El presidente peruano Martín Vizcarra anunció este lunes la disolución del Congreso de la República al considerar que la cuestión de confianza, solicitada en horas de la mañana por el primer ministro Salvador del Solar, fue rechazada. La orden presidencial será publicada este martes en el Diario Oficial El Peruano.

La decisión contó de inmediato con el pleno respaldo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional (ver foto de portada).

El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y los comandantes generales del Ejército, Marina, Fuerza Aérea y Policía Nacional del Perú manifestaron su pleno respaldo al orden constitucional al presidente Martín Vizcarra como jefe Supremo de las Fuerzas Armadas (FFAA) y Policía Nacional del Perú (PNP).

El jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas, César Astudillo, los comandantes generales del Ejército, Jorge Celis; Marina, Fernando Cerdán y Fuerza Aérea, Rodolfo García, así como el jefe de la Policía Nacional, José Luis Lavalle ofrecieron en Palacio de Gobierno su respaldo al mandatario.

En la Casa de Gobierno, reafirmaron su respaldo y reconocimiento a Martín Vizcarra como presidente constitucional.

El jefe del Estado indicó anoche  en un mensaje a la nación que hoy su gestión presentó la tercera cuestión de confianza desde que él es presidente, pero que los incidentes ocurridos en el Legislativo este mismo lunes “subrayan la desvergüenza de la mayoría parlamentaria, trabajando para blindar a los suyos”.

“Desde el Congreso se intentó impedir al primer ministro ingresar al hemiciclo, no se dio la prioridad que la cuestión de confianza merece y se eligió al primer miembro del tribunal exprés en una duda votación”, agregó el mandatario.

Ante ello, indicó que su Gobierno ha decidido que, “ante la negación fáctica de confianza, decidí disolver el Congreso y llamar a elecciones de congresistas de la República”.

“Que sea finalmente el pueblo el que decida. El cierre que dispongo está dentro de mis facultades contenidas en la Constitución dando fin a esta etapa de entrampamiento político. Que se defina en las urnas el futuro del país”, sostuvo en su discurso.

“Estamos haciendo historia y espero que entiendan la importancia de esta lucha. Seguirán encontrando a este presidente para dar la lucha por el Perú”, acotó Martín Vizcarra.

La cuestión de confianza interpuesta hoy por el Gobierno sugería efectuar modificaciones al proceso de elección de candidatos al Tribunal Constitucional (TC) al considerar que no ha sido transparente y ha recaído en numerosos vicios.

No obstante, una vez que el primer ministro la sustentó y se retiró del hemiciclo, el titular del Congreso, Pedro Olaechea, dispuso continuar con el debate para la selección de magistrados del TC, señalando que la cuestión de confianza sería analizada a partir de las 4:00 p.m.

Acto seguido, el pleno eligió por 87 votos a favor, 13 en contra y tres abstenciones al abogado Gonzalo Ortiz de Zevallos Olaechea, primo del titular del Parlamento. Otro de los postulantes —Manuel Sánchez Palacios Paiva— no alcanzó los votos requeridos.

De otro lado, luego de la accidentada presentación del titular de la PCM y de los ministros en el pleno, el jefe del Estado, el Gabinete Ministerial y un equipo jurídico se reunieron en la tarde en Palacio de Gobierno.

El mandatario había anunciado este domingo en una entrevista realizada en el programa de TV ‘Cuarto Poder’ que una eventual elección de magistrados del TC sería interpretada como un rechazo a la cuestión de confianza solicitada por su gestión.

Grave crisis política

Una crisis política sin precedentes en las últimas décadas estalló este lunes en Perú, después de que el presidente Martín Vizcarra disolviera constitucionalmente el Congreso y una facción de éste en rebeldía votara su “suspensión” y jurara a la vicepresidenta Mercedes Aráoz.

