Por Walter Krohne

«El covid-19 no es una pandemia» dicen ahora algunos científicos en Europa y EE UU, pero ¿qué es sindemia? – Es la suma de dos o más epidemias o brotes de enfermedades concurrentes o secuenciales en una población con interacciones biológicas, que exacerban el pronóstico y la carga de la enfermedad. Una epidemia tiene lugar cuando aumenta de forma inusual el número de casos de una enfermedad en concreto en una población y período de tiempo determinados. Un ejemplo de ello es la gripe estacional, que suele extenderse durante los meses de invierno. Cuando este brote epidémico se extiende a varios países, continentes o se propaga a nivel global, entonces es cuando se habla de una pandemia. En los últimos días, sin embargo, cada vez son más las voces científicas que insisten en hablar de un tercer término: la sindemia.

El planeta Tierra está siendo atacado por el coronavirus desde enero de este año y las medidas que se han adoptado en contra, que se han ido endureciendo o flexibilizando en distintas partes del mundo según el aumento o disminución de los casos, no han sido lo suficientemente efectivas como para acabar con el mal o debilitarlo hasta el punto que sea prácticamente casi inofensivo.

Así muchos países en Europa, terminado ya el verano, se han visto obligados a volver a restringir las actividades sociales y ordenar cuarentenas después de registrar un número récord de casos. Es el segundo brote o rebrote y dos de los ejemplos más patéticos son España y Francia.

«Todas nuestras intervenciones se han centrado en cortar las vías de transmisión viral para controlar la propagación del patógeno», escribió Richard Horton (foto izquierda), editor jefe de la revista científica The Lancet.

Sin embargo, esta estrategia para luchar contra el coronavirus es, en opinión de numerosos científicos, demasiado limitada para detener su avance.

Horton dice que por un lado está el SARS-CoV-2 (el virus que provoca el covid-19) y por otro, una serie de enfermedades no transmisibles. Y estos dos elementos interactúan en un contexto social y ambiental caracterizado por una profunda inequidad social.

Estas condiciones exacerban el impacto de estas enfermedades y por ello debemos considerar al covid-19 no como una pandemia, sino como una sindemia, afirma Horton.

El término sindemia (un neologismo que combina sinergia y pandemia) no es nuevo. Fue acuñado por el antropólogo médico estadounidense Merrill Singer en los años 90 para explicar una situación en la que «dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades». Y por eso no se trata solo de un simple cambio de terminología. Es entender la profunda crisis sanitaria  que vive hoy el planeta Tierra.

El problema es mayor –como ocurre en América Latina – cuando  el contagio en comunidades empobrecidas que no pueden cumplir con las normas de higiene y distancia social. Como dice Horton, y lo informó así la BBC de Londres, las condiciones ataca a poblaciones socialmente decaídas  se exacerba el impacto la las enfermedades y por ello lo que tenemos hoy hay que llamarlo “sindemia”, porque con el concepto “pandemia” nos quedamos cortos.

Este nuevo término se estableció hace unas dos décadas en Estados Unidos al descubrirse que muchos de quienes se inyectaban drogas sufrían de una cantidad de otras enfermedades (tuberculosis, enfermedades de transmisión sexual, entre otras), y los investigadores se empezaron a preguntar cómo éstas coexistían en el cuerpo, y concluyeron que, en algunos casos, la combinación amplificaba el daño.

En el caso del covid-19, «vemos cómo interactúa con una variedad de condiciones preexistentes (diabetes, cáncer, problemas cardíacos y muchos otros factores), y vemos un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas», explicó el profesor de bioética Peter Singer (Universidad de Princeton).

Y lo mismo confirma la investigadora  canadiense Tiff-Annie Kenny en el sentido que las enfermedades como la diabetes o la obesidad —que son factores de riesgo para el covid-19— son más comunes en individuos de comunidades de bajos recursos.

Con estos nuevos antecedentes, los científicos en Europa creen que la pandemia del covid-19 no se resuelve únicamente por la vía médica, porque en el fondo estamos en medio de una sindemia y no de una pandemia.

Analizar la situación a través de la lente de la sindemia, dice Kenny, nos permite pasar de la aproximación de la epidemiología clásica sobre el riesgo de transmisión, a una visión de la persona en su contexto social. Es una postura compartida por muchos científicos que creen que para frenar el avance y el impacto del coronavirus es crucial poner atención a las condiciones sociales que hacen que ciertos grupos sean más vulnerables a la enfermedad.

«Si realmente queremos acabar con esta pandemia cuyos efectos han sido devastadores en la gente, en la salud, en la economía, o con futuras pandemias de enfermedades infecciosas (hemos visto venir una detrás de otra con cada vez mayor frecuencia: sida, ébola, SARS, zika y ahora covid-19), la lección es que tenemos que abordar las condiciones subyacentes que hacen posible una sindemia», opina Peter Singer (foto izquierda).

«Tenemos que abordar los factores estructurales que hacen que a los pobres les resulte más difícil acceder a la salud o a una dieta adecuada», agrega.

«El riesgo de no hacerlo es enfrentarnos con otra pandemia como la de covid-19 en el tiempo que tome que una enfermedad existente se escape del mundo animal y pase a los humanos, como ha sido el caso del ébola y el zika, y que continuará ocurriendo a medida que sigamos invadiendo el espacio de las especies salvajes, o a raíz del cambio climático y la deforestación», publica la BBC.

Richard Horton concluye en su artículo en The Lancet en que “no importa cuán efectivo sea un tratamiento o cuán protectora una vacuna, la búsqueda de una solución para el covid-19 puramente biomédica fracasará».

Y concluye: «A menos que los gobiernos diseñen políticas y programas para revertir disparidades profundas, nuestras sociedades nunca estarán verdaderamente seguras frente al covid-19».