Por Enrique Fernández
“No hay ninguna confusión”, dice el ministro. Es el mismo ministro Enrique Paris que dos días antes admitió que “las palabras no se pueden borrar” He ahí el problema: La autoridad ha sembrado un bosque de confusión donde los árboles son sus propias palabras, sus errores y sus contradicciones.
¿Alguien verdaderamente entiende por qué la autoridad sanitaria cambia una y otra vez la manera de informar sobre el avance de la pandemia del Corona Virus? ¿Por qué ocultó antecedentes que luego se vio en la obligación de publicar?
La evidencia más reciente estalló como una bomba de tiempo el último fin de semana. Fue el sábado, cuando en su reporte diario el Gobierno reconoció que la pandemia ha provocado en Chile más de 7.000 muertes en los primeros 100 días de la crisis. Hasta ese momento la versión oficial consignaba 4.075 decesos, pero ahora el Ministerio agregó a esa cifra otros 3.069 fallecimientos que no son “casos confirmados” sino “probables”. De este modo, el total de muertes atribuibles al virus llega a 7.144.
Con este reconocimiento, el Ministerio de Salud aceptó de manera tácita los cuestionamientos de la organización Espacio Público, el centro de investigaciones periodísticas Ciper y la periodista Alejandra Matus. En síntesis, esos estudios demostraban que el ministerio no estaba informando al país la cantidad real de las víctimas del virus.
Pero al día siguiente de esta primera aproximación a la realidad, el domingo 21, el informe ministerial señaló que los fallecimientos acumulados son 4.479, desde que la pandemia llegó al país. De este modo el Gobierno vuelve a ocultar los más de 3.000 decesos que había reconocido el día anterior como parte del total de fallecidos desde marzo hasta hoy, que sobrepasan los 7.000.
Y en esta estrategia de “bajarle el perfil” a la crisis sanitaria, el ministro Paris sostiene que “no hay ninguna confusión”. Pero como las palabras “no se pueden borrar” y las cifras tampoco, la realidad termina por imponerse, pese a la falta de claridad de los informes oficiales. A esa actitud confusa -involuntaria o intencionada-, es necesario agregar la insinceridad con que actúan las autoridades, incluyendo al presidente Piñera que se supone está al frente de la guerra contra el virus.
Una de las tantas posibilidades que la autoridad consideró para detener el avance de la enfermedad fue la estrategia de rebaño o de grupo. El procedimiento consiste en permitir que se infecte lentamente un sector de la población, para lograr su inmunidad y aplicar el mismo método en otras territoriales no infectadas.
“El esfuerzo aquí no es que nadie se contagie, sino que se contagien las personas, porque la única manera de protegernos para el futuro es que la mayor cantidad de gente se contagie, pero que lo hagan de una manera lenta”, explicó el 2 de abril el entonces ministro de Salud Jaime Mañalich, al referirse a la estrategia de rebaño.
“Nosotros hablamos de que hay una inmunidad de rebaño, una inmunidad de grupo, colectiva, cuando al menos el 60 por ciento de una población determinada alcanza esta inmunidad”, insistió Mañalich en una entrevista con el canal 13 de la televisión.
Para abundar en el tema, la subsecretaria de Salud Paula Daza adelantó el lunes 13 de abril que el propósito de un programa así aplicado sería “lograr que las personas se vayan enfermando progresivamente, para que los servicios de salud puedan dar una adecuada respuesta”.
Son palabras que no se pueden borrar, pero la vocera oficial del Palacio de La Moneda, Karla Rubilar, piensa que es posible hacerlo. Y lo dice sin titubeos:
“Tengo la tranquilidad espiritual de decir que nunca, nunca en este país se pensó en una inmunidad de rebaño”, aseguró en forma categórica, el jueves 18 de junio.
Con el mismo aplomo, se declaró “satisfecha” por la entrega de 1.500.000 cajas de alimentos a familias vulnerables de la Región Metropolitana dentro de un plazo que expiraba el 21 de junio. Sin embargo, lo que el presidente Piñera anunció tres semanas antes fue que el 21 de junio debía completarse la entrega de 2.500.000 cajas en todo el país.
“Antes del 21 de junio esperamos tener distribuidas todas las cajas”, anunció el mandatario, cuyas palabras no se pueden borrar, hablando en la comuna de Cerrillos hace tres semanas.
¿Confusión o letra chica?
CASOS de hoy en CHILE CONFIRMADOS
TOTAL: 250.767 personas contagiadas
Casos nuevos: 3.804 ((3.078 con síntomas, 336 asintomaticos y 390 sin notificar al Minsal)
Casos activos: 35.692
Fallecidos: 4.505 personas (3 nuevos)
Recuperados: no se informó
*Según el reporte del Minsal correspondiente al 23 de junio*
Arica y Parinacota: 1.443 (23 nuevos)
Tarapacá: 5.442 (87 nuevos)
Antofagasta: 6.991 (283 nuevos)
Atacama: 747 casos (29 nuevos)
Coquimbo: 2.485 casos (57 nuevos)
Valparaíso: 9.901 casos (286 nuevos)
Metropolitana: 200.861 casos (2.469 nuevos)
O’Higgins: 4.361 (175 nuevos)
Maule: 4.504 casos (149 nuevos)
Ñuble: 2.195 casos (14 nuevos)
Biobío: 5.328 casos (170 nuevos)
Araucanía: 3.027 casos (18 nuevos)
Los Ríos: 625 casos (4 nuevos)
Los Lagos: 1.466 casos (29 nuevos)
Aysén: 28 casos (no hay nuevos)
Magallanes: 1.363 casos (11 nuevos)
Qué lástima que la desinformación nazca de fuentes oficiales. Resultan más creíbles CIPER; ESPACIO PÜBLICO; periodistas de investigación como Alejandra Matus, que el Ministerio de Salud y su doble estandard con información diferente a los chilenos y a la Organización Mundial de la Salud. Hasta la información de fallecidos del Registro Civil parece imprecisa.