Ningún gobierno ni agencia internacional podrá resolver este tema sin participación de las personas. Parece inevitable involucrarse con las acciones de cada día que involucran la higiene, la distancia para evitar el contagio, cuidándonos. Pero esto no alcanza. Millones de personas no pueden ni podrán lavarse las manos. Y si no cambiamos nuestro estilo de vida, la destrucción de ecosistemas continuará y con ella surgirán nuevos problemas, otra vez globales.
El reto es gigante: implica vincular los conocimientos y las prácticas habituales sobre el terreno, las administraciones y sus políticas, el conocimiento académico, combinando las diferentes perspectivas.
La crisis actual confronta a la humanidad con desafíos inéditos. El origen de la pandemia es múltiple, como lo son las condiciones que hacen posible su expansión en forma exponencial. Algún sabio dijo que si hacíamos lo mismo era bastante probable que el resultado fuera el mismo. La pandemia provoca y provocará dolor. No alcanza ya con dejar fluir.
(*) Diálogo Político