a 55 kilómetros (35 millas) de West Palm Beach en una embarcación de 4,5 metros (15 pies) hecha con madera y aluminio, y la cual no tenía un motor.

Ambos grupos fueron repatriados.

Los reportes se produjeron luego de un rescate realizado hace unas semanas de tres cubanos que naufragaron y sobrevivieron 33 días a base de agua de coco, mariscos y ratas en una isla desierta al sur de Florida.

Tres cubanos hallados en una isla caribeña tras naufragar la embarcación en la que huían de Cuba.

Tras años bajo mínimos, el presidente Joe Biden anunció que ampliará el cupo de personas refugiadas que puede recibir Estados Unidos cada año, hasta los 125.000. La cifra multiplica por ocho la cuota establecida por su predecesor, Donald Trump. Es la cifra más alta de la última década: Estados Unidos podrá acoger durante este año fiscal hasta 125.000 personas refugiadas después de que el presidente Joe Biden firmara una nueva orden ejecutiva este jueves 4 de febrero.

«Hoy voy a aprobar una orden ejecutiva para comenzar el duro trabajo de restaurar nuestro programa de admisiones de refugiados para contribuir a responder a una necesidad global sin precedentes», aseguró Biden tras firmar el decreto.

Esta cuota se fija según los años fiscales, es decir que los 125.000 refugiados empezarán a contar a partir del mes de octubre de 2021.

La cifra no solo supera con creces las promulgadas durante la presidencia del republicano Donald Trump, sino que también supera las que había impulsado la Administración de Barack Obama, que tenía a Biden como vicepresidente.

Biden quiere desmantelar las leyes de Trump en materia migratoria

El anuncio significa un viraje rotundo respecto a las políticas del republicano Donald Trump, que había fijado la cuota anterior en 15.000 personas refugiadas, la cifra más baja desde 1980, cuando EE UU empezó a fijar topes en la materia.

Trump llegó a considerar a los refugiados como un problema de seguridad nacional y se refirió a ellos como una «carga». Sus políticas fueron especialmente restrictivas con la migración, aunque eso no impidió que miles de personas trataran de llegar a Estados Unidos.

«Tomará tiempo reconstruir lo que fue dañado», aseguró Biden durante el anuncio, pronunciado desde el Departamento de Estado, en Washington D. C. «Pero es precisamente lo que haremos», agregó.

De esta manera, la migración se está convirtiendo en uno de los estandartes del demócrata para marcar las diferencias entre su Administración y la de Trump, que tenía como insignia de su campaña construir un muro entre la frontera de Estados Unidos y México.

La crisis migratoria no da tregua

El anuncio de Biden llega en un momento históricamente difícil en lo que respecta a la migración y a los refugiados. La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, calcula que hay 1,4 millones de refugiados en todo el mundo que necesitan encontrar un hogar.

Además, la crisis migratoria sigue viva en el continente americano a pesar de la pandemia: en enero de este 2021, cerca de 9.000 personas ya emprendieron una marcha para llegar a Estados Unidos desde Honduras, una caravana que fue duramente reprimida por las fuerzas de seguridad de Guatemala.

Más allá del anuncio, faltará ver cómo se desarrolla la relación de la Administración demócrata con los países centroamericanos, con los que Estados Unidos tiene firmado todavía un acuerdo de «tercer país seguro».

Este pacto, impulsado por Trump, mantiene que los migrantes deben solicitar asilo al primer país al que llegan: en el caso de las caravanas de migrantes, eso significa que un migrante hondureño debe solicitar asilo en Guatemala, considerado un «país seguro», que sin embargo sigue azotado por las mismas violencias estructurales de las que huye el migrante promedio.