Investigadores en el Reino Unido dicen que tienen la primera prueba de un medicamento que salva vidas de los enfermos más graves de COVID-19: la dexametasona, un corticoesteroide barato y ampliamente disponible que ya redujo las muertes en hasta un tercio en pacientes hospitalizados enfermos de gravedad durante un amplio estudio clínico.
Los resultados del proyecto RECOVERY para estudiar distintos tratamientos se han anunciado este martes y los investigadores dijeron que se publicarán pronto. El estudio tiene una muestra grande y estricta que asignó al azar a 2.104 pacientes para administrarles el medicamento y los comparó con 4.321 pacientes que recibieron la atención habitual,informó Europa Press en Madrid.
El medicamento se administró en dosis bajas por vía oral o por vía intravenosa. Después de 28 días, había reducido las muertes en un 35% en pacientes que necesitaban tratamiento con respiradores y en un 20% en aquellos que solo necesitaban oxígeno suplementario.
No parece ayudar a pacientes con síntomas leves.
La investigación se da a conocer cuando este martes la pandemia anotaba ya 8.027.975 casos en el mundo y 437.722 muertos, según el informe diario de la Johns Hopkins Universiy de EE UU.
«Es un resultado extremadamente bienvenido», dijo uno de los supervisores del estudio, Peter Horby, de la Universidad de Oxford, en un comunicado. «El beneficio en la supervivencia es claro e importante en aquellos pacientes lo suficientemente enfermos como para requerir tratamiento con oxígeno, por lo que la dexametasona debería convertirse en el estándar de atención a estos pacientes. La dexametasona es económica, está disponible al alcance de la mano y puede usarse inmediatamente para salvar vidas en todo el mundo» añade.
«Este es un gran paso adelante en la búsqueda de nuevas formas de tratar a los pacientes de Covid», dijo el profesor Stephen Powis, director médico del NHS, el servicio de salud pública británico, en otra declaración.
Este medicamento ya se usa en muchas indicaciones por su poderoso efecto antiinflamatorio e inmunosupresor, incluso para los casos graves de edema provocados por el mal de altura.
El ministro de Sanidad británico Matt Hancock ya ha anunciado que el Servicio Nacional de Salud británico comenzará a sistematizar su uso inmediatamente en un video publicado en su cuenta de Twitter.
Aunque la droga solo ayuda en casos graves, «se salvarán innumerables vidas a nivel mundial», dijo Nick Cammack de Wellcome, una organización benéfica británica que apoya la investigación científica. «La dexametasona ahora debe ser implementada y accesible por miles de pacientes críticos en todo el mundo», dijo Cammack, que no participó en el estudio. «Es altamente asequible, fácil de fabricar, puede ampliarse rápidamente y solo necesita un pequeña dosis «.
Los esteroides reducen la inflamación que provoca el COVID-19 en los pacientes más graves cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada para combatir la infección.
Esta reacción exagerada puede resultar fatal, por lo que los médicos han estado probando esteroides y otros medicamentos antiinflamatorios en estos pacientes.
Hasta el momento la Organización Mundial de la Salud desaconsejaba el uso de esteroides en el curso de la enfermedad porque pueden retrasar el tiempo que tardan los pacientes en eliminar el virus.
Sin embargo, esta vez la OMS celebró el “avance científico” tras el anuncio de investigadores británicos sobre un medicamento de la familia de los esteroides que reduce significativamente la mortalidad en los pacientes graves de covid-19.
“Es el primer tratamiento comprobado que reduce la mortalidad en los pacientes enfermos de covid-19 bajo asistencia de oxígeno o respirador”, comentó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado.
“Es una buena noticia y felicito al gobierno británico, la universidad de Oxford y a los numerosos hospitales y pacientes en el Reino unido que han contribuido a este avance científico que salva vidas”, añadió.
El medicamento evitaría muertes que hoy son casi seguras
Las investigadores estimaron que el medicamento evitaría una muerte por cada ocho pacientes tratados con respiradores y una por cada 25 pacientes que solo necesitan oxígeno adicional. Sin embargo, sigue sin haber un tratamiento claro para los pacientes que experimentan síntomas leves pero persistentes, característicos del COVID-19.
El estudio incluyó a más de 11.000 pacientes en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte a quienes se les dio atención estándar o una más de varios tratamientos: dexametasona; el medicamento combinado contra el VIH lopinavir-ritonavir, el antibiótico azitromicina; el medicamento antiinflamatorio tocilizumab; o plasma de personas que se han recuperado de COVID-19 que contiene anticuerpos para combatir el virus.
La investigación continúa sobre los otros tratamientos. El programa está financiado por las agencias gubernamentales de salud en el Reino Unido y donantes privados, como la Fundación Bill y Melinda Gates.
Hasta ahora el único medicamento que había demostrado ayudar en el tratamiento, reduciendo el tiempo de la enfermedad era el antiviral Remdesivir.
Preocupan loa brotes fronterizos
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ve una “tendencia preocupante” en la trasmisión de COVID-19 en zonas fronterizas del continente americano y el Caribe, actual epicentro de la pandemia, dijo este martes su directora de la OPS, Carissa Etienne (foto izquierda).
«Si bien la mayoría de las infecciones en la región se reportan en las grandes ciudades, donde la desigualdad económica y la densidad de población estimulan la transmisión, nuestros datos muestran una tendencia preocupante hacia una alta transmisión en las zonas fronterizas», señaló en rueda de prensa.
Etienne mencionó en particular «un pico» en las zonas limítrofes entre Haití y República Dominicana; Costa Rica y Nicaragua; Guayana Francesa y Brasil; Guyana, Surinam y Brasil; así como la región amazónica donde se juntan los bordes de Venezuela, Brasil y Colombia, y el área fronteriza entre Perú, Brasil y Colombia.
Con más de 81.000 muertes y casi 1,7 millones de contagios, Latinoamérica se ha convertido en el epicentro de la pandemia del nuevo coronavirus, declarada en marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cual la OPS es la oficina regional.
«Brasil tiene el 23% de todos los casos y el 21% de todas las muertes en nuestra región. Y no estamos viendo que la transmisión se desacelere. Lo mismo ocurre en casi todos los países de América Latina y en algunos en el Caribe va en aumento», dijo Etienne.
La falta de infraestructura de salud en la mayoría de las ciudades limítrofes, con reducida capacidad hospitalaria y de laboratorios, y los problemas de acceso afectaban a los grupos indígenas, las comunidades en zonas remotas, los migrantes y las personas que se trasladan con frecuencia entre países por motivos familiares y laborales.