Por Walter Krohne
Las reservas venezolanas de 31 lingotes de oro depositadas en Londres, avaluadas en unos 1.800 millones de dólares, podrían llegar a definir finalmente el destino político de Venezuela. Este millonario “botín” está guardado en una cámara secreta del Banco de Inglaterra y fue depositado allí cuando este país caribeño, hoy empobrecido y prácticamente en ruinas, tenía ingresos millonarios al estar prácticamente “sentado” sobre las mayores reservas petroleras del mundo (estimadas en 309.000 millones de barriles).
Hoy el problema no es precisamente un tema solamente económico, sino que mucho más político. El Banco de Londres dice que desde su punto de vista todo está en orden: el dinero depositado está en sus arcas y sabe perfectamente que éste no le pertenece a Inglaterra sino a Venezuela. El problema está, según se dice en la capital, británica, es que sus directores no saben a quién devolverle los lingotes de oro, si es al presidente chavista Nicolás Maduro como la máxima autoridad actual de Venezuela y reconocido por Inglaterra (ambos países y gobiernos mantienen a sus embajadores), o a Juan Guaidó al autodenominado “presidente encargado”, así reconocido por unos cincuenta países del mundo entre ellos el Reino Unido.
Las querellas ya están presentadas, especialmente las del Gobierno de Maduro que exige el dinero devuelta con el argumento de que son fondos que utilizará en su país para afrontar los estragos que está dejando la pandemia por el coronavirus. Podríamos decir que esta es la parte humanitaria del asunto, aunque en comparación a otros países latinoamericanos Venezuela frente al contagioso virus aparece mejor ubicado que muchos otros con 51 muertos y 5.832 casos (comparativamente Chile tiene 5.753 muertos y 282.043 casos) según el registro diario de la Johns Hopkins University).
Es decir, al parecer, en el caso del oro venezolano no queda otra cosa que esperar hasta que un juez en Londres tenga la fuerza, el coraje y la legitimidad para decidir quién es el líder que tiene derecho a reclamar este millonario depósito venezolano.
El problema está en que el banco central del Reino Unido, cuyo gobierno reconoce al opositor Juan Guaidó como legítimo líder de la nación venezolana y por lo tanto sería él quien debería recibir esta riqueza, hay abogados que se oponen a ello porque este fondo no pertenece ni a Maduro ni a Guaidó, sino sólo al pueblo venezolano. Pero como en este caso hay un presidente “legítimo” y otro “no legítimo” pero que quiere ser presidente legítimo, las posibilidades que este dinero sea invertito o gastado realmente en beneficio de todos los venezolanos se pone abiertamente en duda. Otros abogados acotan que así vistas las cosas no será fácil avanzar hacia una solución, así que lo mejor sería que el fondo quedara en manos de un tercero, políticamente imparcial, como podrían ser un organismo internacional de las Naciones Unidas (el PNUD por ejemplo) por el tiempo que sea necesario hasta poder aclarar el drama político interno venezolano.
Según el Banco Central de Venezuela (BCV) había acordado ya con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destinar parte del oro depositado en el Banco de Inglaterra a la compra de medicinas, equipos médicos y alimentos para enfrentar la pandemia de la Covid-19.
La información la dio a conocer el presidente del BCV, Calixto Ortega, (Foto derecha) a la agencia Reuters: “Acordamos con el Programa de Naciones Unidas que recibieran ellos los fondos directamente. No es mi palabra, no es que esté diciendo que voy a comprar alimentos, medicinas y equipos médicos. Son las Naciones Unidas que lo están diciendo y ellos no se van a prestar a nada oscuro, que no sea neutral, independiente”, agregó.
En Londres, entretanto, hay un fallo pendiente que podría conocerse en los próximos días, el del juez Nigel Teare, y quizá su resolución podría ayudar a aclarar la cuestión.
Pero el problema seguirá siendo más político que económico porque si Maduro logra recuperar este dinero la fuerza opositora se debilitará significativamente a pesar de contar con el apoyo, entre otros, también con el del gobierno británico. En esta forma el deseado reconocimiento de Guaidó como “legítimo representante del pueblo venezolano” quedará otra vez aplazado y archivado para más adelante, si es qué.
“Este resultado socavaría la fuerza de la política anti Maduro” como dijo el experto venezolano Michael Camilleri del Centro de Estudios Diálogo Interamericano de Washington.
