Por Jessika Krohne

 

www.psicologiaglobal.cl

Todos saben que tener una buena noche de sueño es importante, pero pocos duermen realmente las ocho o más horas que se recomiendan para tener una buena salud. Descansar de forma inadecuada puede tener graves consecuencias para nuestro cuerpo y nuestro cerebro.

Dormir es tan necesario como alimentarse de forma saludable o hacer ejercicio físico de forma habitual. Es una función biológica esencial para nuestro organismo y además, debemos tener en cuenta que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dormir aproximadamente 8 horas cada noche para cumplir con nuestro ciclo completo de sueño. No obstante, este número de horas es una media estadística, ya que algunas personas necesitan más tiempo de sueño para sentirse descansadas y otras personas con menos horas se levantan totalmente reconfortadas. La edad también es un factor esencial. Un bebé necesita aproximadamente 14 -17 horas de sueño, mientras que un adolescente 9 – 10 horas. Para los adultos jóvenes puede ser suficiente un descanso de entre 7 – 9 horas. 

Dormir las horas recomendadas, tiene múltiples beneficios para la salud. 

A continuación, revisaremos algunos efectos que puede tener un mal dormir o un buen descanso:

La falta de sueño tiene un efecto negativo sobre nuestro estado de ánimo. Si no se descansa lo suficiente nos sentimos estresados y mentalmente agotados. Incluso, podemos llegar a sentirnos tristes e incapaces de llevar nuestras tareas a cabo.

En cuanto se reanuda la rutina de sueño se restaura de nuevo nuestra capacidad de energía, mejorando así nuestro estado de ánimo. Nos sentiremos de buen humor, alegres y con iniciativa para comenzar el día.

Por otro lado, el sueño profundo ayuda a retener mejor la información y favorece la capacidad mnemotécnica. Un estudio publicado en Psycological Science afirma que dormir bien ayuda a retener la información a largo plazo.

Por otro lado, si el sueño es ligero o se interrumpe a lo largo de la noche, nuestra capacidad de consolidar los recuerdos disminuye, ya que mientras dormimos nuestro cerebro trabaja y ordena lo procesado durante el día.

El sueño repara y tonifica nuestra piel. Si descansamos las horas adecuadas reduciremos la probabilidad de tener bolsas y ojeras y nuestro aspecto en general mejorará. Un buen aspecto físico tiene una relación directa con una autoestima positiva y un bienestar personal.

Otro punto importante, es la producción de melanina y serotonina que se producen durante el sueño. Estas hormonas contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y nos ayudan a sentirnos más felices y emocionalmente más fuertes.

Los seres humanos nos regimos mediante ritmos ircadianos de 24 horas a lo largo de las cuales distribuimos etapas de concentración, ocio y descanso. Respetar estos ritmos incrementa nuestra calidad de vida ya que dedicamos un tiempo a cada necesidad.

Ahora que ya sabemos cuáles son los beneficios de dormir bien y algunos de los factores que están implicados, es conveniente recordar algunas claves para que nuestro sueño sea de calidad como las siguientes:

  • La habitación debe permanecer oscura durante la noche.
  • La temperatura ideal está entre 18 y 20 grados centígrados.
  • Evitar hábitos nocivos como alcohol o tabaco.
  • Intentar tener una rutina de sueño: acostarse y levantarse a la misma hora todos los días.
  • Limitar el tiempo de siesta.
  • Eliminar del dormitorio cualquier dispositivo electrónico.
  • Disminuir las bebidas con cafeína.
  • Hacer ejercicio.