Una muy mala experiencia vivió este miércoles en el Jumbo Bilbao un matrimonio de la tercera edad que después de comprar un carro con mercadería (para pasar la nueva cuarentena) logró llegar a una fila de caja a pagar la cuenta eligiendo la fila que decía «Caja Preferencial Adulto Mayor», pero en esa misma fila había también gente menor, mucho más jóven.
Al reclamar se dijo que no era una fila «preferente para adultos mayores» sino «con prefrencia para…» (no se sabe donde está la diferencia). El personal actuó como si no le importara nada lo que ocurría (sin control) y todos estaban allí aglomerados a pesar de la pandemia. La atención en la caja era lenta y la pareja esperó allí algo así como una hora. Era una fila relativamente corta (cinco personas) . Cuando le tocó el turno a esta pareja de adultos mayores, una empleada del Jumbo de nombre «Ingrid» le dio la pasada en forma indiscriminada a otra clienta (¿amiga de ella?, quizá)» Esto demoró otros diez a 15 minutos por problemas que tenía la clienta, al parecer, con su tarjeta bancaria o de crédito.
La pareja volvió a reclamar señalando y haciendo pesar su argumento de la espera de una hora que ya tenía frente a la caja. Ahi llegó otro empleado del mismo Jumbo de nombre «Daniel», que apoyaba con mucha energía a su colega «Ingrid» casi sin discernimiento y diciendo que mi reclamo había sido un insulto. El reclamo de la pareja afectada fue únicamente para hacer respetar sus derechos, pero esto parece que en Jumbo no vale absolutamente nada. Antes, la misma pareja de adultos mayores había estado en otras dos cajas que también decía preferencia adultos mayores pero que pocos respetaban. El empleado de Jumbo «Daniel» decía a cada momentos «queréllense si quieren» pero así son y están aquí las cosas. Cuando la pareja intentó fotografiarlo huyo del lugar y solo pudo sacar la fotografía de «Ingrid» de espalda (Foto derecha).
Lamentablemente la atención de Jumbo Bilbao y, al parecer en todo el sistema Jumbo, quizá por causa de la pandemia, ha bajado y desmejorado mucho. Para evitar estos problemas la pareja indicada había utilizado antes dos veces la «App Jumbo» para comprar por la web y las dos veces Jumbo falló en la entrega al traer sólo una parte de los artículos encargados y que aparecen en su lista de la App’. Y no eran artículos difíciles de encontrar como huevos o aceite o arroz de consumo diario.
¿Mala suerte de la pareja de la tercera edad o mal servicio del supermercado de Horst Paullmann, donde, al parecer, el cliente ya no tiene la razón?.