La disputa gira en torno a la posición británica hacia Venezuela. Con el Fondo en el Banco de Londres, el Reino Unido tiene una garantía para poder inclinar la balanza hacia uno u otro lado en este entuerto político.
Quizá ni Maduro ni Guaidó puedan adjudicarse legalmente el derecho a recuperar estos millones de dólares en oro, aunque ambos, cada uno por su lado, lo estén reclamando.
Gran Bretaña reconoce el reclamo de Guaidó, quien preside de Asamblea Nacional venezolana, como también lo hacen Estados Unidos y un sinnúmero de otros gobiernos y el mismo secretario británico de Exteriores, Jeremy Hunt, reconoció a Guaidó como presidente interino constitucional en un encuentro que éste tuvo en Londres con el primer ministro, Boris Johnson, a principios de este año.
Pero lo curioso es que a pesar de su respaldo a Guaidó, el Reino Unido mantiene lazos diplomáticos con el régimen chavista de Nicolás Maduro y Londres reconoce a la embajadora de Maduro, Rocío Maneiro, que tiene el control de la embajada venezolana en la capital en Londres, mientras que el embajador británico, Andrew Soper, sigue en Caracas. Para peor, las autoridades británicas no concedieron credenciales diplomáticas al enviado que Guaidó nombró como su embajador en Gran Bretaña.
Guaidó está instando al tribunal londinense a que ordene al Banco de Inglaterra que retenga el oro y no se lo entregue a Maduro, que según afirma preside “un régimen ilegítimo y corrupto”. En una reciente vista de cuatro días sobre el caso, sus abogados reiteraron que el líder de la Asamblea Nacional se convirtió en el líder legítimo de la nación en base a las disposiciones contempladas en la Constitución y dijeron que la continuidad de los vínculos diplomáticos entre Londres y Maduro “eran irrelevantes”.
Venezuela fue en su día uno de los países más ricos de América Latina y culpan de la destrucción de la economía y la industria petrolera del país al régimen socialista de la mala gestión y de la corrupción que ha llevado a la nación caribeña a una pobreza y ruina gigantescas.
Maduro achaca los males de la nación a lo que él califica de guerra comercial liderada por Estados Unidos, y acusa a Washington de imponer paralizantes sanciones en un intento de hacerse con el control de Venezuela bloqueando su capacidad de vender petróleo. El líder socialista tiene apoyo internacional de países como China, Rusia, Cuba, Irán y Turquía, lo que le complica al gobierno estadounidense de Donald Trump.
La historia del oro venezolano
Durante décadas, Venezuela ha almacenado oro que forma parte de sus reservas del Banco Central en bancos extranjeros, tanto en Europa como en Estados Unidos, una estrategia que han seguido también otros países. Se trata en el fondo de utilizar los servicios de prestadores y de resguardo bajo el cobro de una comisión por custodiar reservas internacionales. Es una estrategia utilizada por países pequeños ya que los grandes tienen capacidad para poder proteger sus propias reservas y mantenerlas en sus propias bóvedas.
En 2011, el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez repatrió cerca de 160 toneladas de oro de los bancos de Estados Unidos y de la Unión Europea al Banco Central (BCV) en Caracas, citando la necesidad de su país de tener el control físico de los activos. Y esto lo hizo por temor a sanciones internacionales que pudieran congelar sus reservas externas, como en el fondo también ocurre ahora.
El Banco Central de Venezuela abrió la cuenta de depósito en oro en el Banco de Inglaterra en 2008 y ésta fue operada por el BCV sin ningún problema hasta 2018. Pero a finales de ese año las autoridades venezolanas reclamaron por primera vez su devolución, según declaró a la BBC Mundo el abogado que defiende los interesas venezolanos en Londres Sarosh Zaiwalla.
Dígase lo que se diga, Maduro es el presidente legítimo de Venezuela , en cambio Guaidó es un invento de la oposición y jamás ha sido elegido en votación popular y democrática. Venezuela para los venezolanos, ni EEUU ni el Reino Unido pueden decidir por ellos. Ya Chile vivió la intromisión extranjera en el derrocamiento de Allende y le llegada de Pinochet y la Dictadura Militar-Neoliberal, aplicándose el dicho que «El remedio fue peor que la enfermedad»