Los resultados de la vacuna de Pfizer son buenos: tiene un 95% de efectividad y es segura tras haber sido probada en un ensayo clínico con 44,000 voluntarios. Ya esta aprobada por la FDA (EE UU), y ya está disponible en EE UU y varios otros países. También se entregará en Chile muy pronto.
La de Moderna -que es bastante similar a la de Pfizer- arroja una efectividad similar sin adversos en sus resultados preliminares y se espera que pronto se complete en su totalidad la última fase de sus ensayos clínicos.
La de Astra Zeneca y la Universidad de Oxford -que es más barata y fácil de distribuir- también mostró resultados preliminares prometedores, con una eficacia que oscila entre 70% y 90%.
CoronaVac es una de las tres vacunas Covid-19 experimentales que China ha estado usando para inocular a cientos de miles de personas bajo un programa de uso de emergencia.
Las otras dos vacunas en el programa de emergencia de China, ambas desarrolladas por institutos vinculados a Sinopharm, y otra vacuna de CanSino Biologics, también demostraron ser seguras y desencadenaron respuestas inmunes en ensayos de etapa temprana y media.
Gang Zeng, un investigador de Sinovac que participó en el estudio CoronaVac, dijo que la vacuna podría ser una opción atractiva porque se puede almacenar a temperaturas normales del refrigerador de 2 a 8 grados Celsius y puede permanecer estable hasta por tres años.
Los hallazgos de Sinovac, publicados en un artículo revisado por pares en la revista médica The Lancet Infectious Diseases, provienen de los resultados de los ensayos clínicos de fase 1 y fase 2 en China con más de 700 participantes.
“Nuestros hallazgos muestran que CoronaVac es capaz de inducir una respuesta rápida de anticuerpos dentro de las cuatro semanas posteriores a la inmunización al administrar dos dosis de la vacuna en un intervalo de 14 días”, dijo Zhu Fengcai, uno de los autores del artículo.
Vacuna Rusa Sputnik V
Un día antes de que arriben al país las primeras 300 mil dosis de la vacuna rusa, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó «con caracter de urgencia» la aplicación de la Sputnik V en la Argentina, el último paso necesario para dar comienzo cuanto antes el operativo de vacunación dispuesto por el Gobierno.
Con esta decisión, tanto la vacuna rusa como la de Pfizer y BioNTech, cuya aprobación también llegó este miércoles, Argentina ya cuenta con la autorización de las dos vacunas más avanzadas del mundo, que ya empezaron a aplicarse en Europa y Estados Unidos.
El problema con la Sputnik V, como se informó esta semana, era que no contaba con la aprobación necesaria para ser aplicada en adultos mayores de 60 años, lo que despertó gran inseguridad y angustia en aquellos países que sellaron un acuerdo con el Kremlin. Argentina no es el único país que negoció con la vacuna rusa. Hay otros que también lo hicieron como por ejemplo Venezuela, Bielorrusia y Brasil.
El Instituto Gamaleya, que lidera el proyecto ruso, informó que la vcuna tiene una eficacia del 91,4 por ciento contra la Pfizer que llega a un 100%.
En México el 9 de septiembre el RDIF y la farmacéutica Landsteiner Scientific anunciaron un acuerdo para el suministro de 32 millones de dosis de la vacuna rusa, lo que ayudaría a inocular al 25% de la población. El operativo está sujeto a la aprobación de los reguladores del país.
Duración de la inmunidad es el problema ahora
El estudio más exhaustivo y prolongado sobre la duración de la memoria inmune al coronavirus hasta la fecha concluyó que ocho meses después de la infección, personas recuperadas del covid-19 todavía tenían respuestas en sus células T capaces de repeler al virus y prevenir la enfermedad.
Aunque la investigación -que contó con una muestra de 185 personas, de las cuales 38 fueron analizadas por un período mayor a 6 meses- no ha sido revisada por otros expertos y aun debe ser publicada en una revista científica, fue hecha por prestigiosos científicos como un grupo de inmunólogos de 17 universidades.
Los hallazgos calman los temores de algunos científicos sobre la posibilidad de que la inmunidad al virus se desvanece pronto, algo que se temió ante algunos pocos casos de reinfección que se han registrado y con la reducción progresiva en los niveles de anticuerpos (que apenas son una de las líneas de defensa del organismo, pero no la única).
También tendrían repercusiones para los beneficios de las vacunas: que haya una respuesta inmune prolongada evitaría que haya necesidad de vacunarse periódicamente contra la enfermedad.
No obstante, se trata de un primer paso y no de evidencia definitiva.
Lo bueno es que otro estudio publicado en noviembre ofrece un indicio que validaría estos resultados: los sobrevivientes del SARS- causado por otro coronavirus- portan ciertas células inmunes 17 años después de recuperarse, afirma un informe de investigación publicado por la agencia argentina Infobae.
En pocas palabras: hay razones para pensar que, aunque estudios adviertan sobre una reducción en los niveles de anticuerpos, la respuesta en las células T-que también se ha visto con la vacunas- parece ser duradera.