Por Gonzalo Mingo Ortega
U Católica (50 puntos) mantiene el liderato del torneo, que no “suelta” desde la octava fecha y avanza a paso firme hacia el título. Este fin de semana los cruzados derrotaron 4×1 a Curicó Unido en su casa con una actuación sobresaliente de Cesar Pinares y Jose Pedro Fuenzalida, que se ha transformado en el jugador símbolo del equipo cordillerano. No tengo recuerdo que en un campeonato de primera división, faltando ocho fechas y 24 puntos en disputa, un equipo tenga un “saldo a favor” de 14 puntos sobre su inmediato perseguidor, que es ColoColo (36 puntos).
Las cifras de los cruzados son notables. Ha convertido 39 goles y le han anotado 13, con una diferencia de + 26, demostrando con esto un equilibrio perfecto. Su técnico Gustavo Quinteros ha sabido “amalgamar”, el pragmatismo de torneos anteriores, con un “dar rienda suelta” al medio campo y libertad para “jugar a la pelota”, a sus delanteros. Lógicamente esta estructura de juego es con un orden asociado y limpio que, incluso en momentos álgidos, jamás ha recurrido al juego brusco o a infracciones para “ablandar” al rival, prueba de esto es que Católica, es el cuadro con menos tarjetas amarillas (33), un solo expulsado (doble amarilla a C Pinares) y con menos infracciones cometidas, 235 con un promedio de 10,68 por partido. De seguir así, el equipo cruzado se tiene ganado el cielo.
Los escoltas del líder, ColoColo, (que resucito ante Audax venciéndolo 4×2), Palestino, Audax Italiano, O’Higgins, Huachipato se “apretaron” entre los 36 y 33 puntos, lo cual hace interesante la pugna por los “segundos lugares”, que sin duda será el atractivo del final del torneo y que da las opciones para optar al “degrade” de las Copas Internacionales que se disputaran el 2020.
En el fondo de la tabla, U. de Concepción (19 puntos) , U de Chile (21) y Deportes Antofagasta (21), están como en el tango, “en la rodada cuesta abajo” y lo mas probable es que uno o a lo mejor dos, de estos tres clubes el próximo año estarán en la B. Es asombroso como por ejemplo U. de Concepción, el año pasado se mantuvo en los primeros lugares de la tabla hasta el final del torneo, terminando en segundo lugar, a tres puntos del puntero, lo mismo que U. de Chile a cuatro puntos y Antofagasta a ocho, hoy están como están. ¿Qué les paso…?. Que explicación hay para tanta irregularidad… A mi modesto entender, son las malas decisiones dirigenciales que “rebotan” en todos los estamentos de estas instituciones y que se ven reflejadas domingo a domingo en la cancha.
Este último sábado 34.430 hinchas azules, apoyaron hasta las lagrimas a su equipo ante Palestino, siendo derrotados 2×3, es lamentable ver en el Estadio Nacional, como una institución de la importancia y transcendencia de U de Chile se “derrumbaba” ante los tricolores, sin pena y sin ninguna gloria y lo peor, sin ese fuego sagrado que se requiere para momentos difíciles.
Tarde (aunque nunca lo sea) se acordaron en la tienda azul de “recortar” gastos y administrar bien los recursos. En los últimos tres años han rotado ocho entrenadores y cada cambio a costado muchos millones de pesos en indemnizaciones, dejaron partir jugadores de un mejor nivel que, los que los reemplazaron, a unos valores que no se condicen con la realidad de nuestro futbol. A todo sumemos una cantidad enorme de funcionarios para “administrar a los que administran”, anunciaron eso sí, que despidieron a 40, esto significa que estaban de más o no hacían bien su trabajo, en fin dejémoslo hasta ahí. Pareciera que algunas autoridades futbolísticas, se olvidaran que son entes privados y no públicos.
Todos los pecados o “pecadillos” en que ha podido incurrir U. de Chile, lo tienen casi al borde del “purgatorio” (que no es ni por asomo el infierno) y los que están en este estado celestial, si hacen buena conducta, finalmente logran salvarse, los azules ya empezaron ahorrando en champú, agua mineral, jabón y asados al mínimo, algo es algo, ahora bien, tienen jugar, ganar y “trancar con el ojo”.