El diario Crónica Viva, perteneciente a la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), escribe este martes que «la larga, tensa y convulsa jornada que vivió el país ha dejado un montón de heridas políticas abiertas por resolver, una gran incertidumbre sobre qué va a pasar en el futuro inmediato y pocas certezas sobre la situación legal y las consecuencias políticas de muchas de las decisiones que se tomaron.

Solo quedó clara y patente la alegría y la sensación de alivio que la gran mayoría población peruana expresó espontáneamente en las calles después de que el presidente anunciara la disolución del Congreso, un organismo cuyos representantes son odiados y despreciados a partes iguales por la mayoría de la población.

¿Qué pasó en Perú?

Vizcarra disolvió el Congreso y convocó elecciones legislativas para el próximo 26 de enero aplicando una norma constitucional que le habilitaba a disolver la cámara si ésta le negaba una cuestión de confianza al gabinete presidido por Salvador del Solar.

El presidente se pronunció así después que el Congreso procediera a elegir un magistrado para el Tribunal Constitucional pese a que la moción de confianza estaba expresamente vinculada a ese proceso de elección de jueces, muy cuestionada por las formas y los plazos que se emplearon en su tramitación.

Para el presidente, los congresistas negaron en los hechos con este acto el pedido de confianza, pese a que luego dieran formalmente en otro trámite parlamentario su respaldo a la propuesta gubernamental.

El Congreso, dominado por el fujimorismo y sus aliados de derecha y extrema derecha, respondió en rebeldía y acusó al mandatario de violar la Constitución por haber disuelto indebidamente la cámara.

Con la ausencia de casi cincuenta diputados que aceptaron la disolución, la facción restante votó una resolución para “suspender” por “incapacidad moral” a Vizcarra y nombraron en su lugar a la vicepresidenta Mercedes Aráoz como “presidenta en funciones”.

¿Cómo se llegó a esta situación?

Esta crisis es el punto álgido de un conflicto abierto entre el Gobierno y el Congreso desde las elecciones generales de 2016, que dejaron un parlamento dominado con abrumadora mayoría por el partido fujimorista Fuerza Popular y la Presidencia en manos de Pedro Pablo Kuczynski.

Fuerza Popular utilizó su poder en la cámara para presionar al Gobierno y para intentar “gobernar desde el Legislativo”, lo que suscitó el rechazo de la población.

El escándalo de corrupción de la constructora Odebrecht en el país terminó por costarle el cargo a Kuczynski y llevó a la asunción de su vicepresidente Vizcarra, quien encaró el cargo con la misión de enfrentar la corrupción que afecta gravemente a todo el país.

Así, Vizcarra promovió una serie de reformas que lo enfrentaron con el Congreso, identificado como un organismo penetrado por la lacra de la corrupción y que por acción u omisión boicoteó varios intentos para modificar normas y tomar medidas contra los corruptos.

Para solucionar el bloqueo político, Vizcarra propuso en julio un adelanto electoral para renovar tanto la presidencia como el Congreso, propuesta que sin embargo fue archivada sin debate por la Comisión de Constitución del Parlamento, ampliamente dominada por los fujimoristas.

De forma simultánea, los congresistas opositores iniciaron un procedimiento exprés y poco transparente para renovar a los magistrados del Tribunal Constitucional.

La cuestión de confianza que planteó Vizcarra y que se debatió hoy era precisamente para evitar esa maniobra.

¿Qué puede pasar ahora?

La incertidumbre es muy amplia. Ninguna de las partes reconoce a la otra y todo parece indicar que terminará en las manos del Tribunal Constitucional, que tendrá que dilucidar en último término si Vizcarra hizo bien en interpretar como denegado el pedido de confianza dadas las acciones tomadas por el Congreso.

Mientras, no parece que haya interés en desalojar a los congresistas que permanecen en el Congreso.

Tampoco hay sensación de inseguridad ciudadana, ni temor a una intervención militar. Los medios de comunicación han actuado toda la jornada con total libertad y lo siguen haciendo y nadie ha sido detenido.

Vizcarra convocó ya a elecciones para renovar el Congreso y le dio fecha, tal y como señala la Constitución peruana.