En el importante estado de Florida el resultado, contabilizado ya el 80% de los votos, el empate entre ambos es notable y espectacular: Biden: 49,6% y Trump: 49,5.
En Ohio, contabilizado ya el 24% de los votos: Biden: 60,4% y Trump 38,5%
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ganó las elecciones en los estados Indiana y Kentucky, mientras que su rival demócrata, Joe Biden, en Vermont, los primeros estados que proyectan los grandes medios de comunicación estadounidenses.
Trump se adjudicó así los 11 delegados de Indiana y los 8 de Kentucky, mientras que Biden los 3 de Vermont en su objetivo de alcanzar los 270 compromisarios que abre la llave de la Casa Blanca.
Los editores de The New York Times tienen en cuenta una serie de factores antes de declarar un ganador, incluyendo las llamadas de carrera hechas por The Associated Press y Edison Research, así como el análisis de los votos que se han reportado hasta ahora. Dados los cambios en los métodos de votación de este año, es posible que no sea posible declarar un ganador en varios estados claves en esta noche electoral.
Entretanto, frente a la Casa Blanca manifestantes antiracismo se concentran frente a la Casa Blanca. Entre música y pancartas, un centenar de personas comenzaron a manifestarse este martes frente a la Casa Blanca para exigir el fin de la brutalidad policial contra los afroamericanos y celebrar el que esperan que sea el final de Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos.
Los primeros colegios electorales de Estados Unidos cerraron sus puertas a las 23.00 GMT en los comicios generales desarrollados este martes en todo el país.
Los centros de votación de Kentucky e Indiana, al igual que los de Nueva York, Virginia, Maine y otros estados del este del país, abrieron a las 06.00 hora local (11.00 GMT), con una afluencia desigual y con una mezcla de esperanza y ansiedad debido al ambiente de crispación y fuerte polarización.
Tras el cierre de los colegios electorales en Kentucky e Indiana, los centros de votación de los diferentes estados irán cerrando de manera escalonada en el resto de Estados Unidos, cuyo territorio abarca nueve husos horarios distintos.
«Creo que vamos a tener una gran noche», auguró el presidente Donald Trump en una visita a la sede de su campaña de reelección en Arlington, Virginia.
«Entiendo que nos va muy bien en Florida, muy bien en Arizona e increíblemente bien en Texas», dijo el mandatario y candidato a la reelección.
Agregó que no está pensando en discursos para aceptar una derrrota o una victoria en los comicios, aunque reconoció: «Ganar es fácil. Perder nunca es fácil, para mí no lo es».
Los estadounidenses tienen «derecho a saber quién ganó» las elecciones el mismo 3 de noviembre, expresó el presidente en una visita a una sede de campaña del partido republicano en Virginia.
«Tienes que tener números. No puedes retrasar estas cosas por muchos días y tal vez semanas, no se puede hacer eso. Este país está esperando, el mundo entero está esperando», dijo.
«Deberíamos tener derecho a saber quién ganó el 3 de noviembre», agregó.
Voto anticipado
Más de 100 millones de electores emitieron su voto de forma anticipada en Estados Unidos, por correo o en forma presencial, de acuerdo con datos del Proyecto Electoral de la Universidad de Florida, una cifra que equivale al 73% del total del 2016 y que presagia, según expertos, una participación récord en medio de una pandemia y de una creciente polarización política en el país.
De esos más de 100 millones de votos, 35.901.138 se emitieron en persona y 64.709.932 por correo, este último un sistema más usado que nunca antes debido al temor al contagio del coronavirus.
Son varios los estados que incluso superaron antes de este martes los niveles de participación de las elecciones del 2016. Texas fue el primero y al cierre de este lunes sumó 9.7 millones de votos emitidos.
Arizona, uno de los estados claves, también sobrepasó el número de votantes de los comicios pasados en la víspera del día de las elecciones.
Según el reporte de la oficina del secretario de Estado allí, ya habían sido aceptadas 2.67 millones de papeletas en la noche de este lunes, la mayoría del condado de Maricopa. Ese estado registró 2.66 millones de votos en los comicios hace cuatro años.
Oklahoma, Louisiana y Hawái también registraron cifras de participación anticipada récord.
Otros estados cruciales para el presidente Donald Trump y el exvicepresidente Joe Biden, como Carolina del Norte, Georgia y Florida, superaron en la víspera el 90% de la participación electoral del 2016. De acuerdo con expertos consultados, la participación total superará este martes el récord de los 138 millones de sufragios de la contienda pasada.
Preocupación por los resultados
Hay preocupación si el resultado es ajustado para cualquiera de los dos candidatos. Es posible que el presidente Donald Trump se adjudique la victoria y , como opinan algunos expertos, este sería un escenario delicado e incierto.
