Así la Fed se convirtió este martes en el primer gran banco central en dar el paso para contener los daños económicos por la expansión de la crisis sanitaria global originada en China, siguiendo el ejemplo dado por Australia en este sentido. Tras la rebaja, no menor —medio punto—, la tasa de referencia queda en un rango de entre 1% y 1,25%.
En un primer momento, la medida fue acogida con fuertes subidas en Wall Street, que ya había repuntado antes del movimiento de la autoridad monetaria. Pero la alegría duró poco: en los principales índices estadounidenses volvían a imponerse los números rojos (el Dow Jones perdió 786 puntos, cerca de un 3% durante la sesión, una caída similar a la del índice de Standard & Poor’s y el Nasdaq), los mismos que sacudieron las principales plazas mundiales la pasada semana con una fuerza no vista desde 2008, informó el diario El País de España.
Ante esta avalancha de malos augurios económicos por la epidemia, la Reserva Federal ha actuado con contundencia, más de lo que esperaba la mayoría de analistas. Votado por unanimidad, se trata del primer recorte que se produce desde aquel 2008 de funesto recuerdo. La próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed, encargado de dictar la política monetaria, estaba prevista para el 17 y el 18 de marzo.
“El coronavirus plantea riesgos crecientes para la actividad económica”, dice en un comunicado la Fed, que asegura que está “monitorizando de cerca los desarrollos y sus implicaciones para las perspectivas económicas” y que utilizará sus “herramientas” y actuará “de manera apropiada para apoyar la economía”.
El presidente de EE UU, Donald Trump, había instado ya a la Fed a llevar a cabo un “recorte grande” de los tipos para compensar la ralentización. El Banco Central de Australia bajó los tipos de interés y aseguró que probablemente los reduzca aún más para compensar la situación y el frenazo provocado por el coronavirus de China.