Por Jessika Krohne

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Esta crisis sanitaria que estamos viviendo como país y el mundo entero ha afectado mucho a todas las personas; sin embargo, hay un grupo social donde la complejidad ha sido mucho mayor. Me refiere el grupo de la tercera edad.

Muchos adultos mayores viven solos y necesitan del contacto social para mantener un estado de ánimo adecuado o requieren de ayuda para poder llevar a cabo diferentes trámites.

En Chile hay 459.686 adultos mayores sobre 60 años de edad que viven solos. Se trata de una población de riesgo en esta pandemia, debido a diferentes enfermedades como hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares que ellos pueden tener de base y que podrían agravar bastante si se contagian con el covid-19.

Es por esto que no se deberían exponer a salir a la calle a realizar diferentes diligencias, pero muchos no cuentan con una red de apoyo y deben salir a exponerse. Además, es una generación, donde la tecnología se convierte en una tremenda dificultad y donde realizar una compra online a domicilio es algo muy complejo para ellos.

La importancia de la vida social y de los nietos en esta etapa de vida son fundamentales, pero en esta época de crisis no pueden visitar a familiares, amigos o a sus nietos. Están limitados, tienen que quedarse en casa sin tener mucho contacto con otras personas. Eso puede gatillar una tremenda angustia en estas personas, cuadros ansiosos y depresivos pueden aparecer o agudizarse en esta pandemia además de aparecer un miedo intenso de poder contagiarse con el virus. 

Desde que comenzamos a conocer los alcances de esta pandemia, la tercera edad fue identificada como la población de mayor riesgo frente al contagio de COVID-19. Hoy, la recomendación para ellos es aislarse socialmente, pero hasta ahora desconocemos las implicancias psicológicas que esta automarginación pueda tener. Hablamos del miedo, estrés, ansiedad e irritabilidad, entre otras.

También puede aparecer el miedo de perder amigos cercanos a su edad y de toda la vida debido a este virus que justamente afecta más a su grupo etario donde tienen amigos de toda la vida.  Por lo tanto, la muerte y los procesos de duelo se convierten en algo muy presentes en los adultos mayores. 

Para poder apoyar a esta población de riesgo y más vulnerable frente a esta pandemia, se sugiere comunicarse regularmente con los adulos mayores de la familia ya sea telefónicamente o vía videollamada y preguntarles como están. Cómo ha cambiado su vida y si necesitan ayuda de cualquier tipo. 

También es importante disminuirles la angustia, incentivándolos que continúen haciendo actividades como caminar algunas cuadras con todas las precauciones necesarias sin tener riesgo a contagiarse. 

También es fundamental que los adultos mayores continúen con su rutina y mantengan un horario normal de levantarse, ducharse, vestirse y acostare. De esa forma no se perjudica la higiene de sueño y se mantiene el estado de ánimo relativamente estable. 

Es importante decirles que esto no va a ser para siempre y que tiene un fin donde todo va a volver a una cierta “normalidad”.

El apoyo, la empatía y acompañar de lejos se convierten en elementos esenciales para apoyar a todas las personas de la tercera edad.