Foto de Portada, los Presidentes de EE UU, Donald Trump, y de la República Popular China, Xi Jinping.
La situación de las relaciones entre Estados Unidos y China, que van de mal a peor, han incrementado también las presiones sobre la Unión Europea (UE) hecho que ha originado un acuerdo de inicio de diálogo sobre esta materia entre el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo y el encargado de la política exterior europea Joseph Borrell.
El diálogo contemplará solamente el tema y situación de China que es considerada como una «grave amenaza» para las democracias y ciudadanos occidentales.

Mike Pompeo
Pompeo, en el contacto con Borrell, dijo que «mi mensaje hoy es seguir trabajando juntos para continuar el despertar transatlántico sobre el desafío chino, por el interés de preservar nuestras sociedades libres, nuestra prosperidad y nuestro futuro». Esto lo dijo en entrevista en el marco de una videoconferencia organizada por el centro de estudios German Marshall Fund.
El secretario de Estado alertó en su intervención en alertar sobre el riesgo que supone el Partido Comunista de China (PCCh) para la libertad y economía de Estados Unidos y Europa, que en su opinión deben unirse para hacerle frente juntos.
«EE. UU. no está forzando a la UE a elegir entre el mundo libre y la visión autoritaria de China. Es China la que hace esa elección entre libertad y democracia», aseveró. El Presidente de EE UU, Donald Trump, continúa así, a través ahora de Pompeo su política personal antichina que se intensificó con la pandemia originada justamente en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019. Antes fueron las guerras comerciales que Washington le declaró a Pekín, donde ha jugado un papel fundamental el desarrollo tecnológico que ha tenido la potencia asiática.
Por ello, Pompeo dijo estar complacido en anunciar que su país ha aceptado la propuesta que Borrell (foto izquierda) hizo durante una videoconferencia de los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) el último 15 de junio, hace diez días.
«Estoy emocionado con esto. Un mecanismo nuevo para discutir las preocupaciones que tenemos sobre la amenaza que China supone para Occidente y nuestros ideales democráticos compartidos», señaló.
Asimismo, el secretario de Estado aludió a las «acciones militares provocadoras» de China, como «la continuada agresión en el mar de China Meridional, las confrontaciones mortales en la frontera con India, su programa nuclear y amenazas contra vecinos pacíficos».
Además, lamentó que Pekín haya «roto muchos compromisos internacionales, entre ellos con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la ONU y el pueblo de Hong Kong».
También repasó las «prácticas económicas depredadoras» de China, que en su opinión «intenta forzar a los países a hacer negocios» con la empresa tecnológica china Huawei, un «arma de la vigilancia del PCCh», consideró.
La Administración de Donald Trump ha vinculado con el Ejército chino a una serie de compañías del gigante asiático, incluida Huawei, lo que dificultará aún más la entrada de China en sectores tecnológicos sensibles de Estados Unidos y abre la puerta a la imposición de nuevas sanciones. Así lo revela un documento del Pentágono al que han tenido acceso el diario Financial Times, cuya autenticidad han confirmado fuentes anónimas de la Administración, que aseguran que el informe ha sido enviado al Congreso.
El documento contiene un listado de 20 compañías chinas que, según Washington, son propiedad o están controladas por el Ejército Popular de Liberación. Además del gigante de telecomunicaciones Huawei, al que Washington acusa de realizar ciberespionaje para Pekín, la lista incluye al grupo Hikvision, que proporciona tecnología de videovigilancia a los campos de internamiento en la región de Xinjiang, donde el Gobierno chino recluye a la minoría musulmana uigur. También están en la lista China Mobile y China Telecommunications, dos compañías que cotizan en la Bolsa de Nueva York, así como el fabricante aeronaútico Aviation Industry.
En 1999, el Congreso de Estados Unidos encargó al Pentágono la elaboración de esta lista, pero no se había hecho hasta ahora. Las tensiones crecientes entre Washington y Pekín, tanto en el terreno comercial como en el tecnológico y el político, han aumentado la presión al Pentágono, por parte de legisladores de los dos partidos, para que publique la lista.
El mero hecho de que el Pentágono establezca que son controladas por el Ejército chino no implica directamente la imposición de sanciones, pero la misma ley en la que se ordenó la elaboración de la lista autoriza al presidente a declarar una emergencia nacional que le permitiría sancionar a las compañías de esa lista que operen en Estados Unidos. Los más beligerantes con China confían en que la sola inclusión de las empresas en la lista sirva como argumento disuasivo para inversores estadounidenses que se planteen hacer negocios con ellas.