En su primer mensaje a la nación boliviana, la proclamada mandataria, Jeanine Áñez, pidió por la pacificación y aseguró: «No aceptaré otra salida que no sean las elecciones democráticas».
En el anuncio que hizo este miércoles, Añez manifestó que su labor es la de restituir la paz y llamar a nuevos comicios lo antes posible: «Mi misión es llamar, tal como lo establece la Constitución, a unas elecciones limpias y transparentes con todos los actores políticos que cumplan con lo necesario lo más antes posible», señaló.
La mandataria, opositora a Morales, del Partido Centrista Demócrata, llamó a todos los empleados públicos a volver a sus funciones para la normalización de los servicios y actividades públicas. Manifestó que todos los cargos públicos deberán ponerse, sin excepción, a disposición del nuevo Gobierno.
Además de convocar a elecciones, el otro objetivo de su Gobierno será la derogación de la sentencia constitucional que permitió que Evo Morales fuera candidato a un cuarto mandato.
“Este mandato presidencial de carácter estrictamente provisional tendrá dos objetivos fundamentales: la derogación de la sentencia inconstitucional del 28 de noviembre de 2017 y la convocatoria a elecciones generales en el tiempo más breve posible tal y como lo establece la Constitución”, dijo Áñez en conferencia de prensa.
La flamante presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, hasta el martes senadora nacional, se convirtió en la segunda mujer en asumir la jefatura del Estado. La anterior fue Lidia Gueiler en noviembre de 1979, cuando a los 58 años asumió el mando, en el que estuvo apenas 244 días, porque en julio de 1980 fue derrocada por el general Luis García Meza.
La llegada de Áñez a la jefatura gobierno (la Presidenta Nº 66) es consecuencia directa de las renuncias forzadas de Morales, del vice Álvaro García Linera; del titular de Diputados, Víctor Borda y los números uno y dos del Senado, Adriana Salvatierra y Rubén Medicaneli, lo que vació la línea de sucesión prevista por la Constitución.