El capitolio fue “asaltado” este miércoles, con senadores y miembros de la Cámara que quedaron encerrados dentro de sus respectivas cámaras, cuando el Congreso comenzaba a debatir la victoria del presidente electo,demócrata,  Joe Biden. El presidente Donald Trump se dirigió a los simpatizantes cerca de la Casa Blanca antes de que éstos comenzaran a invador el  Capitol Hill (Parlamento)  y la Guardia Nacional  se prepara para desplegar tropas.

Los “asaltantes”,  leales al presidente Trump,  quien fuera derrotado en las urnas,  irrumpieron en el Capitolio deteniendo el escrutinio de los votos electorales por parte del Congreso para confirmar la victoria del presidente electo Joseph R. Biden Jr. mientras la policía evacuaba a los legisladores del edificio en una escena de violencia, caos y perturbación que sacudió el núcleo de la democracia estadounidense.

Alrededor de las 14:15 (hora de Washington),   mientras la Cámara de Representantes y el Senado estanban en pleno debate, un movimiento de una facción de republicanos invadió el recinto para revocar los resultados de las elecciones. La seguridad sacó al vicepresidente Mike Pence de la cámara del Senado y el edificio del Capitolio fue cerrado después que los manifestantes pro-Trump aumentaran las barricadas.

El diario español El País acaba de informar desde Washington que en medio del caos que ha generado el asalto del Capitolio por parte de los partidarios de Trump en Washington, el Partido Demócrata ha logrado arrebatar  al Republicano el control del Senado de Estados Unidos con la victoria de los dos candidatos demócratas en la elección de este martes en el estado de Georgia, que disputaba en segunda vuelta los escaños asignados a este Estado. El resultado allana el mandato del presidente electo, Joe Biden, quien, al menos durante los dos próximos años, gobernará con las dos Cámaras legislativas a su favor, la de Representantes y la Alta. La mayoría demócrata de esta última será, eso sí, por la mínima. Con el triunfo del reverendo Raphael Warnock y del treintañero Jon Ossoff, el Senado quedará formado por 50 republicanos y 50 demócratas (dos de ellos, independientes), pero la próxima vicepresidenta, Kamala Harris, ejercerá el voto decisivo en los casos de empate.

El resultado se ha conocido cuando todo el mundo contemplaba cómo en Washington miles de manifestantes han asaltado el Capitolio mientras se celebraba una sesión para ratificar la victoria de Joe Biden. La batalla de Georgia era clave y en ella se ha volcado de lleno Trump, pero dándose muchas veces un protagonismo mayor que el de los candidatos que se jugaban el puesto. En un mitin el pasado lunes en Georgia, el presidente saliente se dedicó durante una hora y media a ventilar acusaciones infundadas de fraude electoral y lanzar dardos contra los demócratas y las autoridades estatales de su propio partido. Apenas tuvo palabras para los aspirantes al Senado, hoy derrotados. “Jamás nos rendiremos. Nunca jamás concederemos (la derrota)”, sostuvo este miércoles en la mañana el presidente saliente ante una multitud de seguidores en Washington.

Georgia se encontraba en el ojo del huracán tras haber elegido, el pasado noviembre, al primer presidente demócrata en 28 años, convirtiéndose así en el único oasis azul en el llamado “cinturón bíblico” del sur, en un escrutinio ajustado que Trump ha tratado de desacreditar sin éxito. Este martes, el Estado sureño ha vuelto a hacer historia por varios motivos: ha escogido al primer senador demócrata desde 1996 en una segunda cita electoral, tras un primer empate el 3 de noviembre; ha dado el triunfo por primera vez a un senador afroamericano, Warnock, quien rompe un simbólico techo de cristal para la comunidad en el Estado sureño, el segundo con mayor población negra del país.

Gabe Sterling, un alto funcionario electoral republicano de Georgia, informó este martes que más de 100.000 residentes votaron en la segunda vuelta senatorial, que no participaron en las presidenciales.  Con la recuperación del Senado, después de seis años de mayoría republicana, los demócratas dan otro portazo a la era Trump, si bien lo ajustado del resultado refleja la necesidad de consensos. La victoria demócrata en Georgia también supone el fin del reinado del líder de los republicanos en la Cámara alta, Mitch McConnell, que pasará a ser jefe de la minoría. McConnell ha sido durante años la pared contra la que chocó la Administración de Obama en sus últimos años, un veterano político orgulloso del apodo La Parca, por su capacidad de enterrar proyectos de la oposición.

