Nadie entiende nada tras el fracaso de la oposición, cuyo resultado final es triste y muy lamentable ante la imposibilidad de crear un amplio bloque de izquierda con el Frente Amplio y el Partido Comunista. Sin embargo, este desentendimiento comunicacional desea ahora ser “vengado con rabia” de otra forma, con una nueva acusación constitucional, esta vez contra el ministro del Interior Víctor Pérez (UDI), además de seguir insistiendo en la renuncia del director general de Carabineros de Chile, general Mario Rozas Córdova.
Todo esto obedece a lograr una respuesta adecuada a la caída de un menor de 16 años al lecho del río Mapocho que había participado el último viernes en una manifestación en las inmediaciones de la Plaza Baquedano, como ya es habitual todos los viernes, y escapar de la persecución de a pie por dos carabineros. Al parecer, el menor había participado en acciones destinadas a perturbar el tránsito vehicular en una frecuentada avenida santiaguina.
Aún no está absolutamente claro cómo fue que el menor cayó al lecho del río. La izquierda dice que uno de los carabineros, de sólo 22 años, empujó a la víctima al río, pero esto tampoco ha sido completamente aclarado. Hay varios videos circulando, pero en ninguno se puede apreciar con exactitud que el joven herido haya sido empujado. Se ve el brazo de un carabineros, es cierto, pero la imagen se esconde entre un poste del alumbrado público, otro de los carabineros persecutores y un grupo de civiles que miraba la escena. Puede ser también que el funcionario policial hubiese tratado de agarrar al joven por la espalda para evitar que cayera al río, para luego detenerlo por desórdenes. El carabinero que aparece por ahora responsable del incidente está en prisión preventiva y según la fiscal Ximena Chong los videos son pruebas suficientes.
En todo caso la noticia ha dado la vuelta al mundo y las cadenas radiales y de TV de Europa, como la BBC, lo han difundido con lujo de detalles. Otra vez surje el tema de los derechos humanos que vuelven a desprestigiar a Chile, además de acrecentar la crisis política interna que vive este país latinoamericano, faltando escasos días para el 18 de octubre en que “los nuevos revolucionarios chilenos” desean conmemorar el levantamiento social que realizaron ese día hace un año que significó la destrucción del metro de Santiago (costo de la reparación para el Estado chileno: 400 millones de dólares), el saqueo de decenas de comercios, tiendas santiaguinas y supermercados, sin contar los incendios.
El ministro vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, reiteró su repudio a la acusación constitucional que se espera presente esta semana la oposición contra Pérez (posiblemente el jueves), por eventuales violaciones a los derechos humanos de parte de Carabineros, y en particular su rol frente al paro de camioneros, tema que quedó pendiente después de la última huelga del transporte de carga realizada en el mes de agosto. El libelo iniciado por la Democracia Cristiana está «prácticamente listo».
«Esperaría que no se presentara, porque sería la novena acusación constitucional que tendría que ver la Cámara de Diputados en solo dos años”, comentó Bellolio.
La pregunta es si la política se hace en la Cámara con acusaciones constitucionales o se abordan los problemas más grave que tiene Chile para realmente resolverlos. Todo lo demás es una pérdida de tiempo preocupante orientada solamente a dañar más aún la imagen del Gobierno y querer ganar poder político-electoral. ¿Que riesgos tiene todo este desorden en la política chilena?
Bellolio agregó que «lamentablemente, la oposición, frente a lo patético que fue el fin de semana en sus explicaciones luego de no haber llegado a acuerdo en temas electorales, han encontrado nuevamente la misma cartita bajo la manga que han encontrado todas las veces pasadas, presentar una acusación constitucional sin ningún argumento jurídico y solamente por motivaciones políticas».
Resaltó el ministro que este será «el triste legado de una oposición fragmentada, el decir que no», insistió a la vez que criticó que -a su juicio- «vemos a esa oposición radical que arrastra a la oposición moderada que se queda silente frente a estos hechos».
En parte de la oposición moderada que dice el ministro, como la DC, el diputado Matías Walker dijo que «no tendría sentido» seguir con el libelo si el general director de Carabineros, Mario Rozas, «asume su responsabilidad» y deja el cargo. Condicionante que, sin embargo, fue considerada como un «chantaje inaceptable» por Bellolio.