El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, se comunicó por videoconferencia el último sábado con la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, no para recibir instrucciones, sino para conocer detalles más de fondo del duro informe sobre la situación interna venezolana elaborado por la ex Presidenta de Chile.
Tras la comunicación, que se prolongó por espacio de una hora y media, el jefe de Estado argentino instruyó a su canciller Felipe Solá y al embajador Federico Villegas Beltrán «a votar y apoyar fuertemente» la resolución 45 que convalidó el denominado «informe Bachelet», en el que se expone al régimen de Nicolás Maduro, como publica este miércoles el diario Clarín de Buenos Aires, uno de los matutinos más serios y destacados de Argentina.
«El Presidente transandino había leído el informe, pero quería interiorizarse personalmente sobre el mismo”, se dijo en fuentes de la Casa Rosada.
“Analizaron los dos informes, el del Alto Comisionado de Bachelet y el del Grupo de Lima”, pero frente a este último se conocieron algunos cuestionamientos del Mandatario definidas como «deficiencias serias e importantes» y consideraciones «sesgadas».
En cambio, se realzó el informe presentado por la Alta Comisionada, que sostiene que «las instituciones en Venezuela están erosionadas» y da cuenta de abusos y «ejecuciones» de las fuerzas de seguridad como también el debilitamiento del sistema de Justicia y de la libertad de prensa y de expresión.
Los cuestionamientos al informe del Grupo de Contacto (de Lima) revelan el esfuerzo que debe hacer el jefe de Estado respecto a este tema para contener a las distintas expresiones de su coalición de Gobierno Frente de Todos. «Acá no estamos apoyando la política de nadie, sino defendiendo el compromiso de nuestro espacio ante la violación de los derechos humanos en un país», dijeron cercanos al Mandatario.
Fernández y Bachelet «coincidieron en condenar y abortar cualquier intento de intervención militar en Venezuela».
Alberto Fernández reafirmó la posición que viene explicitando sobre Venezuela desde la campaña y despejó las dudas que se habían suscitado en los días previos, a partir de las declaraciones que había hecho el embajador argentino ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Alberto Raimundi (ex diputado y actual Secretario General del Partido Solidaridad e Igualdad), que pidió «no estigmatizar» al régimen de Maduro.
«Trabajo para lograr una salida pacífica y democrática decidida por los venezolanos», le dijo Fernández a Bachelet a quien definió como ex presidenta. Ya en 2017 la hoy vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner consideró que “en Venezuela no hay Estado de Derecho».
Coletazo diplomático
La decisión final de Albertro Fernández le costo una renuncia: la recién nombrada embajadora de Argentina en Rusia, Alicia Castro. La diplomática aclaró: «Le dije (al Presidente) que yo «no estaba de acuerdo con la política de relaciones exteriores de su Gobierno y que por lo tanto no era conveniente que asumiera el rol de embajadora».
En la misma entrevista, Castro amplió su crítica al apoyo del gobierno argentino en el Consejo de DDHH de la ONU, que condenó las violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
Para ella, quienes cuestionan al régimen chavista hablan desde el desconocimiento. «Yo viví en Venezuela casi seis años, no saben lo que están hablando y repiten cualquier cosa».