Natalia Compagnon, más conocida en Chile por el “caso Caval”, que afectó directamente al segundo gobierno de Michelle Bachelet“ en 2015,  habló por primera vez en un programa de TVN esta semana  sobre el ex ministro del Interior en el Gobierno de su suegra, Rodrigo Peñailillo, hoy desaparecido de la escena política nacional,  señalándolo como parte de la gente que no fue leal con la ex Presidenta, a pesar de haber sido un personaje muy cercano a ella.

 “Hubo gente que no fue leal con Bachelet y uno de ellos fue él”, señaló Compagnon  en la entrevista. “¿Había envidia?”, se  le preguntó directamente, a lo que ella contestó: “Sí, claro”.

Sobre el rol que le cupo a Peñailillo (fotos a la izquierda editadas y de archivo)  tras estallar el caso Caval, Compagnon insistió en responsabilizarlo de que el tema se saliera completamente de control.  “Desde el día uno José Antonio Gómez (exministro de Justicia) dijo que éste era un problema entre privados y el que permitió que hubiera un descontrol fue Peñailillo”, dejó en claro la entrevistada por TVN.

El Caso Caval es un escándalo político y un caso judicial chileno de carácter penal, por un  supuesto tráfico de influencias ejercido por Sebastián Dávalos, hijo de la presidenta Michelle Bachelet, quien habría ayudado a la obtención de un crédito millonario que fue aprobado por una entidad bancaria chilena, dinero con el cual la firma Caval, de propiedad de Campagnon, habría comprado terrenos agrícolas  en  Machalí, en la Región de O’Higgins, los que por «las supuestas influencias que tendría Dávalos se conseguiría posteriormente un cambio a urbano», como se señaló en su momento.

Todo esto fue “el resultado de una investigación periodística” publicada en febrero de 2015 por la  revista Qué Pasa. El escándalo fue bautizado inicialmente por la prensa local como «Caso Nueragate»,​ y rebautizado luego por el Ministerio Público como «Caso Caval»

Ella aseguró en la entrevista que el negocio era limpio, era un negocio que pasó sin problemas por todas las instituciones que tenía que pasar (todos los filtros). Se visó completamente por todo, señaló.

“A lo mejor. Refiriéndose nuevamente a Peñailillo, él se mareo un poquito con el poder. Él era un ministro de Estado y creo que no cumplió su función”, insistió Natalia Compagnon.

«Probablemente, ¿cuál sea mi mea culpa?: hay que tener ojo con la gente con quien uno se junta”.

La nuera de la Presidenta describió toda la pesadilla del caso Caval, que comenzó hace unos cuatro años, como algo así que “te agarra la ola, te da vuelta, te lleva al fondo, te tira para arriba de nuevo, arrasa con todo, con tus relaciones personales, con tus amistades, con tu familia, y cuando va en retirada, es muy poquito lo que queda. Tienes que empezar a reconstruir, a buscar el cómo va a seguir tu vida”, afirmó.

Al ser consultada de cómo están ahora las relaciones tanto con su suegra  como con su círculo en general, dijo que “estamos como cualquier familia que tiene una tremenda crisis, un tsunami, que obviamente te golpea. Pero aquí lo fundamental es que somos una familia y lo importante son los niños, y todos jugamos para que sus dos hijos estén lo mejor posible”.

“Son tiempos difíciles para la familia, pero siempre tratando de que las cosas anden bien, que la exPresidenta esté tranquila. Es difícil, porque ella está fuera del país”.

Compagnon dijo que en el momento más agudo de la crisis se sintió “discriminada” en su propio país por el trato que se le dio por el caso Caval, y que se le midió “con una vara distinta (…), como cuando intenté salir del país, me pedían exigencias muy superiores a los que se le pedían a otras personas”.

Además, sostuvo que fue “caricaturizada” por los medios de comunicación “como la mala de la película, como la villana (…) Hicieron del caso judicial una teleserie y, obviamente, eso lo sientes cuando sales a la calle en algunas ocasiones y la gente te mira”.

Probablemente, ¿cuál es el mea culpa?: «hay que tener ojo con la gente con quien uno se junta”.

A Sebastián Dávalos, quien fue designado por su madre al frente de la Dirección Sociocultural de la Presidencia de la República y ocupaba una oficina en el segundo piso de La Moneda, muy cerca de la de Peñailillo, Compagnon lo calificó como una víctima de todo lo que se generó por el caso: “Sebastián de verdad que no estaba involucrado. Sebastián fue como que iba pasando por la calle, le llegó un paquete y se tuvo que hacer cargo del paquete”.

Sobre el momento de la relación con su cónyuge, dijo que está “como cualquier relación después de todo lo que ha pasado” y que la causa les ha golpeado “como le puede afectar a cualquier persona, pero no más que eso”.

Al ser consultada sobre su autopercepción, comentó: “Yo me veo como soy, me veo que soy mamá, que soy hija, que soy amiga, que tengo familia. Yo todavía me miro al espejo y no me doy asco (…) Yo sé lo que hice y se también lo que no hice, y yo con eso vivo tranquila (…) Sé las cosas que hice. (…) Hay mucha gente que se mira al espejo y no se resiste la mirada, cada uno sabe lo que ha hecho. Yo duermo tranquila”.

Igualmente contó que su mamá ha sido otra víctima de lo que ocurrió porque fue despedida de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) por el gobierno de Sebastián Piñera porque no quería a la consuegra de Michelle Bachelet entre sus funcionarios. Relató que “su mamá estuvo 12 años en la Junji, pasó por distintos gobiernos, siempre con muy buenas evaluaciones, siempre contenta con su trabajo, pero en este cambio de gobierno a mi mamá la echaron, y fue por orden del Ministerio de Educación».