En la tarde de este jueves fue sepultado el ídolo del fútbol mundial en una ceremonia familiar y privada celebrada en el Cementerio Bellavista de Buenos Aires.
Pasadas las seis de la mañana se abrieron las puertas de la Casa Rosada para el público en general. Luego de algunos incidentes y empujones con la Policía, comenzaron a ingresar de a grupos. Una vez dentro, las personas pasan frente al féretro y luego salen a través de la puerta de Balcarce 24.
Lágrimas, llantos descontrolados, cantitos de cancha, algunos hasta envueltos en banderas de Argentina. La cantidad de gente es inmensa para despedir al jugador más grande de la historia del fútbol, el jugador que recuperó la dignidad de los argentinos tras la derrota en la Guerra de las Malvinas contra el Reino Unido.
El 22 de junio de 1986, el estadio Azteca de la Ciudad de México albergó uno de los partidos más recordados de la historia del fútbol. Argentina e Inglaterra se midieron en los cuartos de final del Mundial en una contienda -sí, contienda-, que tuvo su preludio cuatro años antes en la Guerra de las Malvinas. El país sudamericano quedó muy afectado tras perder a miles de soldados en el fragor de la batalla, por lo que el encuentro mundialista se antojó como una revancha para todo el pueblo argentino, sediento de victoria ante su mártir en el Atlántico años atrás. Nació allí la figura mundial de Diego Armando Maradona.
Mayores, niños. Todos quieren despedirlo. Cada tanto se escuchan aplausos, que terminan con un “Olé Olé Olé, Diego Diego!”. Otros incluso pasan y le arrojan flores, rosarios, camisetas (de todos los clubes) como ofrenda. Pasadas las 7:30, se amontonaban junto al féretro decenas de “casacas” de la Selección, Boca, Argentinos Juniors, y muchas otras. En tanto, afuera, en la explanada, de a ratos se vuelven a ver empujones y algunas corridas.
A las 10:50 aterrizó el helicóptero presidencial en el helipuerto. El presidente Alberto Fernández junto a la primera dama, Fabiola Yáñez, fueron directo a saludar a la familia Maradona. Antes de ingresar a la Rosada, el mandatario se desvió hasta la reja para saludar y sacarse algunas selfies con quienes llegaron para despedir a Diego.
Una vez adentro, el Presidente junto a Yánez, parte del gabinete y ex futbolistas, saludaron a Claudia Villafañe y a Dalma y Giannina Maradona. Con lágrimas en sus ojos, se acercó al féretro donde coloco una camiseta de Argentinos Juniors y dos pañuelos blancos, uno de Madres y otro de Abuelas de Plaza de Mayo. Yáñez dejó un ramo de flores.
La Plaza de Mayo quedó desbordada desde la madrugada. Anoche a última hora comenzaron a acercarse aquellos fieles para darle el último adiós a Diego Armando Maradona. El Gobierno Nacional se encargó del operativo de seguridad para vallar la Casa Rosada y acondicionar el salón donde desde muy temprano se acercó la familia del astro futbolístico para una ceremonia íntima.