El ex presidente Evo Morales arribó a México donde fue recibido por las autoridades de ese país tas la concesión de asilo político por el Presidente mexicano Manuel López Obrador.
Dijo en Ciudad de México que «le había» dolido dejar Bolivia y que “volverá” lo antes que pueda y con más fuerza.
«Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno (mexicano) de ese pueblo que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas pero siempre estaré. Pronto volveré con más fuerza», escribió en su cuenta en Twitter.
Evo fue acompañado en el viaje a México por su ex vicepresidente Alvaro García, tambien renunciado.
En unas primeras palabras, Morales, visiblemente cansado, tachó de «golpe de Estado» lo acontecido en Bolivia tras las elecciones del 20 de octubre. «En la última etapa, lamentablemente, al golpe político y cívico se sumó la Policía Nacional», reprochó Morales, quien acusó a los opositores de haber quemado actas electorales y sedes sindicales, así como haber asaltado su casa en Cochabamba y la de su hermana. Incluso «hicieron renunciar a dos alcaldes de ciudades importantes como Sucre y Potosí», expresó. «Para que no haya más hechos de sangre ni mas enfrentamientos hemos decidido renunciar», expresó.
Evo dijo que su único «delito» era ser «indígena» y que su único «pecado» fue el de implementar «programas sociales para los más humildes» en Bolivia. Morales se declaró como «antiimperalista» y dijo que pese al «golpe» no va a cambiar «ideológicamente», reivindicando la reducción de la pobreza que logró en sus años en el poder.
Morales enfrentó un duro conflicto que exigía su renuncia al cargo luego de cuestionarse los resultados de las elecciones del 20 de octubre en primera vuelta por fraude. Una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) halló irregularidades, lo que agudizó el conflicto alentado por cívicos.
El dirigente cruceño Luis Fernando Camacho (foto arriba) fue uno de los que alentó el paro que se irradió a diferentes ciudades capitales con la consigna de la renuncia de Morales, que el 22 de enero culminaba su gestión. En las últimas horas Camacho dijo que había una orden para detener a Morales para iniciar un juicio en su contra. Otras versiones dijeron que la Policía se habría negado detener al ex Presidente.
Su carta de dimisión debe ser leída y aceptada en la Asamblea Legislativa Plurinacional, que aún no sesionó.
Los incidentes dejan 4 muertos
Violentos disturbios se han registrado tras la renuncia de Evo Morales. Su misma casa fue saqueadaa en el barrio de Villa Victoria por un grupo de vándalos.
El número de muertos era ya cuatro personas, entre ellas el coronel Herbert Antelo, quien sufrió un accidente al intentar esquivar un cartucho de dinamita y chocar contra un minibús, según versiones oficiales. Antelo era comandante de la unidad de operaciones especiales de la Policía de La Paz, conocida también como Unidad Táctica Operativa Policial (UTOP).
Los destrozos en la casa del renunciado Presidente alertaron a los vecinos, que se acercaron a la vivienda para impedir nuevos saqueos o posibles incendios que alcanzaran sus viviendas. «Estamos reguardando nuestras casas», aclaró uno de los vecinos a Bolivisión.
Uno de los testigos del saqueo a la casa de Evo Morales ha explicado que se dio en dos fases. Varios encapuchados se hicieron con artículos de gran valor. Un segundo grupo aprovechó la conmoción provocada por los primeros robos, llevándose otros objetos «como bebidas y recuerdos» (ver foto abajo).
Los destrozos en la residencia decorada con numerosos cuadros, algunos muy coloridos, donde puede contemplarse a otras figuras de la izquierda de Iberoamérica, como el Che Guevara o Hugo Chávez y donde destacan, también, numerosos autorretratos del expresidente boliviano.
El renunciar a la Presidencia Morales dijo: «El primer Gobierno indígena termina hoy con mi renuncia obligada a la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, producto de un golpe de Estado político, cívico y policial», reza la misiva, recogida por el diario boliviano Página Siete.
Morales ha argumentado que su «responsabilidad» como «presidente indígena y de todos los bolivianos» era «evitar que los golpistas sigan persiguiendo y hostigando» a sus simpatizantes, mencionando a los indígenas y a los dirigentes de su partido político, el Movimiento Al Socialismo (MAS).
«Hoy, (…) los humildes, los trabajadores, los aymaras y quechuas e indígenas de tierras bajas empezamos el largo camino de la resistencia para defender los logros históricos del primer Gobierno indígena», ha indicado.