Cientos de manifestantes se concentraron este miércoles en Buenos Aires para protestar contra el megaproyecto económico enviado al Congreso por el presidente Alberto Fernández, que  ya se debate en comisiones.

Con banderas argentinas y consignas contra las retenciones, los «superpoderes» y la suspensión de la fórmula jubilatoria, los manifestantes comenzaron a concentrarse frente al Parlamento pasadas las 18 y esta noche continuaban en el lugar.

El cacerolazo se realizaba sobre Rivadavia -entre Callao y Riobamba- y bloquea la puerta de ingreso y egreso de los diputados al Congreso.

«Cuando la corrupción se convierte en ley, la ley es un deber», reza una de las banderas, mientras que otra reclama «no a la liberación de los corruptos».

La manifestación de protesta está acompañada de cánticos contra el kirchnerismo. «Argentina sin Cristina», «Nisman está presente” (Fiscal supuestamente asesinado durante el gobierno kirchnerista por una relación no aclarada con Irán de la entonces presidente Cristina Fernández y hoy vicepresidenta).

Sin embargo, a pesar de las críticas, el plan económico ha tenido una buena reacción  en los mercados internacionales (ver video)

Las claves del paquete económico de Fernández para frenar crisis en Argentina, presentado por el ministro de Economía trasandino, Martín Guzmán, es, según dijo el mismo, «el primer paso para resolver la crisis económica y social por la que estamos atravesando».

A una semana de haber asumido, al Mandatario argentino se le terminó la “luna de miel” y se ve enfrentado a una ola de críticas. El ministro Guzmán presentó este miércoles el primer paquete económico del nuevo Gobierno, el cual fue bautizado como «proyecto de ley de Seguridad Social y Reactivación Productiva» y que ahora deberá ser discutido al interior del Congreso.

Como punto fuertemente criticado es el que incluye la aplicación de un 30% de impuestos a compras en el exterior.

«Este proyecto de ley es el primer paso para resolver la crisis económica y social que está atravesando Argentina en este momento. Todos entendemos lo muy dura que es la situación actual, lo que ha sido el crecimiento de la pobreza, de la indigencia, los problemas de seguridad alimentaria, hambre», expuso Guzmán. Y añadió que estas medidas buscarán «mantener ciertos equilibrios, alineados con esta idea de cambiar las prioridades. Lo que buscamos es proteger a sectores que están en una situación de gran vulnerabilidad al mismo tiempo que restablecemos las condiciones de consistencia macroeconómica que son necesarias para resolver todos los problemas de la economía Argentina».

Entre las principales -y más comentadas- medidas, la que ha captado mayor atención es la que dice relación con gravar en un 30% los gastos en turismo y compras en el exterior con moneda extranjera, principalmente dólar. Norma que tendría una vigencia de cinco años y que también afectará la compra de dólares para atesoramiento, al igual que las operaciones con medios electrónicos que impliquen pagos con divisa estadounidense, como el abono de plataformas como Netflix o Spotify. En específico, el gravamen alcanzará a las compras de divisas en moneda extranjera para atesoramiento; el pago de bienes o prestaciones y locaciones de servicios efectuadas en el exterior y servicios prestados por sujetos no residentes en el país; la adquisición de servicios en el exteriores contratados a través de agencias de viajes del país y la adquisición de servicios de transporte de pasajeros con destino fuera del país. Esto implica un endurecimiento de las trabas fijadas por el anterior gobierno de Mauricio Macri, el cual había limitado la adquisición de divisas a US$200 por mes. Lo que, en todo caso, se mantendrá.

«Necesitamos desalentar el ahorro de una divisa que no producimos», aseguró el secretario de Estado, recalcando que «no hay dólares». Además señaló que «el 70% de la recaudación del impuesto será destinado a financiar la seguridad social, y el 30% para infraestructura y vivienda». De todas formas, de dicho gravamen estarán exceptuados los gastos referidos a prestaciones de salud, compra de medicamentos, adquisición de libros en cualquier formato y utilización de plataformas educativas. También los gastos asociados a proyectos de investigaciones efectuados por investigadores que se desempeñen en el ámbito estatal. La gran mayoría de los argentinos tienen sus ahorros en dólares y gran parte de ellos se encuentra en el exterior.

Según el último balance del Banco Central de Argentina, las reservas internacionales son de US$44. 247 millones. Y en el último año el peso argentino se devaluó en casi un 40%.

Por otro lado, en el proyecto también se contemplan medidas destinadas a las jubilaciones, y es que Guzmán aseguró que la realidad de los retiros de su país «es grave». Así, informó que se tomarán un tiempo 180 días para cambiar la forma de cálculo del actual sistema de pensiones.

Mientras tanto, habrá incrementos trimestrales prioritariamente para sectores de más bajos ingresos. «Tiene que ser consistente y razonable», advirtió el ministro, que adelantó que se darán bonos de $5.000 pesos argentinos (alrededor de $63 mil chilenos) por única vez en diciembre y enero a los haberes mínimos «respetando las escalas». También el proyecto busca gravar la tenencia de activos financieros de los argentinos en el exterior, junto con crear un incentivo para quienes traigan esos activos al país. Sumado a ello, se eliminará el impuestos que grava al ahorro en pesos argentinos.

Otro punto que contiene la iniciativa es que se congelarían las tarifas de los servicios públicos por seis meses, mientras se debate un nuevo esquema de reajustes. «Lo que buscamos es proteger a sectores que están en una situación de gran vulnerabilidad al mismo tiempo que restablecemos las condiciones de consistencia macroeconómica que son necesarias para resolver todos los problemas de la economía Argentina» Martín Guzmán.

Por último, otra medida clave apunta a la subida de impuestos en algunas exportaciones: se buscará aumentar los topes por ley que tienen actualmente las retenciones del complejo oleaginoso (vegetales de cuya semilla o fruto puede extraerse aceite). Así, los porotos de soja -uno de los cultivos trasandinos estrella- pasarían de un tipo de 30% a 33%, y el maíz y el trigo, de 12% a 15%.

«Reconozco la importancia del sector agropecuario, pero necesitamos una economía estable», aseveró Guzmán. Entre otras cosas, el proyecto además propone modificar el actual esquema de impuestos internos que abarcan productos como el tabaco, bebidas alcohólicas, servicios de telefonía, automóviles, embarcaciones de recreo o aeronaves. Ello, sumado a un plan para regularización de deudas tributarias, aduaneras y de seguridad social para pymes y entidades civiles sin fines de lucro, y un esquema de devolución del IVA a sectores vulnerables.