El dictador Francisco Franco sigue dando problemas en España. Tras la resolución del Tribunal Supremo español de autorizar la exhumación de los restos del generalísimo del Valle de los Caídos, operación que se haría el 10 de noviembre “en forma muy rápida” y tomando todas las medidas de seguridad posibles, según dijo un vocero gubernamental. Su nueva tumba quedará ubicada en el cementerio Mingorrubio situado en el barrio El Prado del municipio de Madrid, perteneciente a su vez al distrito de Fuencarral-El Pardo. Su nombre proviene del arroyo de Mingorrubio, que cruzaba el terreno que hoy es poblacional.

Aquí quedará la nueva tumba del dictador Franco en Madrid.
En este camposanto existe un mausoleo construido hace años y donde están los restos de la esposa del Caudillo Carmen Polo Valdés, fallecida en 1988. Allí están también sepultados los restos del que fuera la mano derecha del dictador, el almirante Luis Carrero Blanco asesinado por ETA en 1973. Durante cinco años lo hizo su biznieto Fran, hijo de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón y Orleans, fallecido en accidente de tránsito a los 11 años en 1984. En 1989 su cuerpo fue trasladado al monasterio de las Descalzas Reales en Madrid junto a su padre.
En este mismo mausoleo descansarán desde noviembre los restos del dictador, muerto el 20 de noviembre de 1975.
La Asociación Vecinal El Pardo en Común ha mostrado hoy su malestar por este traslado a Mingorrubio por temor de que se pueda romper «la convivencia» en el barrio, oponiéndose además a que sea “el nuevo epicentro de la peregrinación de los nostálgicos del franquismo».
En un comunicado entregado a la prensa la asociación vecinal se felicitan, en primer lugar, por la noticia de que «el dictador y genocida Francisco Franco abandonará más pronto que tarde y definitivamente el Valle de los Caídos», un lugar que «deberá ser reconvertido y resignificado para desterrar su herencia franquista y reparar, de este modo, la memoria de los miles de presos republicanos, demócratas y antifascistas que allí yacen al morir trabajando como mano de obra esclava para la construcción del monumento al dictador».

El proyecto del Gobierno de sacar a Franco del Valle de los Caídos ha calentado los ánimos de los últimos franquistas. A la izquierda, pasquín en una pared de Madrid. A la derecha, el cuerpo de Franco, expuesto al público en noviembre de 1975.
Sin embargo, entienden que «las victorias no son siempre negras o blancas». En este caso, destaca el colectivo, «el matiz lo representa el barrio de El Pardo, su vecindario y la ciudadanía madrileña que acude a visitar nuestro barrio cada vez más asiduamente». Desde la Asociación Vecinal El Pardo indican que su traslado al cementerio de El Pardo «abre la puerta a una serie de problemas» y se muestra en contra de que sea reinhumado en suelo público.
«El mantenimiento y las obras no debe costar ni un solo céntimo a la ciudadanía», recalcan los vecinos, quienes están en contra también de que El Pardo sea «el nuevo epicentro de la peregrinación de los nostálgicos del franquismo cada 20 de noviembre».
«Condenar a un barrio que sufrió la represión salvaje de los aliados de Franco rompería la convivencia y generaría malestar entre vecinos y acólitos de la dictadura. Con dicha acción, se perjudicaría el trabajo de los vecinos en su lucha contra el estigma de El Pardo como un lugar que debe ser recordado, por ejemplo, por acoger las reuniones del gobierno republicano, por ser la sede del histórico Orfanato Nacional o por ser uno de los lugares preferidos por la Institución Libre de Enseñanza», apuntan.
Por ello, la Asociación Vecinal El Pardo en Común ha solicitado «coherencia y sentido común». «Franco, ni en el Valle, ni en la Almudena, ni en El Pardo», reclaman.