Por Martín Poblete
Conforme con la tradición, una vez proclamado por la Convención Republicana en su candidatura a la reelección, Donald Trump tuvo un notorio repunte en las encuestas; nada nuevo, siempre el candidato presidencial abajo en los sondeos tiene una mejoría inmediatamente después de su respectiva Convención, la tuvo Walter Mondale contra Ronald Reagan en 1983, Robert Dole contra Bill Clinton en 1995. Sin embargo, quien asegura la delantera en los noventa días anteriores a la elección, tiende a mantener su ventaja y eventualmente ganar la presidencia.
Trump retiene la lealtad de la mayoría de quienes lo eligieron el 2016, pero probablemente ese voto duro no sea suficiente para darle la victoria. Bien vale recordarlo, una minoría decisiva del voto por Trump estuvo compuesta por demócratas desencantados con la candidata de su Partido, Hillary Clinton; otro grupo fueron los afroamericanos que no salieron a votar. La situación luce diferente ahora, Joe Biden parece tener éxito en traer de regreso al Partido Demócrata a quienes lo abandonaron hace cuatro años; mientras su compañera de lista, la senadora Kamala Harris, va camino de obtener similar resultado con los electores afroamericanos.
En un esfuerzo de última hora, Trump se ha puesto del lado de la restauración del orden público, del imperio de la ley, con sus ojos puestos en electores centristas moderados, alarmados por la sucesión de violentos incidentes en varias ciudades vinculados a uso excesivo de fuerza por las policías locales. El descriterio de algunos alcaldes retirando la policía de puntos de alta conflictividad, favorece la postura reciente de Trump, pero difícilmente le alcanzará para llegar al triunfo. En otra variable, el incumbente en la Casa Blanca ha lanzado dudas acerca de la confiabilidad del proceso electoral, lo cual ha sido refutado por los encargados de organizar la elección, todos ellos funcionarios del gobierno del cual se supone Trump es el líder.
Desde la Convención Demócrata hace un par de semanas, Joe Biden ha trabajado en restablecer la coalición amplia capaz de darle un triunfo claro, incuestionable; pareciera estar en buen camino al respecto, afroamericanos de diversas tendencias le han ratificado su apoyo, similar situación se de entre los hispanos, también entre organizaciones de homosexuales y lesbianas, lo que va quedando del movimiento sindical en torno a trabajadores del sector productivo con sus orígenes en la Segunda Revolución Industrial, las importantes federaciones del sector público, en todo el espectro liberal tal como se lo entiende en Estados Unidos aflora voluntad entusiasta de apoyo a la propuesta Biden/Harris. Lo hemos dicho en artículos anteriores, sólo un grueso error podría desbaratar la candidatura presidencial de Joe Biden.