La revista National Review, publicó un artículo esta semana que dice: “Trump es una amenaza pública que ha introducido elementos de caos e imprevisibilidad en la actividad del gobierno…El problema de Trump no es estético: es la deshonestidad, la estupidez y la incompetencia”.
Tomando en cuenta también que Trump ha superado 26 acusaciones de abuso sexual y 4.000 demandas judiciales, y que penden sobre él otras 12 demandas, entre ellas una por un supuesto masivo fraude fiscal, cuatro años más de él en la Casa Blanca pondrían el estado de derecho en entredicho.
La Guardia Nacional estadounidense ha dado a entender que hay mucha preocupación por lo que pueda ocurrir este martes o mañana miércoles. Los servicios de inteligencia además creen que hay un potencial de violencia importante en EE UU, desde ambos bandos, pero especialmente desde el sector republicano si pierde la elección. Además sería aún más grave si Trump intenta dar la vuelta al resultado oficial. Esto originará protestas masivas y quizá estas sean violentas, porque especialmente los seguidores de Trump no se quedarán tranquilos.
-¿Qué podría pasar si pierde Trump?
Según algunos observadores todo dependerá del mensaje que envíe Trump cuando pierda. Salvo que veamos una victoria aplastante del demócrata Joe Biden, que se pone en duda, es casi inevitable que Trump se comportaría como siempre: es decir, no según las reglas. Como mínimo sabemos que Trump no hará lo que han hecho todos los presidentes derrotados, que es aceptar el veredicto del pueblo estadounidense y pedir una transición pacífica y ordenada.
Elecciones en una pandemia: Nuevo brote peligroso
Una de las razones que impulsó este año tanto el voto por correo como el presencial de forma anticipada fue la pandemia del covid-19, que continúa golpeando con fuerza a muchos estados y que hasta ahora ha dejado más de 230,000 muertos en Estados Unidos, el país más afectado del mundo.
En medio de este proceso electoral atípico por la propagación del virus, analistas políticos estimaron que una gran cantidad de partidarios republicanos de Trump se presentarán en persona para votar este martes. Esto luego de que el presidente aseguró sin fundamentos que la votación por correo estaba «plagada de fraude».
Por el contrario, buena parte de los demócratas han optado por sufragar de forma anticipada o por correo. Expertos también anticipan una amplia participación presencial de electores latinos y afroestadounidenses, como ha sucedido en el pasado.
Mientras los estadounidenses votan este martes, lo hacen en medio de un brote de coronavirus que se intensifica rápidamente y que se concentra en algunos de los mismos estados que probablemente decidirán la carrera presidencial.
Uno de los períodos más alarmantes del virus ha llegado justo cuando los votantes eligen a un presidente, y refleja uno de los desafíos más importantes que enfrentará quien gane las elecciones: más de 93.000 casos fueron anunciados en todo el país este lunes, un total más alto que todos los días de la pandemia excepto el viernes. Más de 20 estados han establecido registros semanales de casos, y más de 40 estados están viendo un patrón de crecientes infecciones conocidas.
El promedio de siete días de nuevos casos en los Estados Unidos alcanzó su punto más alto hasta la fecha este lunes, con más de 85.000 al día. En los siete días que terminaron el lunes en una nación se registraron más de 598.000 casos totales de personas, que ven a casi el 8 por ciento de desempleo y se ven de luto por las muertes relacionadas con el virus de más de 231.000 personas. Cuatro de cada cinco estadounidenses dicen que se sienten nerviosos por el futuro del país.
La situación es especialmente grave en el campo de batalla político de Wisconsin, donde se han identificado más de 100.000 casos en el último mes y donde los casos en espiral no muestran signos de desaceleración. Las áreas alrededor de Wausau, en el norte de Wisconsin, y alrededor de Beaver Dam y Fond du Lac, en la parte oriental del estado, tienen entre las peores tendencias de la nación.
Las muertes y hospitalizaciones en Wisconsin también han aumentado, y muchos temen que pueda haber peores noticias por delante, incluso cuando algunos pacientes ya están siendo llevados a un hospital de campaña en el recinto ferial estatal fuera de Milwaukee. Andrea Palm, la secretaria designadora del Departamento de Servicios de Salud de Wisconsin, dijo recientemente que la devastación del brote era vasta.
A través de los campos de batalla políticos del Medio Oeste y los Grandes Lagos, las perspectivas sobre el virus son casi igualmente sombrías. Michigan, un objetivo clave para ambas campañas presidenciales, ha promediado más de 3.500 casos al día durante la última semana. El martes, Pensilvania, Ohio y Minnesota establecieron sus propios nuevos registros diarios de casos. Iowa y Nebraska también han estado reportando casos cerca de sus niveles más altos hasta la fecha.