La gama de directivas —que afectan a las relaciones internacionales, la política de perforación, el empleo y la seguridad nacional, entre otras cosas— elevan el cambio climático en todos los niveles del gobierno federal.
El presidente Joe Biden firmó esta semana una amplia serie de acciones ejecutivas, que van desde la pausa de nuevos arrendamientos federales de petróleo hasta la elección de la vasta flota de vehículos del gobierno, al tiempo que se lanzan las medidas tanto en cuanto a la creación de empleos como a la crisis climática.
Biden dijo que sus directivas reservarían el 30 por ciento de la tierra y el agua federales con fines de conservación, harían que la política climática fuera central para las decisiones de seguridad nacional y construirían una red de estaciones de carga de automóviles eléctricos en todo el país.
Pero gran parte de la propuesta del empleo parecía destinada a contrarrestar los ataques republicanos de larga data de que las políticas climáticas de Biden inevitablemente dañarían una economía ya debilitada por la pandemia.
El mandatario sostuvo en cambio que los avances tecnológicos y las demandas de infraestructura eólica y solar crearían trabajos que compensarían más que la pérdida de puestos de trabajo, incluso en partes del país que dependen del auge del fracking (es una técnica que permite extraer del esquisto el llamado gas de esquisto que es un tipo de hidrocarburo), informó The New York Times.
El petróleo no convencional producido a partir de esquistos bituminosos mediante pirólisis, hidrogenación o disolución térmica (los esquistos metamórficos son rocas de
grado medio, notables principalmente por la preponderancia de minerales laminares tales como la mica, la clorita, el talco, la hornblenda, grafito y otros).
Estos procesos convierten a la materia orgánica contenida dentro de la roca (querógeno) en petróleo sintético y gas. El petróleo resultante puede ser utilizado como combustible o ser mejorado para ajustarse a las especificaciones del material que alimenta una refinería mediante el agregado de hidrógeno y la eliminación de impurezas tales como azufre y nitrógeno. Los productos refinados pueden ser utilizados para los mismos fines que aquellos obtenidos a partir del petróleo crudo.
Utilizando el poder adquisitivo del gobierno para comprar vehículos de cero emisiones, Biden dijo que ayudaría a acelerar la transición de los automóviles propulsados por gasolina y, en última instancia, conduciría a «un millón de nuevos empleos en la industria automotriz estadounidense».