Por Walter Krohne
Ya se vislumbraba hacía tiempo: el desarme firme y completo del Frente Amplio que tanta bulla hizo al crearse y hasta llegó a tener una candidata presidencial, como Beatriz Sánchez, pero ahora, tras la «renuncia» de otros dos de sus diputados va quedando como un recuerdo e ilusión, al mostrarse cada vez menos amplio y, contrariamente, mucho más débil.
«A salvar lo que queda de esta corriente política», llaman ahora los cada vez menos seguidores/electores de los “amplistas” desilusionados al percatarse que nunca hubo al interior de sus filas una definición clara, base política sólida ni tampoco disciplina política.
En la historia chilena ha pasado esto mismo ya muchas veces y al final quedan siempre los mismos: socialistas, liberales, conservadores, radicales-socialdemócratas, demócratacristianos y comunistas. Lo peor de todo es que las distintas direcciones políticas aún vigentes operan hoy sin ningún liderazgo, o sea es el elemento esencial que escasea dentro de sus filas. Los líderes innatos y verdaderos de antaño ya no existen y se muestra así un país con escasas «mentes brillantes» capaces de sacar adelante a una nación en crisis.
Este jueves se conoció que otros dos parlamentarios del Frente Amplio (militantes de RD) oficializaron su salida ante el Servicio Electoral, tras las diferencias que sostuvieron con la mesa conducida por Catalina Pérez: los diputados Pablo Vidal y Natalia Castillo. Tras el desastre de Revolución Democrática (RD), que tuvo su punto más álgido el domingo en las elecciones primarias de gobernadores regionales y alcaldes, ambos diputados dieron un paso al costado. Son los primeros efectos de la derrota. Los números dicen que RD -el partido más grande del Frente Amplio- compitió en seis primarias para alcalde y triunfó en tres, mientras que en gobernadores regionales ganó una de dos. La que perdió, de todas maneras, fue un golpe demasiado duro: la de la Región Metropolitana, con Sebastián Depolo que cayó ante la candidata de Comunes, Karina Oliva. En esta región, RD tiene 5 diputados -incluido Jackson- y Comunes solo 1. Todo esto ocurrió, según Vidal, por “decisiones políticas erradas”. Las críticas van dirigidas principalmente en contra de su líder Catalina Pérez por no haber participado en primarias junto al resto de la oposición.
Vidal escribió una carta diciendo: “Hoy, pareciera ser que Revolución Democrática renunció a la osadía y convicción de liderar. Quisiera creer que las cosas pueden ser diferentes. Me gustaría que RD estuviera decidido a encabezar un proceso transformador de centroizquierda, junto a visiones socialdemócratas, socialistas, progresistas, liberales, verdes y feministas, pero son variadas y consistentes las señales de que RD ha preferido un camino donde se consolida un polo de izquierda clásico, en un camino donde creo que se privilegia una identidad de impugnación y testimonio, bailando con los compases de una música ajena a las que nos inspiró en el comienzo”.
Tanto algunos dirigentes como seguidores de RD y del FA creyeron que en política habían construido un lugar “de esperanza para muchos y para creer y crear un futuro posible”, pero la verdad es que en el mundo político actual y dentro de la actual realidad chilena eso ya no existe o no ha existido nunca más en este siglo.
Para los renunciantes, Revolución Democrática nació para liderar la renovación de una centro-izquierda desgastada y carcomida por la comodidad del poder. Tampoco sirvió para ello el cuestionado liderazgo de Beatriz Sánchez.
El legislador subrayó que “jamás voy a renunciar a los principios con los que entré a militar: hacer política, como decía el Presidente Allende, ‘con fe en Chile y su destino’ ; mantener el sentido de urgencia; renovar el proyecto de una centroizquierda pluralista, trabajar por un nuevo modelo de desarrollo, hacer política desde los hechos y no con testimonios, ser consecuente con las convicciones personales y sostener la ética de cumplir con lo prometido (…). La historia no se va a detener a esperar a que maduremos, tenemos el deber impostergable de cumplir hoy con los chilenos y chilenas, y volver a ofrecer –cueste lo que cueste– un proyecto de unidad y transformación desde la centroizquierda chilena”.
La presidenta de RD, Catalina Pérez (foto izquierda), expresó este jueves su pesar ante la renuncia de los diputados Pablo Vidal y Natalia Castillo, quienes dejaron la colectividad debido a su acercamiento al “polo de izquierda” representado por el PC y el bloque Chile Digno, lo cual implicaría una división opositora con miras a la elección de constituyentes. Consultada sobre los reproches de Vidal hacia la izquierdización del partido, Pérez respondió que ellos expresaron «diferencias estratégicas legítimas respecto de la política de alianzas sucesiva y posterior a la eventual imposibilidad de generar una lista unitaria de oposición».
Con la decisión de ambos parlamentarios, la bancada de RD se redujo de 7 a 5 miembros y el Frente Amplio, en total, de 17 a 15 diputados. En un inicio, el partido había llegado al Congreso con ocho parlamentarios, aunque a principios de 2019 Renato Garín decidió renunciar al partido. Por su parte, la coalición tampoco cuenta con los mismos miembros que en 2018, luego de que el PH (Pamela Jiles, Florcita Alarcón y Tomás Hirsch) y los ecologistas (Félix González) abandonaran el bloque y, este año, se sumaran los ex socialistas Marcelo Díaz y Patricio Rozas. Así están las cosas de la política.