Por Walter Krohne
Cuando comparamos el discurso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de enero o febrero con el de ahora, nos damos cuenta que estamos frente a una figura política irresponsable, poco visionaria, enredosa y sin la calidad de un líder verdadero como el que debería estar en la Casa Blanca. Estamos hablando de la primera potencia mundial.
En enero-febrero el “estadista” decía simplemente «lo tenemos controlado», minimizando el inicio de los casos de coronavirus… “es una persona que viene de China. No va a pasar nada”, decía.
A medida que los casos aumentaban, Trump seguía sin tomar medidas urgentes y mantenía su discurso de «insopotable tranquilidad», aunque ya parecía que EE UU, por el número de casos y muertos, estaba en el medio de una cruenta guerra mundial. «Va a salir todo bien», «es un problema muy pequeño», «prácticamente lo hemos parado», «se irá en abril con el calor», «quieren ellos que parezca lo peor posible» (refiriéndose a sus enemigos).
Las frases del presidente estadounidense durante enero y febrero mostraron su visión personal y sin mayores conocimientos de lo que parecía ser para él una amenaza no tan seria, todo lo contrario de lo que pensaba China y el resto del mundo..
Pero las cosas cambiaron, el líder volvió a fracasar y hoy Estados Unidos es uno de los epicentros de la pandemia y, para peor, este martes fue el país más castigado por el coronavirus al registrar de nuevo el peor balance de muertos en un solo país en 24 horas. Los fallecimiento se elevaron a 12.907 tras los 1.942 de la última jornada.
El país de Trump esta ahora a punto de rebasar la cifra de los 400.000 casos, tras sumar más de 29.000 positivos este martes. De los casi 13.000 fallecidos, casi una tercera parte corresponde al estado de Nueva York. Solamente en la ciudad de la gran manzana, sobre la cual rige una orden de confinamiento total, se han registrado 5.489 víctimas mortales.
Nueva York acumula casi 139.000 de los casi 400.000 positivos en EE UU-superando ya a Italia y acercándose al total de España- y casi 5.500 fallecidos, según el último balance de las autoridades. Tras dos días consecutivos con menos de 600 víctimas, el estado vivió en las últimas 24 horas un repunte con 731 muertes, el máximo diario desde que arrancó la crisis.
Hace unos días Trump habló tratando de matizar que gracias a él la situación no será tan mala como podía haber sido (¿?). Pero hasta con matices, se trata de una declaración extraordinaria para un showman con aversión a dar malas noticias, y a la verdad en general», como escribió el corresponsal Pablo Ximénez de Santoval en un analisis publicado en diario El País de España.
«Trump no parece haber tomado conciencia de la situación hasta que han muerto más de 5.000 personas», se afirma en el texto, en el que se agrega que es un jefe de Estado «que ha minimizado la amenaza y frivolizado con sus consecuencias humanas y financieras durante tres meses».
El fracasado Trump ¿qué hace ahora?…Lo que siempre ha hecho, culpar a otros de cualquier crisis o tragedia como la actual que pasó por la Casa Blanca y sus propios oídos como “una crónica anunciada”.
Y quien son los otros: La OMS (Organización Mundial de la Salud) amenazando con congelar los fondos que allí está obligado a pagar EE UU (como miembro de la ONU) y argumentando que la entidad internacional sería la culpable porque “no avisó a tiempo”.
En plena pandemia del Covid-19 amenazó: “estudio congelar los fondos que mi Gobierno aporta a la OMS”, tras acusarla de ser una organización «sesgada» en favor de China, de haberse «equivocado» al no alertar antes del coronavirus y reprochó que la entidad criticase algunas de las medidas que su Gobierno adoptó al inicio de la pandemia, como la prohibición de viajes.
«La OMS se equivocó, no avisó a tiempo, podrían haber avisado meses antes (el primer caso se conoció el 31 de diciembre de 2019), lo habrían sabido, deberían haberlo sabido, probablemente lo sabían», dijo durante la rueda de prensa diaria sobre el coronavirus. Sin embargo, más tarde Trump suavizó sus palabras
Así es muy fácil aparecer como un líder mundial y después culpar a otros y no reconocer sus propios errores e incompetencias.
¿En qué manos tan peligrosas está el mundo de hoy?