Por Walter Krohne

El desastre ecológico de Chiquitanía es tema central en Bolivia a veinte días de las elecciones presidenciales en las que aparece nuevamente como favorito, pero no seguro ganador, el  actual presidente Evo Morales, quien postula por un cuarto período.

Justamente son los Llanos de Chiquitos o Chiquitania,  nombre de una extensa llanura de América del Sur en Bolivia ubicada en la zona transicional  entre el Gran Chaco y la Amazonia. Este desastre podría significar una abultada cuenta electoral contra Morales, aunque las encuestas no lo dicen así.

De acuerdo al sondeo de la encuestadora Mercados y Muestras, realizado entre el 13 y el 20 de septiembre, cuando la campaña boliviana estaba ya  marcada por el desastre ambiental, Evo Morales consiguía un respaldo de 33 por ciento de los consultados, seguido de los candidatos opositores Carlos Mesa, con un 26 por ciento, y por Oscar Ortiz, con un 9 por ciento. La cifra de los que todavía no han definido su voto llega a un 15 por ciento, mientras que los que dicen que votarán en blanco, nulo o ninguno, llegan a un 11 por ciento.

Es precisamente el voto residual, calculado finalmente en un 26 por ciento, el que decidirá si Evo Morales gana en primera vuelta la elección del 20 de octubre o si Carlos Mesa obliga a un balotaje en diciembre. Una de las novedades de esta  encuesta nacional es la aparición del candidato coreano-boliviano, Chi Yung Chung, del PDC, con un 3 por ciento de la intención de voto, considerando que hace un mes no estaba aún en la contienda electoral y que ha llamado la atención por sus propuestas de ofrecer tratamiento psiquiátrico a las personas de la comunidad LGTBI o eliminar la televisión basura (PDC-Partido Demócrata Cristiano Chi Hyun Chung es pastor presbiteriano de 45 años de edad y nacido en Corea).

Sin embargo, la encuesta, que está basada en 3.600 personas consultadas y publicada el domingo por los diarios Página Siete y Los Tiempos,  señala igualmente que estaría en duda un triunfo del candidato oficialista Evo Morales en la primera vuelta, pero agrega además que en caso de que se produjera el balotaje entre Evo Morales y Carlos Mesa, sería ganado por el candidato opositor con un 44 por ciento, mientras que el presidente de Bolivia conseguiría un 39 por ciento.

En general, los tres primeros candidatos presidenciales con más chance en las encuestas han registrado un leve descenso o un estancamiento respecto al anterior sondeo de la misma empresa encuestadora y los mismos medios, difundida en agosto pasado.

El estrés electoral en medio de muchas dudas

El Diario de la Paz comenta hoy que este día martes era el comienzo de un mes de elecciones generales en Bolivia con un panorama de dudas del electorado, debido al papel que jugó el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la actitud del partido oficialista Movimiento al Socialismo que llevó a la repostulación del binomio gobernante Morales- García, a pesar que el 2016, a través de un referéndum, cuyo resultado debía ser vinculante, se negó tal posibilidad.

La misma publicación denuncia que en este año hubo una ola de despidos en el TSE, además que en junio pasado se denunció un presunto acarreo de electores de Beni hacia Pando a través de un registro irregular, descubierto por vecinos de Riberalta y que no fue totalmente aclarado. Simplemente se eliminó del padrón a los “votantes ilegales”.

En aquella oportunidad, se vieron seriamente comprometidos funcionarios del Tribunal Departamental del Beni. La oposición pidió la renuncia de todos los vocales del TSE; pero esta apelación no tuvo resultados, a pesar de las movilizaciones y advertencias que incluso trascendieron nuestras fronteras.

Las dos fuerzas opositoras mayores (con más cantidad de seguidores según intenciones de voto), Comunidad Ciudadana (CC) y Bolivia Dice No (BDN=Bolivia Dice No) mostraron constante preocupación por la posibilidad de parcialización del Órgano Electoral con el MAS.

“No tenemos un TSE confiable creíble e imparcial que realmente garantice la transparencia de la votación”, declaró el candidato de BDN, Óscar Ortiz.

También se puso en duda el crecimiento del número de votantes: el padrón de bolivianos habilitados para sufragar en el extranjero pasó de 256.991 en 2016 a 341.001 para las elecciones generales del 20 de octubre. El Servicio de Registro Cívico (Sereci) atribuye ese crecimiento, de 31 por ciento, al mayor interés que existe entre los residentes nacionales en 33 países frente a la elección de la máxima autoridad nacional.

El registro consolidado llega a 7.315.364 votantes habilitados y 32.852 inhabilitados, tanto dentro, como fuera del país.

Campaña opositora a Morales en Europa

Hasta a Europa han viajado opositores a Morales, como por ejemplo la poetiza y cadetedrática María Cruz Bayá que recorrió la última semana varios puntos del viejo continente .

Entrevistada por el diario “El Español calificó al actual presidente y de nuevo candidato a la reelección por cuarta vez, como un “un criminal sometido al narcotráfico y que lleva a Bolivia por la vía venezolana”.

La poetiza, activista por la democratización boliviana y líder del Movimiento Primero La Patria quiere llevar ante la Corte Penal Internacional al presidente de Bolivia, Evo Morales, por la quema de Chiquitanía que para ella es un  «desastre ecológico y humano premeditado».

«No es la Amazonia, es la Chiquitanía», se empeña en aclarar la poetiza. “son dos millones de hectáreas –dijo- que Evo Morales ha ordenado quemar”, que es lo que ella quiere llevar a la Corte Penal Internacional.

