Aparte del caso del supuesto fraude millonario cometido por su ex asesor de Steve Bannan (leer nota separada), el presidente Donald Trump “tiene ahora más difícil que antes” su reelección en las elecciones del próximo 3 de noviembre, porque al hecho delictual conocido este jueves debe soportar los coletazos provenientes de la Convención Demócrata celebrada en forma virtual este semana.

Lo último en esta Convención fue el discurso del ex presidente de EE UU, Barack Obama,, quien se dirigió a los votantes de la fórmula demócrata desde un sitio tan significativo para los estadounidenses como es el museo de la Revolución Americana, en Filadelfia, donde se firmó la Constitución de 1787, que hoy sigue vigente, describiendo al actual presidente  Donald Trump de incompetente absoluto y de peligro para la democracia. “No ha mostrado ningún interés en tratar la presidencia como algo diferente a un reality show» y ha demostrado lo que  puede usar o hacer para obtener la atención que ansía. Donald Trump no se ha adaptado al trabajo porque no puede. Y las consecuencias de ese fracaso son graves. Más de 170.000 estadounidenses muertos”, dijo.

“Lo que hagamos en los próximos 76 días dejará su eco en las generaciones venideras”, advirtió. Pidió confianza en la “la capacidad de Joe Biden (77) y Kamala Harris (senadora  californianade 55 años) para sacar al país de estos tiempos oscuros”.

Biden, que fue su número dos durante los dos mandatos presidenciales (2009-2017) de Obama, “restaurará el lugar de Estados Unidos en el mundo”, prometió. “Joe conoce el mundo y el mundo conoce a Biden”, recalcó el ex presidente.

La senadora californiana  aceptó anoche la nominación demócrata y se convirtió en la primera mujer negra formalmente nominada  candidata de un gran partido a la vicepresidencia de Estados Unidos. Lo hizo en una convención histórica por muchos motivos, sobre todo, por una grave pandemia que ha obligado a desarrollar este gran festín de la política de forma virtual. “Nos encontramos en un punto de inflexión”, dijo Harris, “Este caos continuo nos lleva a la deriva, la incompetencia nos hace pasar miedo”..

“Mi madre no se hubiera podido imaginar jamás que yo estaría aquí hoy diciendo estas palabras ante ustedes: aceptando la nominación a vicepresidenta de los Estados Unidos de América”, dijo Harris.

La historia ya está hecha, pero los demócratas necesitan ahora ganar la elección del 3 de noviembre. Que eso no es fácil lo recordó la intervención de Hillary Clinton. El Partido Demócrata busca en las presidenciales superar el trauma de su inesperada derrota de 2016, cuando un candidato insólito, que llegó a semejarse a un sabotaje contra los republicanos, arrebató la Casa Blanca a una candidata que parecía de manual. “Entonces dije que le debíamos una oportunidad, todos los presidentes merecen una”, dijo Clinton; “ojalá Trump hubiese sabido ser un buen presidente”.

La ex primera dama reclamó a las bases que voten en masa, un llamamiento con un gusto amargo. “Durante cuatro años, la gente me ha estado diciendo: ‘No sabía lo peligroso que era él’. ‘Ojalá pudiera volver atrás’. O peor: ‘Debí haber votado’. Esta no puede ser otra elección del ‘ojalá hubiera’ o ‘debí haber…”

La noche clave

Cuando Joe Biden se dirija a la nación esta noche en los momentos finales de la Convención Nacional Demócrata, hablará por primera vez como candidato presidencial oficial de su partido.

Pero la tarea que tiene ante sí será familiar.

Frente a la mayor audiencia televisada de su carrera, el gran desafío de Biden será dominar un cuidadoso acto de equilibrio, entre el resurgimiento de la izquierda del Partido Demócrata y los votantes moderados, incluidos los republicanos, en busca de una alternativa uniforme al presidente Trump.

Los demócratas se han esforzado por vender a Biden como una opción aceptable para los republicanos anti-Trump, destacando su historia como un negociador bipartidista: su autoría de la Ley de Violencia contra la Mujer y sus amistades con senadores en ambos partidos principales.