Por Jessika Krohne
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La vida ha cambiado. Todo es distinto. Los niños aquí en Chile han estado prácticamente todo el año escolar sin clases presenciales y su educación ha sido delegada en gran parte a sus padres, que están sobrepasados con el teletrabajo y las labores de la casa. Las parejas han tenido un tremendo desafío de tener que lidiar con múltiples roles y estar 24/7 juntos. Los niños han estado más que nunca en sus casas y están sometidos a un ambiente muchas veces pequeños y al cuidado de padres estresados que están tratando de hacer lo mejor de esta situación. Adultos mayores solos, lejos de sus seres queridos y dependiendo de sus propios cuidados para poder sobrellevar este difícil momento.
Una incertidumbre que nos invade profundamente, especialmente ahora que somos testigos de la tremenda segunda ola que vive el viejo continente y que ataca agresivamente a las diferentes ciudades. Muchas preguntas que surgen aquí. ¿Seremos capaces de enfrentar una segunda ola en nuestro país? ¿Soportará nuestra economía un rebrote de la magnitud de Europa?
Nada se puede planificar y todo está en veremos. Hasta que salga la tan anhelada vacuna. ¿Pero aparecerá algún día? Definitivamente la vida ha cambiado, las personas han cambiado y se han vuelto más temerosas, ansiosas, angustiadas y agresivas. Muchos sufren de insomnio y no logran conciliar el sueño o despiertan anticipadamente.
Este año ya se está terminando y por lo menos nosotros en Chile estamos con cifras bastante bajas a diferencia de otros lugares en el mundo. ¿Pero cuánto durará eso? ¿Podremos disfrutar de las playas este verano? ¿Podremos disfrutar de un verano con nuestros seres queridos? ¿Podrán los niños en marzo retomar el colegio?
Muchas dudas, mucha inquietud, mucha inseguridad que claramente no contribuyen en nuestra salud mental.

La pandemia en tejidos de los artesanos de Isla Negra.
Expertos dicen que hay que tratar de sacar lo mejor de esto. Seguro que hemos aprendido mucho en esta época, pero ¿vale la pena eso frente a un costo del sufrimiento de tanta gente? Seguramente, la mayoría diría que no.
Sin embargo, intentemos hacer un repaso de este año. ¿Cuáles fueron los logros y los grandes aprendizajes de vivir este extraño año en pandemia?
En lo personal, creo que aprendimos a valorar más las cosas, a valorar la naturaleza, a disfrutar con nuestros seres queridos y a encontrarnos con nosotros mismos. Hemos podido conocer de mejor forma a nuestros hijos y lidiar de una forma diferente con nuestra pareja. Aprendimos a valorar las personas que realmente son importantes en nuestra vida y que están ahí en los momentos difíciles.
Hemos aprendido que lo sencillo puede ser mucho más importante que las cosas rebuscadas y costosas y que tal vez tenemos que acostumbrarnos a tener una vida más austera a futuro. Estamos viviendo una crisis mundial y nadie sabe como se ve el futuro. Nadie sabe si seremos capaces de ganarle a este virus y si podremos volver a la normalidad a corto, mediano o largo plazo.