Tras completar 14 años en el poder, el presidente boliviano Evo Morales renunció este domingo ante la presión de tres semanas de protestas contra su polémica reelección y tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía.
Morales, anunció su renuncia al cargo y también lo hizo el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, quien como tal ocupaba la presidencia del Congreso.
Morales se recluyó en la zona cocalera de Chimoré, su cuna política en la región central de Cochabamba, para hacer el anuncio. Aterrizó en el avión presidencial acompañado de García Linera.
En las redes sociales se especula que Morales viajaría al exterior, muchos dicen que a Argentina.
«Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales», dijo Morales a través de la televisión, en alusión a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los cuestionados comicios del 20 de octubre.
Morales, que denunció un «golpe cívico», pidió a los líderes opositores Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, a los que acusa de instar un golpe de Estado para quitarle el poder. Les pidió que «no maltraten» a los bolivianos.
«No queremos enfrentamientos», agregó, a la vez que dijo renunciar para propiciar la «pacificación» de Bolivia y que «vuelva la paz social».
Inmediatamente después del anuncio, las calles de La Paz se convirtieron en un carnaval, con el estallido de petardos y miles de manifestantes ondeando banderas bolivianas.
Fuerzas Armadas y Policía habían sugerido a Morales que renunciara
«Sugerimos al presidente de Estado que renuncie a su mandato, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia», dijo el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Willimas Kaliman, en un comunicado que leyó en conferencia de prensa.
Kaliman justificó el llamado «ante la escalada de conflicto que atraviesa el país».
Asimismo, el comandante en jefe pidió al «pueblo boliviano y sectores movilizados deponer las actitudes de violencia para no manchar con sangre, dolor y luto a nuestras familias».
Paralelamente, el comandante de la Policía Boliviana, Yuri Calderón, leyó un comunicado en el que se sumaba «al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia en estos duros momentos».
Morales perdió uno de sus principales aliados: el sindicato obrero
La Central Obrera Boliviana (COB), la mayor entidad sindical del país y que había sido aliada del Gobierno en los últimos años, le pidió este domingo al presidente Evo Morales que renunciara si era necesario «para pacificar al país».
«Si seguramente es una acción y una medida para que el pueblo se pacifique, compañero presidente le llamamos a la reflexión de que pueda asumir esta responsabilidad. Si hay la necesidad de renunciar, por pacificar al pueblo, lo hacemos, lo decimos desde la Central Obrera Boliviana”, manifestó el líder de la COB, Juan Carlos Huarachi, en una conferencia de prensa en La Paz.
Asimismo, Huarachi dijo que la convocatoria de nuevas elecciones es también un reclamo de su organización y que «no serán cómplices del derramamiento de sangre».
Fiscalía anuncia procesamiento de miembros del Tribunal Supremo Electoral
La Fiscalía General de Bolivia anunció más temprano que los siete miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) seran procesados por «presuntos hechos irregulares» en las elecciones del último 20 de octubre.
En un comunicado, la Fiscalía advirtió que las irregularidades detectadas por la OEA son «muy graves» y pueden conllevar «ilícitos penales y electorales vinculados al cómputo de los resultados oficiales».
«Se ha instruido el inicio inmediato de todas las acciones legales correspondientes para el procesamiento y juzgamiento de los vocales miembros del Tribunal Supremo Electoral y demás autores y partícipes de estos presuntos hechos irregulares», indicó la Fiscalía en el texto.
La medida fue anunciada horas después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) revelara numerosas «irregularidades» en los comicios, en los que el presidente Morales fue reelegido para un nuevo mandato, según el escrutinio oficial.
Presidente de la Cámara de Diputados y dos ministros renunciaron
El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, renunció este domingo después de que manifestantes atacaran su domicilio, en el marco de las protestas civiles que pedían la renuncia de Morales y todos los órganos del Estado.
«Renuncio a la Cámara de Diputados (..) ojalá que sea para preservar la integridad física de mi hermano que ha sido tomado como rehén» durante un ataque en la ciudad andina de Potosí (suroeste), dijo Borda a medios locales.
Asimismo, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, anunció su dimisión. «Hoy más que nunca necesitamos que el país regrese al camino de la paz social y de la unidad. Pensando en el bien nacional y el respeto a la vida, hago pública mi renuncia irrevocable al cargo de ministro de Hidrocarburos», escribió en Twitter..
Minutos antes había comunicado su dimisión «irrevocable» el ministro de Minería de Bolivia, César Navarro, después de que una turba de opositores quemara su vivienda, también en Potosí.
«He presentado mi renuncia porque creo que es un momento doloroso», dijo Navarro en un contacto telefónico con el canal privado PAT.
La ahora exautoridad lamentó la violencia «muy fuerte» latente en Potosí y denunció que una turba golpeó a su sobrino y que ahora un grupo buscaba entrar a la casa de su madre.
Bolivia: La crisis y la renuncia
El 21 de febrero de 2016 se realizó un referéndum constitucional en Bolivia para permitir una modificación a la Carta Magna que permitiera al jefe de Estado presentarse a una reelección dos veces de manera continua. El «No» ganó con el 51,3 por ciento de los votos, lo que significaba que Evo Morales quedaba imposibilitado de competir en las presidenciales de 2019. Pese a ello, compitió.
Evo Morales despertó al país con su llamado la última semana a nuevas elecciones, pero su anuncio llegó con por lo menos diez días de retraso, porque en las calles e instituciones se le empezó a pedir abiertamente la renuncia.