El Gobierno argentino anunciará por decreto el aumento de las jubilaciones, pensiones y prestaciones sociales, mientras los ancianos en Chile deben esperar a una reforma que está entrampada en el Congreso Nacional y que a ciencia cierta no se sabe si saldrá o no aprobada. Desde Piñera uno y luego con Bachelet 1 y 2 se espera un reajuste de las pensiones por el sistema de respaldo en Chile.
Los únicos “beneficiados” hasta ahora son los trabajadores que imponen en el sistema AFP a quienes se les ha permitido por ley a retirar hasta el 10 por ciento de sus propios ahorros que nada tienen que ver con los aportes reales del Estado, como ocurre en Argentina.
El aumento de las jubilaciones en Argentina debe aplicarse para el trimestre septiembre, octubre y noviembre. Y como pasó en marzo y junio, el aumento será fijado por decreto presidencial.
Se descuenta que el aumento será un porcentaje que se aplicará por igual a todos los beneficiarios, sin distinción de haberes, como se hizo en junio, a diferencia del de marzo que fue diferenciado según los rangos de haberes.
En Chile, contrariamente, el único sector social que no ha recibido ningún tipo de ayudas en tiempos de pandemia es el de los jubilados del Estado. Además en Argentina esperan que antes del aumento de diciembre ya esté aprobada por el Congreso la nueva fórmula de movilidad y los aumentos se determinen por la fórmula que apruebe el Parlamento argentino.
El aumento por decreto que firmará el Presidente Alberto Fernández sustituirá al de la fórmula suspendida que, de acuerdo a la evolución de la inflación y salarios del primer trimestre de este año,arroja un aumento del 9,88% para septiembre-noviembre en todos los rangos de haberes del régimen general.
En Chile existe la sensación de que los “tiempos mejores” no llegan aún para los jubilados por el sistema de reparto.