El titular lo anunció este martes la ministra alemana de defensa Annegret Kramp-Karrenbauer, en una entrevista con el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
La unidad militar KSK se ha declarado “parcialmente autónoma dentro del Ejército a causa de una cultura tóxica de algunos de sus jefes”, declaró la ministra, y agregó que “esta unidad no puede continuar bajo su forma actual de mando y organización”
Esta unidad ha registrado ya varios escándalos por ciertos vínculos que han tenido algunos de sus integrantes con militantes de la extrema derecha.
La ministra declaró que en forma inmediata la segunda compañía de las fuerzas especiales alemanas, donde han sido detectados los excesos políticos más importantes, será disuelta sin ser reemplazada. Así la KSK solo conservará tres compañías y hasta que no se termine una profunda investigación y renovación, la unidad de élite no participará en ejercicios ni en misiones internacionales, agregó la ministra.
El descubrimiento reciente de la desaparición de 48.000 cartuchos y 62 kilos de explosivos de la KSK fue calificado de «preocupante» y «alarmante» por parte de la ministra. El ejército ha abierto una investigación sobre este hallazgo, que podría deberse a un error interno, explicó. Además, varios miembros de las KSK han sido identificados como cercanos a círculos ultranacionalistas.
«El muro de silencio se está rompiendo», aseguró la ministra de Defensa, estrecha aliada de la canciller alemana Angela Merkel y que para algunos observadores sería la posible sucesora en el liderago democristiano CDU, el partido oficialista.
El 9 de octubre de 2019 un terrorista solitario intentó ingresar a la sinagoga de Halle, en el estado federado de Sajonia-Anhalt dejando un saldo de dos personas baleadas cuando caminaban por la calle y varias otras resultaron heridas. La captura del principal sospechoso, horas después del atentado, un alemán de 27 años de edad con vínculos en la extrema derecha, habría sido el inicio de la investigación de los contactos de la extrema derecha con algunos mandos de las KSK del Ejército alemán.
Otro indicador fue la reciente prohibición del grupo neonazi «Nordadler», violentamente antisemita, que tenía el proyecto de establecer una comunidad neonazi en algún lugar de la campiña alemana. Igualmente el gobierno alemán ha puesto bajo vigilancia a la rama más radical del partido populista de derecha AfD de ideología nacional-conservadora y euroescéptica, que se sitúa entre la derecha y la extrema derecha.
El AfD (Alternativa para Alemania), fue fundado como partido el 2013 por Bernd Lucke, profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo, el experiodista Konrad Adam, del Frankfurter Allgemeine Zeitung, y los expolíticos de la CDU Alexander Gauland y Gerd Robanus. Desde su fundación, el AfD ha tratado desvincularse de la ultraderecha, buscando acercarse más al liberalismo clásico.
Su programa electoral se basa en el rechazo al euro, a los rescates a los países periféricos y la defensa de la vuelta al marco alemán. Defienden una disolución ordenada y paulatina de la eurozona. El congreso fundacional se celebró el 14 de abril de 2013 en Berlín. El AfD decidió entrar en la campaña electoral al Bundestag con un llamamiento a deshacer el «error histórico» del euro. Se oponen a la ola de migrantes llegados a Alemania en el contexto de la crisis migratoria en Europa. El AfD ha experimentando un aumento de apoyo popular tanto a nivel federal como en los estados federados. Su apoyo es mayor en los estados que conformaron la hoy desaparecida República Democrática de Alemania (RDA). En las elecciones federales alemanas de 2017 consiguió entrar como partido en el Bundestag con más del 13% de los votos y más de 90 escaños, superando los pronósticos de los sondeos electorales.