El activista y defensor argentino de los derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel anunció este martes que postuló al expresidente de Bolivia Evo Morales al Premio Nobel de la Paz 2020, quien se encuentra precisamente exiliado en Argentina (En la foto de portada aparecen ambos reunidos y analizando la situación boliviana).

Pérez Esquivel fue Nobel de la Paz en 1980 gracias a su compromiso con la defensa de la democracia y los derechos humanos frente a las dictaduras militares de la región.

“Es un honor para mí comunicarles que he postulado al compañero Evo Morales Ayma al Premio Nobel de la Paz del año 2020”, anunció el argentino en su cuenta de Twitter.

A través de un “hilo” en esa red social, argumentó que su decisión se debe a que para él Morales, lejos de la casualidad, “encabezó un proceso plurinacional, revolucionario y no violento, que marcó un antes y un después en la vida de los bolivianos y las bolivianas”.

“El modelo de país con igualdad, justicia social y soberanía que lideró Evo debe ser reconocido internacionalmente”, escribió.

Morales renunció a la Presidencia de Bolivia en medio de la convulsión social que derivó de las denuncias de fraude electoral en las elecciones generales del 20 de octubre del año pasado, que luego fueron sustentadas con un informe de auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Es procesado por sedición y terrorismo, entre otros delitos, por presuntamente alentar las protestas que protagonizaron los movimientos sociales tras su dimisión.

Pérez Esquivel es aliado de Morales. Está convencido de que al “igual” que en el caso de Luiz Inácio Lula da Silva, a quien postuló al Nobel en 2019, el líder indígena boliviano “es un símbolo de resistencia contra la nueva Operación Cóndor que hoy realiza golpes militares, mediáticos y judiciales, para proscribir partidos políticos y candidatos que logran alta intención de voto por favorecer al pueblo”.

“La democracia está en riesgo en nuestra región y no podemos callar, ni permitir la dictadura cívico-militar boliviana con su odio racial, ni la acción golpista de la OEA en manos del abogado uruguayo Luis Almagro como secretario general de la organización.

Urgió “elecciones libres y transparentes en Bolivia, el fin del exilio forzado de Evo Morales, y el reconocimiento internacional” al país “por su exitoso modelo social de Paz y no violencia”.