Por Martin Poblete Pujol

Las elecciones primarias están enfocadas en la capacidad de los partidos políticos para movilizar su voto duro, es decir el de militantes y los simpatizantes más firmes.  Así lo pensaron los inventores de la idea, los intelectuales y  políticos del Partido Demócrata de los Estados Unidos a fines de la década de 1950, así ha funcionado desde entonces.

La nuestra del domingo recién pasado es un caso típico del mecanismo de dichas primarias, por ello conviene ser cuidadoso con los resultados, evitar extrapolaciones y proyecciones, hubo escasa participación.  De todas maneras, algunas conclusiones se pueden extraer con la debida cautela.

La mayor atención estuvo en la primaria  de candidatos a gobernador regional de la Región Metropolitana en la coalición Unidad Constituyente, básicamente una reformulación de la Concertación.

El político democristiano Claudio Orrego Larraín, antes de buen desempeño en la Alcaldía de Peñalolén y en la Intendencia de la Región Metropolitana, lanzó audazmente su candidatura sobre la base de sus cualidades personales y el buen nombre ganado en los desempeños anteriores; se sabía, su partido  iba en sostenida curva descendente en la RM, el éxito de la candidatura dependía del candidato.  La contundente victoria de Orrego con largo más del 50% de los votos en la lista de la coalición, lo deja bien posicionado para discutir la elección de abril 2021; además, esta victoria le da una muy necesitada inyección de optimismo y moral partidaria a la DC, esto no es menor, con el refuerzo de victorias en las primarias de Bío Bío y Los Lagos, en total la DC superó lejos a sus socios de coalición, un factor a considerar en futuras negociaciones.  Asimismo, Unidad Constituyente más que dobló al Frente Amplio en la RM, también factor a considerar más adelante.

Zalaquett después de la derrota. No sirvió el apoyo de Lavín.

El factor sorpresa, siempre al agüaite en política, se manifestó en la primaria municipal de Vitacura con el triunfo de Camila Merino, abanderada de EVOPOLI, apoyada por Evelyn Matthei en cruce desde la UDI con probables implicancias presidenciales vía «proxy»; Joaquín Lavín apoyó a Pablo Zalaquett, último bien distante.  En menor grado, habida cuenta de las expectativas, deben considerarse sorprendentes las victorias de Karin Oliva en la RM y de Rodrigo Mundaca en la Quinta Región, ambas en detrimento de Revolución Democrática, quien dijo que los chiquillos del Frente Amplio no podrían sorprender.  De estos resultados, el con mayor potencial es el de Camila Merino, en toda probabilidad será alcaldesa en comuna con medios; para su Partido es una gratísima noticia, como en el caso de la DC, en Evopoli esto tampoco es menor.

Han surgido críticas posteriores al SERVEL por el manejo de estas primarias, en realidad no se advierte razón en las observaciones, no es culpa del SERVEL la irresponsabilidad de ciudadanos faltando a su obligación de constituir mesas; la entrega de resultados, en la mejor tradición del sistema electoral chileno, se hizo con puntualidad y transparencia, a las 8PM estaban claros todos los ganadores, no hubo reclamos de consideración.

Un detalle, al parecer también hubo casos similares en Concepción, Valparaíso y Antofagasta;  en Santiago Centro, tal vez por mejor uso de recursos escasos, se concentraron mesas en la Escuela República de Alemania ubicada en Libertad entre Mapocho y Balmaceda, no es precisamente un barrio frecuentado de la ciudad, la escuela está equidistante de dos estaciones de Metro Línea 5, Cumming y Quinta Normal, ambas a unas doce cuadras del recinto de votación. En el futuro, el SERVEL deberá ser más cuidadoso y evitar situaciones como la descrita.

Finalmente, una curiosidad.   En los festejos en la sede de la Democracia Cristiana, aparece jubiloso junto a Claudio Orrego, sin siquiera arrugarse, Marco Enríquez-Ominami;  los encargados de la puerta de entrada en Alameda 1460 deberán mostrar mejor criterio a la hora de admitir invitados.