La monja francesa Lucile Randon, conocida como la Hermana André y considerada la persona más longeva en Europa, se recuperó esta semana de coronavirus cuando está a dos días de cumplir los 117 años de vida, informaron los medios locales en Toulon donde vive la anciana.

Randon, nacida en la localidad de Alés (sur) el 11 de febrero de 1904, dio positivo por coronavirus el pasado 16 de enero y fue entonces puesta en estricta cuarentena en el cuarto que ocupa en la residencia de ancianos de Sainte Catherine Labouré, situada en Toulon, en el sur de Francia.

«Ni siquiera me di cuenta de que estaba infectada», aseguró la monja en declaraciones al periódico local Var Matin. Unas semanas más tarde, la religiosa ya está recuperada.

Un portavoz de la residencia explicó al mismo diario que la Hermana André no tenía miedo del virus, aunque sí manifestó preocupación por la salud de los otros residentes.

«También le preocupaba si sus horarios de acostarse o de comer iban a cambiar por estar infectada», agregó el portavoz.

La monja está considerada la segunda persona viva verificada más anciana del mundo, apenas por detrás de la japonesa Kane Tanaka, nacida el 2 de enero de 1903.

Otro caso en España

Igualmente en España hay otro caso, María Branyas, quien “ha podido por el genio que tiene superar el coronavirus». Ella es la mujer más anciana de España, supera el coronavirus a los 113 años.

María es en España la persona de más edad en superar el coronavirus, después de hacerlo en la residencia en la que vive, en Olot (Girona).

María, hija de un periodista natural de Pamplona que fue responsable de la revista americana «Mercurio» y de una barcelonesa, nació el 4 de marzo de 1907 en San Francisco (Estados Unidos), adonde su padre había ido por trabajo después de pasar una temporada en México.

Tras un largo periplo por Nueva Orleans y por las localidades catalanas de Barcelona, Banyoles, Girona, Calonge i Sant Antoni y Palol de Revardit, desde hace unas dos décadas vive en la Residencia Santa María del Tura de Olot, donde tenía una amiga y prima de su marido.

Este centro, como sucede en muchos de su ámbito en toda España, ha sufrido la crueldad y letalidad del coronavirus con diferentes defunciones confirmadas por la COVID-19 o sospechosas de serlo.

Una de las buenas noticias para la residencia es que María, quien fue diagnosticada en abril de COVID-19 y ha estado aislada en su habitación varias semanas, en el último test ha dado resultado negativo, que demuestra que ha superado la enfermedad. A sus 113 años, María asegura que, de salud, se encuentra «bien, con las pequeñas molestias que todo el mundo puede tener», y agradece el trato de los profesionales de la residencia: «Las personas aquí son muy amables, muy atentas», le dijo a la agencia EFE.