La máxima instancia judicial británica – el Tribunal Supremo- falló este martes en contra del primer ministro Boris Johnson al declarar ilegal la decisión suya de suspender las sesiones del Parlamento que este miércoles a las 11:30 horas (hora local) deberá si o si reabrir sus puertas.

El premier británico dijo desde las Naciones Unidas en Nueva York, donde se encuentra, que “respetará” la decisión del Tribunal Supremo, aunque no esté de acuerdo con este fallo considerado histórico en el Reino Unido.

Johnson hizo todo esto para evitar tener que ir a Bruselas, la capital de la Unión Europea, para gestioar un nuevo plazo fatal para el “brexit”, que es el trámite de salida del Reino Unido de la UE, activado en 2016.

Sus posibilidades para hacer “las cosas” como el quiere o quisiera se le están estrechando cada día más. Según los analistas más expertos, en un primer caso hipotético, Boris Johnson podría acatar esa nueva legislación, que le obliga a pedir un retraso del Brexit, aunque él ha insistido en que preferiría estar “muerto en una zanja” antes que solicitar una prórroga.

En caso de concretar la solicitud, que es lo más probable, Bruselas podría aprobar esa petición y fijar una nueva fecha de salida del Reino Unido del bloque comunitario. Pero los 27 actuales miembros de la UE tienen también el derecho de rechazar la solicitud del primer ministro brirtánico y decir “basta, hasta aquí nomás llegamos”. Esta negativa daría lugar, entonces, a tres situaciones distintas: un Brexit duro (sin pacto), un Brexit con acuerdo -negociado antes del 31 de octubre- o una moción de confianza contra el Gobierno de Johnson en el Parlamento en Londres.

En otro escenario hipotético, el Gobierno de Johnson podría ignorar la citada nueva ley de la Corte, pero se enfrentaría a un proceso legal por incumplir la legislación.

Una tercera vía sería que el primer ministro presente su dimisión, aunque su propio Gobierno ya ha rechazado esta posibilidad.

El presidente del Parlamento, John Bercow, anunció ya que las sesiones parlamentarias se reanudarán mañana miércoles a las 11.30 hora local. Antes de esta hoy  rechazada suspensión, los diputados aprobaron una ley que obliga ahora a Boris Johnson a solicitar a la Unión Europea una nueva prórroga del Brexit -previsto para el 31 de octubre- en caso de que Londres y Bruselas no alcancen un acuerdo antes del 19 de octubre y de que los diputados no voten a favor de una salida abrupta.

El tema se ha puesto “espinudo y difícil” especialmente por la situación económico-financiera que ha comenzado a viviré el Reino Unido en esta etapa previa al brexit, caracterizada por una pérdida de valor de la libra esterlina y la quiebra de algunas empresas, como ha ocurrido esta semana con el gigante del turismo internacional Thomas Cook. Esto ha hecho retroceder nuevos posibles proyectos de inversión en el territorio británico de sectores financieros y empresariales.