La masiva participación de la comunidad afroamericana y la movilización de los jóvenes de las grandes ciudades fueron claves en el triunfo de Warnock, de 51 años, que se enfrentaba a la senadora republicana Kelly Loeffler, de 50, y Ossoff, realizador de documentales, de 33, que competía por un escaño contra David Perdue, hasta el pasado domingo senador republicano, de 70 años.

El reverendo Warnock era un rival fuerte. Desde hace más de 15 años es pastor de la Iglesia Bautista Ebenezer, la misma del líder por los derechos civiles Martin Luther King Jr., fue inmediatamente bien recibido por la comunidad, que lo sentía cercano a sus problemáticas diarias. “Las manos de 82 años que solían recoger el algodón de otra persona fueron a las urnas y eligieron a su hijo menor para que fuese senador de Estados Unidos”, dijo el senador electo Warnock esta mañana. Por su parte, Loeffler, quien fue puesta a dedo en el cargo por el secretario de Estado de Georgia después de que un legislador se retirara por problemas de salud, era una incógnita.

Aunque las encuestas proyectaban una leve ventaja de Ossoff frente a Perdue, su triunfo fue una sorpresa mayor. El ahora exsenador se hizo con su escaño en 2014 cuando ganó de manera holgada con el 52,9% de los votos. Durante la última semana, el fiel seguidor de Trump no pudo hacer campaña sobre el terreno porque había estado en contacto directo con un contagiado de coronavirus. Con 33 años, Ossoff será el senador más joven de la Cámara alta, y también será el demócrata más joven en llegar al Senado desde Joe Biden hace casi medio siglo.

La elección de los senadores por Georgia tiene lugar en una semana intensa para la política estadounidense. Este miércoles está fijada la certificación de Biden como vencedor de las elecciones presidenciales en una sesión bicameral en el Capitolio y un grupo cada vez mayor de senadores y congresistas republicanos planea torpedearla, aunque carecen de votos suficientes para lograr algo más que un acto de rebeldía contra la voluntad que los ciudadanos estadounidenses han expresado en las urnas.

Trump lleva dos meses denunciando sin pruebas de que hubo fraude en los comicios del pasado noviembre, pero a la vez invitaba a sus bases a salir y votar por los dos candidatos republicanos en Georgia. El último escándalo relacionado con la inédita cruzada del mandatario fue la llamada telefónica publicada el pasado domingo en la que Trump presionó al secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, para “encontrar” los votos suficientes que permitieran revertir la victoria de Biden.

 

Una turba de partidarios de Trump invaden las instalaciones del Capitolio en Washington.

Declaran Toque de queda

Según testigos citados por agencias de noticias, grupos de exaltados llegaron hasta las puertas de la Cámara de Representantes, e intentaron derribarlas para ingresar en el hemiciclo. Algunos de ellos habrían sacado armas de fuego, en medio de escenas caóticas que forzaron a la alcaldesa de Washington,  Muriel Bowser, a declarar toque de queda a partir de las 18 horas (hora local), para tratar de retomar el control de la situación.

Poco después, CNN reportó que una mujer había recibido un disparo en el tórax, por lo que fue trasladada a un centro asistencial en condición grave. Agentes debieron desenfundar sus armas para proteger a los legisladores que siguen dentro del edificio. Por su parte, la Casa Blanca decidió enviar a fuerzas de la Guardia Nacional para ayudar a restablecer el orden.

Agentes de seguridad desenfundaron sus armas para proteger a los legisladores.Foto a la derecha: Agentes de seguridad desenfundaron sus armas para proteger a los legisladores.

Tras desatarse los disturbios, el presidente saliente, Donald Trump, culpó por lo ocurrido a su vicepresidente, Mike Pence, luego de que éste se negara a objetar la certificación del Congreso de la victoria electoral del demócrata Joe Biden. «Mike Pence no tuvo el coraje de hacer lo que debería haberse hecho para proteger a nuestro país y nuestra Constitución», tuiteó Trump. «¡EEUU exige la verdad!». Luego, Trump llamó a sus seguidores a manifestarse pacíficamente y, posteriormente, a marcharse a casa. «Los amo», agregó.

El aludido Pence, en tanto, dijo que lo sucedido en el Capitolio, de donde debió ser evacuado, «no puede tolerarse, y advirtió de que los implicados en esta acción recibirán todo el peso de la ley. «La violencia y destrucción que ha tenido lugar en el Capitolio deber parar y debe parar ya», añadió Pence, que pidió a los manifestantes, que portaban banderas de Trump, que abandonen la sede del Legislativo.

Fuentes: The New  York Times, El País de España, agencias noticiosas, El Español, Deutsche Welle y otras fuentes mundiales.