Bayá denunció en Europa los contratos con China para producir carne de manera industrial en los próximos años. «Para eso queman el bosque, para poner vacas». Señala que los cultivos de la multinacional Monsanto, que da por hecho que serán los que llenen las tierras «porque el bosque seco tiene menos humus y el fuego ha destrozado hasta el semillero, ahí sólo podrán plantar transgénicos. Y llama la atención sobre los precursores del etanol «que son un negocio gigante para los oligarcas».

 

Eso sí, añade que además hay un cuarto sector que ocupará las tierras boscosas calcinadas. «La hoja de coca», dice, «y no sólo para picchar [mascar], sino la que sirve para la cocaína… este Gobierno está vendido a los cocaleros», declaró Bayá.

Según las cifras oficiales, Bolivia es el tercer país del mundo -tras Colombia y Perú- en producción de hoja de coca, del orden de 44.000 toneladas al año. «Pero sólo 20.000 se usan para la coca de mascar, eso nos deja un negocio de unos 9.000 millones de dólares para las otras 24.000 toneladas, que oficialmente nadie sabe dónde van». Y cada año, al menos una vez, el Gobierno de Morales se reúne con el sindicato cocalero, «que es el que lo maneja con sus megaganancias por la cocaína», denunció Bayá en El Español de Madrid.

«Sí, tengo miedo por mi vida, sobre todo ahora cuando regrese. Puede que ni pueda entrar a mi país», lamenta. «Pero en Cohabamba, casi todos los que controlan ahora el MAS [Movimiento al Socialism, el partido de Evo] fueron mis alumnos, así que por ahí eso me defiendo».

Morales en plena campaña

El presidente, político y sindicalista Juan Evo Morales Ayma, de raíces aymarás,  tiene 60 años de edad, y «maneja» a Bolivia desde el 2006. Es un político activo desde 1997 cuando resultó ser elegido diputado por Cochabamba. Morales participó en las elecciones de 2002 logrando con el MAS  el segundo lugar con un fuerte apoyo en  los departamentos de occidente después de Gonzalo Sánchez de Lozada que tuvo más apoyo en los departamentos de los valles y llanos. En las elecciones de 2005, Morales obtuvo casi el 54 % de los votos, por lo que se convirtió en el primer presidente de origen indígena en Bolivia. Asumió el poder el 22 de enero de 2006.

Es el tercer mandatario boliviano en la historia de Bolivia  elegido por mayoría absoluta de votos (el primero fue Hernán Siles Zuazo en 1956 y el segundo, Víctor Paz Estenssoro en 1960).

El 6 de diciembre de 2009 se celebraron unas nuevas elecciones presidenciales, en las que logró la reelección con el 64,22 % de los votos.  El 12 de octubre de 2014 ganó con un amplio margen las elecciones presidenciales, con lo cual gobernará hasta el 22 de enero de 2020, es decir  catorce años ininterrumpidos.

La económía boliviana

Bolivia es el país que va a la cabeza del crecimiento económico latinoamericano en 2019. Esto se debe a tres razones: hidrocarburos, ahorro y estabilidad y planificación  económica.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe ‘Perspectivas de la economía mundial’  sitúa a Bolivia en el número uno con un 4 por ciento en la previsión de crecimiento que, a su vez, supera al promedio de la región iberoamericana, situado en el 1,4 por ciento.

La BBC de Londres destacó que Bolivia lleva más de una década creciendo a un promedio anual de 5%, que es muy superior al de Estados Unidos y el resto de los países sudamericanos.

A pesar de la crisis del precio de las materias primas, logró ahorrar y fue cauto en no despilfarrar el dinero que le llegó después de decretar la nacionalización de los hidrocarburos en 2006.

Sí, es cierto, ha crecido gracias a los cuantiosos ingresos que le dan las exportaciones de gas natural (que le vende a Brasil y Argentina), corriendo el riesgo de anclar su desarrollo a este recurso.

Y aunque ha hecho esfuerzos por diversificar la economía (con la venta de diesel, estaño y soya), queda pendiente la pregunta de por cuánto tiempo podría sostener su modelo de desarrollo.

Le llaman «el milagro económico boliviano», que despegó en los gobiernos de Evo Morales, una gestión que -desde un punto de vista político- ha sido destacada por sus reformas inclusivas, pero duramente criticada por sus tintes autoritarios, casos de corrupción y el nacimiento de una nueva «burguesía aymara».

Bolivia ha logrado tambiénb bajar la pobreza extrema de 36,7 % a 16,8 % entre 2005 y 2015.

Hay una serie de ideas impulsadas en Bolivia como son la industrialización del litio y la fabricación de productos ecológicos como son los autos eléctricos, recientemente.

En este último caso, Morales felicitó el emprendimiento al  visitar  las instalaciones de la empresa cochabambina Quantum Motors S. A. Tras un recorrido por la fábrica, comprometió apoyo para que el vehículo eléctrico de fabricación nacional tenga condiciones legales y así circular en el país sin ningún inconveniente.

El presidente Evo Morales junto al vehículo eléctrico de fabricación nacional boliviana.

El mandatario dijo sentirse muy sorprendido con la tecnología y equipos que se utilizan para la fabricación del vehículo, que fue presentado recientemente. Ejecutivos de la firma perfilan una capacidad anual productiva de 840 unidades y la meta de llegar hasta 2.400 en el corto plazo.

Los ejecutivos invirtieron al menos $us 700.000 en la fábrica ubicada en Colcapirhua, Cochabamba, donde 60 trabajadores producen vehículos urbanos eléctricos capaces de transportar tres pasajeros.

En la planta se fabrican el chasis, los soportes, los componentes del tren delantero, las jaulas y los asientos, y se realiza el armado y el pintado. El 40% de cada vehículo eléctrico es de fabricación nacional y el 60% es importado.