John Bolton, el polémico consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, fue echado este martes de la Casa Blanca por el propio presidente Donald Trump, quien le informó anoche que sus servicios ya no eran necesarios.

«Estoy fuertemente en desacuerdo con muchas de sus sugerencias, como muchos otros de la Administración, así que le pedí su renuncia, que me presentó esta mañana”, informó Trump, como es su costumbre, por su cuenta de twitter.

“Nombraré un nuevo consejero de Seguridad Nacional la próxima semana”, añadió el Presidente, lo que constituye un récord histórico.

Bolton sustituyó en abril del 2018 al general H. R. McMaster, un moderado que fue despedido de malas maneras por el presidente por Twitter, quien a su vez  había sustituido al general Michael Flynn, que fue forzado a dimitir a las tres semanas de la toma de posesión de Trump después de admitir que le había mentido al presidente sobre sus contactos con Rusia.

Bolton era ya un halcón o guerrero de la Casa Blanca y había formado parte del equipo de Georges W.Bush , cuando era comentarista de política internacional de la cadena Fox News. El fue un fuerte defensor de la invasión a Irak.

Su facilidad, agilidad y  soltura en el lenguaje televisivo cautivaron a Trump, cuya visión de la política exterior es más bien aislacionista. Sus desacuerdos enseguida se manifestaron en temas claves como la retirada de las tropas de Siria o Corea del Norte, en especial respecto a las cumbres con el líder de Corea del Norte Kim Jong Un. Su caída tuvo mucho que ver con la relación que Bolton mantuvo dentro de la Casa Blanca con otro halcón, como Mike Pompeo.

Pompeo fue más hábil que Bolton en su relación con Trump. Según la CNN  Bolton y el secretario de Estado, Mike Pompeo,  anularon finalmente entre sí toda relación o contacto.

 Las últimas discrepancias se habrían centrado en los planes de salida de Afganistán, que terminó en un fiasco tras largas negociaciones que a EE UU le han costado miles de millones de dólares, pero que al final existió la posibilidad del logro de un acuerdo de paz inminente, tanto es así que Trump había anunciado la celebración de negociaciones de paz con los talibanes, lo que iba a ocurrir en Camp David cerca de Washington.

El mismo domingo pasado Trump anunció que había cancelado las negociaciones de paz con los talibanes, dando como causa que un grupo insurgente estaría detrás de un atentado realizado en Kabul, la capital afgana, que mató a  un soldado estadounidense y a otras 12 personas.

«Sin que casi nadie lo supiera, los principales líderes talibanes y, por separado, el presidente de Afganistán, iban a reunirse conmigo en secreto este domingo en Camp David. Después de que admitiesen que estaban detrás del ataque en Kabul, he cancelado inmediatamente la reunión y las negociaciones de paz», afirmó el mandatario estadounidense el domingo por twitter. El lunes agregó a su declaración: «Las conversaciones de paz en Afganistán están ‘muertas’».

La declaración sorprendió al mundo ya que el mandatario se había esforzado en su estrategia de negociar durante nueve meses la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán, el conflicto que comenzó después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y que se ha convertido en la guerra más larga librada por Estados Unidos.

Agregó el Mandatario en Washington: «¿Qué clase de gente mataría a tantas personas para aparentemente fortalecer su posición de negociación? Así no lo han conseguido. ¡Sólo han empeorado la situación! Si no pueden acordar un alto el fuego durante estas importantes conversaciones de paz, e incluso han sido capaces de matar a 12 personas inocentes, entonces probablemente no tengan el poder necesario para negociar un acuerdo significativo. ¿Cuántas décadas más están dispuestos a luchar?», señaló.

El borrador de este acuerdo de paz incluía la retirada de miles de militares estadounidenses a cambio de garantías de que Afganistán no se convertiera en refugio de Al Qaeda, Estado Islámico o cualquier organización que pueda atacar a Estados Unidos y sus aliados.

Sin embargo, en esto tuvo mucho que ver Bolton, quien se habría pronunciado no sólo en contra de sellar la paz con los talibanes, como defendía «su colega» Pompeo, sino también contra la arriesgada idea del presidente Trump de recibir en Camp David esta semana, en vísperas del aniversario del 11-S (atentado contra las Torres Gemelas perpetrado por Al Qaeda (Bin Laden) con más de 3.000 muertos, la gran mayoría estadounidenses), justamente a los líderes del grupo calificado de terroristas

Otra discusión reciente habría versado sobre la disposición de Trump a reunirse con el presidente de Irán, Hassan Rohani, como propone Emmanuel Macron, una idea que el asesor de Seguridad Nacional, con un largo historial de oposición a Teherán, no compartía.

Bolton ha reaccionado instantes después desde su cuenta de Twitter para puntualizar y corregir la versión de Trump: “Presenté mi dimisión anoche y el presidente Trump dijo ‘hablemos mañana’”, escribió. También se ha puesto en contacto con Fox News para insistir que ha sido él quien ha renunciado al cargo.