Aparte de la deuda pública que se eleva a  US$323.177 millones de dólares y que representa el  88,8% del PIB argentino, la más alta de América Latina,  y que en la prácticamente resulta impagable, tanto es así que ha arrastrado nuevamente a este país a un default técnico. Pero esto no es todo: En el primer trimestre de este año la economía cayó un 5,4% interanual y el  desempleo subió un 10,4%.

El PBI alcanzó los $629.398 millones a precios constantes en los primeros tres meses del año. La baja anual se debió principalmente a significativos retrocesos en la inversión y en las importaciones. La mayoría de los sectores mostraron descensos. El departamento de Cuentas Nacionales del Instituto Nacional  de Estaqdísticas y Censos de la Argentina (INDEC)  informó además este martes que el PBI de la argentina retrocedió -4,8% en el trimestre frente al último trimestre de 2019 en la medida desestacionalizada.

Lo que muestren las estadísticas oficiales sobre la economía nacional luego del tercer mes del año será peor. Cuando se debate en el país sobre volver o no a fase uno, abril fue una muestra de lo que implica la cuarentena más rígida. La Unión Industrial Argentina (UIA) informó ayer que la actividad industrial registró una caída ese mes de 30,6% interanual y de -17,1% mensual en la medición desestacionalizada. Se trató de la retracción más aguda de la serie -que arrancó en 1994- y del nivel de producción más bajo desde febrero de 2003, según la entidad fabril.

El propio Indec ya había anticipado para el cuarto mes del año caídas en dos motores de la actividad: la construcción había retrocedido 75,6% en abril y la industria, 33,5%. Dos encuestas de la UIA y de la Cámara de la Construcción anticiparon que los problemas para ambos sectores se extendían más allá de los meses con aislamiento obligatorio más rígido.

El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA) indicó que para este año espera una caída de la economía de 9,5%, el doble de lo estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último reporte y por arriba de lo previsto por Cepal para el país. Estas dos perspectivas fueron publicadas meses atrás. Sin embargo, los números de los privados llegan hasta retrocesos de entre 10% y 11% para 2020.

La situación del Gobierno para enfrentar esta situación no es holgada. El Ministerio de Economía informó el resultado fiscal primario de mayo. Los ingresos subieron 2,4% interanual, mientras que el gasto se disparó cerca de 98%. En cinco meses, el rojo fiscal llegó a los $900.000 millones. Ese bache, aún en una compleja renegociación de la deuda con los acreedores privados que no llegó a su fin, fue solventado por 1 billón de pesos de emisión, pese a que el Ministerio de Economía mejoró su posibilidad de endeudarse en pesos.

Según el Informe de avance del nivel de actividad del Indec, tanto la oferta como la demanda cayeron interanualmente un 7,6%. Las importaciones retrocedieron un 16% en el año, mientras que la formación bruta de capital fijo (inversión) se derrumbó un 18,3% interanual. Nada se salvó: también bajaron el consumo público (0,7%), el privado (6,6%) y las exportaciones (4,7%). En la medida intertrimestral, todos estos ítems retrocedieron con la excepción del consumo público, que mostró un avance de un 1,6%.

«Esta caída se debió al decrecimiento de 24,5% de la inversión en construcciones, el descenso de 17,3% de otras construcciones, a la disminución de 13,0% en maquinaria y equipo y al decrecimiento de 12,9% en equipo de transporte», afirmó el Indec sobre la baja en el rubro vinculado a la inversíon. «Dentro de maquinaria y equipo, el componente nacional descendió un 5,9% y el componente importado se contrajo un 16,2%. En equipo de transporte el componente nacional se retrotrajo 14,6% y el importado decreció 9,7%», detallaron los técnicos.

» La mayoría de los sectores perdieron valor agregado en un año: agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-6,2%), pesca (-30,4%), industria manufacturera (-6,5%), construcción (-20,8%), comercio mayorista y minorista, y reparaciones (-6,5%), hoteles y restaurantes (-10,2%), transporte, almacenamiento y comunicaciones (-5,4%), la actividad de intermediación financiera (-5,9%), actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (-2%), servicios sociales y de salud (-3,7%), otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-7,2%) y hogares privados con servicio doméstico (-2,6%). Sólo mostraron alzas explotación de minas y canteras creció (+0,3%), electricidad, gas y agua (+3,8%), administración pública, defensa y planes de seguridad social de afiliación obligatoria (+0,2%) y enseñanza (+1,2%).

¿Y Chile?

El Banco Central prevé «la mayor contracción de Chile en 35 años» en su segundo Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, en el que ajustó sus proyecciones de crecimiento para 2020, señalando que se estima que el PIB nacional se contraerá entre 5,5% y 7,5%, muy por debajo del rango de caída de entre 1,5% y 2,5% estimado en marzo. Eso sí, el ente rector proyectó una importante recuperación en 2021, señalando que el país crecería entre 4,75% y 6,25%, mientras que en 2022 lo haría entre 3% y 4%.

El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, sostuvo en una entrevista que lo descritopor el Banco  «está bastante en línea con lo que nosotros en Hacienda estamos actualizando. La verdad es que tanto el banco como nosotros nos quedamos muy cortos con las proyecciones que habíamos hecho hace algunos meses».

«Vimos el Imacec de -14,1% en abril, mayo probablemente va a ser peor que eso y en julio probablemente vamos a tener otro tanto. Entonces vamos a tener un segundo trimestre muy malo, pero yo quiero dar la nota de esperanza, porque también concordamos con la mirada del Banco Central respecto que en 2021 debiéramos tener una recuperación fuerte», afirmó Briones.