El video de archivo corresponde a una entrevista televisiva sobre el tema que ofreció el mandatario chileno tras el triunfo del «apruebo» en el plebiscito constituyente.
El Presidente Sebastián Piñera calificó a un sector de la izquierda chilena que, a su juicio, es «extremista», «va de la mano con la violencia», y que -sostuvo- ha tenido un rol populista que no le corresponde en el país, en el marco del estallido social y el histórico proceso constituyente que inicia.
El Mandatario participó, vía telemática, en el XIII Foro Atlántico, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, y que esta vez está dedicado a «Iberoamérica y el mundo: Desafíos Postpandemia».
En la instancia, Piñera fue entrevistado por el periodista Álvaro Vargas Llosa, quien le preguntó sobre la situación que ha vivido Chile y lo que viene en el proceso para una nueva Constitución.
Acusó que el principal riesgo para ese camino que se debe recorrer es que «surgió una izquierda muy radical, muy populista, muy poco respetuosa de las reglas de la democracia y de las reglas del Estado de derecho, que ha planteado cosas que, a mi juicio, serían muy negativas para Chile».
«El segundo peligro, y también lo mencionó es que la centroizquierda, que era lo que llamábamos la Concertación, ha estado demasiado presionada y a veces dejándose llevar por esta otra izquierda extremista».
Ahora es cierto que surgió «una izquierda muy radical, muy populista, muy poco respetuosa de las reglas de la democracia, del Estado de Derecho que ha planteado cosas que, a mi juicio, serían muy negativas para Chile». No obstante, aseguró que «yo tengo fe y confianza de que el modelo chileno, con ajustes, con cambios, no se va a tirar por la borda y que vamos a ser capaces de acordar una nueva Constitución». «Recordemos que esta Constitución lleva 40 años, porque es del año 1980, en los tiempos de Pinochet, y llevamos 40 años discutiendo sobre la legitimidad de la Constitución, sobre las bondades o las ilegitimidades, un país no se puede pasar 40 años discutiendo sobre su Carta Fundamental», acotó.
En ese contexto, recriminó que «hasta ahora esa izquierda, que no tiene los votos, pero sí muchas veces anda de la mano de la violencia y del populismo, y no respeta los valores y principios básicos de la democracia, ha tenido en Chile un papel que no le corresponde».
Pese a todo, reconoció, «tengo fe y confianza de que el modelo chileno, con ajustes y cambios, no se va a tirar a la borda, y que vamos a ser capaces de acordar una nueva Constitución».
Habló de que el país ha vivido «tiempos turbulentos», pero ha sabido canalizar la demanda por un nuevo pacto social, sin violencia.
En cuanto a la pandemia, comentó que la gestión chilena ha tenido resultados que nunca son buenos, pero dijo tener la tranquilidad de que han hecho todos los esfuerzos y además actualmente la economía está en repunte.
También surgió una derecha extremista que unida a una derecha ciega, sorda y muda a las necesidades de la mayor parte de la población, los más pobres y la clase media, ha sido el detonador de las protestas sociales, donde se han infiltrado anarquistas y delincuentes, una ínfima minoría entre los millones de manifestantes.